Mantén tu nevera impecable con estos trucos de limpieza fáciles (y gratuitos)

Refrigerador con verduras.

Héctor García Alonso

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La cocina es un lugar indispensable para un domicilio; tanto es así, que cada día recurrimos a ella varias veces en busca de alimento. En ella tenemos todas las herramientas necesarias para mantener una correcta alimentación y un estado de forma saludable. De hecho, es difícil encontrar una cocina sin vitrocerámica o microondas en la actualidad. Sin embargo, estos no requieren de uso diario, pero hay un electrodoméstico que destaca por encima del resto por su utilidad y por lo necesario que se ha vuelto: el frigorífico.

Se ha vuelto recurrente para muchos una escena al entrar a la cocina, no saber qué comer, dirigirse hasta la nevera, abrirla, y quedarse atónito mirándolo durante algunos segundos, casi hipnotizado, sin saber qué escoger. Sin embargo, quizás sea más fácil resolver esa duda al encontrarse una nevera completamente limpia y cuidada, lo que además facilitará la conservación de tus alimentos, y por tanto reducirá los riesgos de encontrarse con alimentos en mal estado.

Mantener un cuidado de tus electrodomésticos es vital para prolongar su vida útil durante el mayor tiempo posible. En el caso del frigorífico, una mala higiene puede conllevar a perder dinero en compras de comida y productos frescos que se pueden perder antes de lo esperado. Por ello, es posible seguir unos simples consejos para mantener tu nevera limpia de manera sencilla y gratuita.

Sé constante con la limpieza

Al albergar tantos alimentos de diferentes características y fechas de caducidad, es posible que se nos pase algo por alto durante días, propagando bacterias y gérmenes por nuestra nevera. Por ello, se recomienda vaciar completamente nuestro frigorífico y limpiarlo en profundidad al menos una vez al mes, aunque si es muy inconveniente, esta limpieza se puede postergar hasta un máximo de tres meses.

Además, también se recomienda hacer una revisión semanal o tras unos cuantos días si haces compras grandes para comprobar el estado de los productos que has comprado, ya que algunos podrían haberse echado a perder sin haberte dado cuenta, contaminando al resto.

Para la limpieza, existen varios productos al alcance de tu mano que podrán servirte. La mezcla de vinagre blanco y agua es un poderoso desinfectante natural. La combinación a partes iguales de estos elementos te permitirá limpiar el interior de tu nevera de manera cómoda y segura. Además, el limón es un excelente desinfectante y desodorizante, puedes añadirlo a la mezcla para volverla aún más potente.

Si tienes manchas difíciles, mezcla bicarbonato de sodio y agua hasta formar una pasta, que podrás aplicar encima de las manchas complicadas, déjalo actuar durante unos minutos y luego retíralo. Esta mezcla debería ayudarte a despegar hasta las manchas más complejas.

Si vas a verter agua durante el lavado de tu refrigerador, debes tener en cuenta que es recomendable no hacerlo con agua caliente, ya que podría elevarse en exceso la temperatura del electrodoméstico. Además, para estar completamente seguros durante su limpieza, es recomendable -si hemos retirado todos los alimentos previamente- desenchufar el dispositivo de la corriente eléctrica.

Organiza correctamente tu frigorífico

Al comprar un refrigerador, podremos apreciar cómo este viene con diferentes baldas, cajones y estanterías. Pese a que pueda parecer que es simplemente para organizar la comida eficientemente, también es un indicador de en qué zona del electrodoméstico debe de ir cada alimento. Como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es recomendable dividir los alimentos entre las diferentes zonas del frigorífico.

  • Puerta: En esta parte deberían ir los alimentos que necesiten menos frío, como bebidas o salsas.
  • Baldas de arriba: En esta zona deberán ir los productos que menos frío necesiten para su conservación, como mantequilla o huevos.
  • Baldas de en medio: En esta zona deberán ir los productos lácteos, como quesos o yogures.
  • Baldas de abajo: Este es el punto más frio de la nevera, y por tanto es donde deberían ir los productos más frescos, como carnes o pescados.
  • Cajones: Al estar aislados del resto de la nevera, conservan el frío más eficientemente, y por lo tanto, son perfectos para colocar frutas o verduras.
  • Zona cero: La zona cero son unos cajones especiales que no tienen todos los frigoríficos, estos consiguen mantener una temperatura y humedad diferentes al resto del refrigerador, y por tanto, son perfectos -si tu nevera los tiene- para carnes o pescados.

Además de ubicar cada producto en la zona adecuada, es recomendable mantener un leve registro de la fecha de entrada de cada uno, útil para calcular la caducidad de los mismos. Podemos hacerlo mediante pegatinas adheribles a los envases.

También es recomendable guardar los productos en táper una vez abierto el envase original, para que estos no queden abiertos en la nevera y expuestos a microorganismos o a contaminación cruzada. Clasificar los alimentos en envases propios contribuirá a su vez a clasificar todos los productos de tu nevera, evitando así derrames de comida o que retires el alimento equivocado.

Todos estos trucos permitirán que tu frigorífico se mantenga útil durante más tiempo, prolongando además la vida de los alimentos que contiene. De esta manera, se minimiza la ingesta de productos en mal estado y eliminan los riesgos de infecciones por gérmenes o bacterias. En cualquier caso, recomendamos utilizar todos tus electrodomésticos de manera responsable para que su función sea lo más útil posible.

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