Metal o madera: ¿qué material usar en los utensilios de cocina?
Cada cocina tiene sus propios utensilios, ollas y sartenes para elaborar las comidas de cada día. Con los años, la innovación tecnológica ha llegado también a esta parte de la casa en forma de materiales y formas que combinan funcionalidad, flexibilidad, diseño y seguridad. Por tanto, la variedad de materiales, formas y tamaños es amplia.
Aunque cucharas, espátulas o cucharones puedan parecer similares, algunos materiales se adaptan mejor a ciertas prácticas culinarias de cocción que a otras. Todos tienen sus pros y sus contras, por lo que se trata de elegir lo que mejor nos convenga. Aquí analizamos dos de los materiales más usados: la madera y metales como el acero inoxidable y el aluminio.
Utensilios de madera, cuándo usarlos y cómo
La madera, sobre todo de roble, arce u olivo, es quizás el material clásico por excelencia para los utensilios de la cocina. Y las cucharas con este material son las más populares y versátiles por varios motivos.
Ventajas. En primer lugar, no se calientan con el contacto con el calor; la madera es un material duro pero lo suficientemente suave como para remover o raspar superficies antiadherentes, vidrio o porcelana sin que se rayen. Las cucharas de madera tampoco reaccionan con ingredientes ácidos como lo haría el aluminio. Por tanto, es un material que puede usarse en todo tipo de utensilios y para todo tipo de platos.
Inconvenientes. Sin embargo, y como inconveniente, deben reemplazarse con bastante frecuencia porque la madera absorbe la humedad, es propensa a agrietarse y astillarse con el tiempo, lo que las convierte en un caldo de cultivo para bacterias, sobre todo de Staphylococcus aureus, Salmonella o Escherichia coli.
Esto afecta de forma especial a las tablas de cortar porque son difíciles de limpiar y se corre el riesgo de transferir las bacterias de la carne cruda a las verduras crudas si se usa la misma tabla. Deben lavarse y secar bien después de usar y no es recomendable dejarlas mojadas en el fregadero ni dentro de un plato preparado durante mucho tiempo.
Utensilios de metal, para qué y cuándo usarlos
El metal como el acero inoxidable es uno de los más usados en las cocinas y de los mejores aliados para la cocina diaria. Se trata de aleaciones de cromo-níquel; uno de los más usados es el conocido como acero inoxidable 18/8, es decir, que contiene un 18% de cromo y un 8-10% de níquel.
Ventajas. Este material tiene fama de ser ligero y muy resistente, estable para cocinar tanto en frío como en caliente. Además, mantiene alejados los malos olores y las bacterias porque no los retiene. Los utensilios de cocina de acero son resistentes y pueden durar años y décadas, no se astillan, ni se oxidan ni se rayan. Los utensilios de cocina de acero son irrompibles y pueden soportar temperaturas extremas. A diferencia de la madera, este metal sí es fácil de limpiar con agua y jabón o en el lavavajillas.
Inconvenientes. Aunque son más fuertes, fáciles de limpiar y hacen un mejor raspado de los alimentos horneados, las cucharas y espátulas pueden rayar las superficies delicadas. Por tanto, no son recomendables para usarlas en recipientes de vidrio o antiadherentes. Sí pueden usarse, en cambio, con sartenes de hierro fundido.
Pero siempre, tanto cucharas como espátulas, deben colocarse lejos de la fuente de calor porque, a diferencia de la madera, el metal sí se puede calentar. Para evitarlo, la mayoría de los utensilios de metal llevan un mango de madera o plástico para minimizar la transferencia de calor. Otro punto desfavorable es que, al durar más, también cuesta más.
Utensilios de alumino
Ventajas. El aluminio es otro de los metales más usados en la cocina. Los utensilios de este material son ligeros y con una alta conductividad térmica, un elemento esencial en la cocina porque regula de forma eficaz la temperatura en las distintas etapas de cocción, distribuye uniformemente el calor en todas las superficies, tanto en el fondo como en los lados, y reduce el riesgo de sobrecalentamiento.
Inconvenientes. La facilidad con la que los alimentos se adhieren en el fondo y que no son aptos para el lavavajillas. La calidad del aluminio está directamente relacionada con su espesor: cuanto más alto, menos probabilidad de que se formen los puntos calientes y menos riesgo de que el aluminio se deforme (es muy probable que la base se expanda y no sea plana).
El aluminio no es adecuado para usar en placas de inducción. El principal problema asociado con este material es la posibilidad de que migren sustancias a los alimentos, sobre todo en ciertas recetas. Una investigación publicada en Environmental Sciences Europe encontró que la ingesta de aluminio estaba por encima de los niveles aceptables cuando se cocinaba un plato con pescado marinado en jugo de limón.
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