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Siete mitos en torno al pollo de corral

Nacho, socio y lector de eldiario.es, nos escribe el siguiente correo: “Hola, quería proponer un tema aunque no sé si ya lo habéis tratado: hablo de los pollos que se ven en algunos super con un color amarillo y que vienen etiquetados como 'pollo de corral', alimentados con maíz. Realmente me gustaría saber si hay regulación al respecto o simplemente son pollos a los que se les pone colorante y punto.”

Tras indagar sobre el tema, debemos decir que la respuesta a Nacho resulta más compleja de lo que en apariencia parecería ser, pues existe una nebulosa sobre lo que es, o debería ser, un pollo de corral como categoría adaptada a una normativa. Tras esta nebulosa, no pocas empresas hacen pasar numerosos productos del pollo por lo que realmente no son.

El producto 'pollo de corral' nació en Ourense hace 20 años aproximadamente de la mano de la cooperativa Coren, cuando algunos de sus socios comenzaron a criar pollos en situación de semilibertad, alimentándolos con una porción creciente de grano, especialmente de maíz, dado su alto rendimiento, en lugar de pienso. Adoptaban así una tendencia fundada en las islas británicas consistente en criar los animales de carne con la mejor calidad de vida posible.

El éxito de público del producto llevo a la mayor parte de grandes productores a o bien imitar el estilo de crianza, o bien a utilizar la etiqueta 'pollo de corral' a su antojo, algo como veremos totalmente alegal dado que solo es una etiqueta marketiniana. Por otro lado, el consumidor asoció el color amarillo de los muslos y pechugas con una crianza auténtica y ecológica en libertad y con alimento de alta calidad.

Pero parece ser que toda esta construcción es falsa o cuando menos ambigua, escondiéndose la realidad en la nebulosa antes citada. Para definir qué es cierto y qué no en torno al pollo de corral, lo mejor será desglosarlo en la siguiente lista.

1. Es una categoría normativa perfectamente definida por la normativa europea

A tenor de lo que dice la normativa europea, 'Pollo de corral' no pasa de ser una etiqueta marketiniana que se inventó Coren en su día para vender más carne, pero no existe como categoría o denominación de origen regulada. La normativa refiere a las siguientes nomenclaturas para indicar el modo de crianza de un pollo:

  • Alimentado con un … % de
  • Sistema extensivo en gallinero
  • Gallinero con salida libre
  • Granja al aire libre
  • Granja de cría en libertad

La normativa no obliga a hacerlas figurar en la etiqueta, pero tampoco permite poner ninguna otra. ¿Cómo se permite usar entonces la de 'pollo de corral'? Porque no se la hace pasar por una denominación, sino por un tipo de producto, como si se dijera 'pan inglés'; se supone que es obvio que no viene de Inglaterra. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo en que sea legal hacer figurar las palabras 'pollo de corral' en la etiqueta, alegando que induce a confusión al consumidor, ya que en el fondo 'pollo de corral' no quiere decir nada.

2. Es un pollo ecológico

Una vez asumido que 'pollo de corral' no indica nada en concreto y no significa nada para la normativa europea, queda claro que cualquier pollo puede entrar en esta categoría marketiniana, y de hecho entra muchas veces, según se denuncia desde algunas asociaciones animalistas, que consideran que se hace pasar por pollo que ha tenido una calidad de vida a muchas aves de origen industrial, es decir que pasan su vida hacinadas y enjauladas.

El pollo verdaderamente ecológico sí atiende a una normativa concreta que impide que se le apliquen numerosos tratamientos o que se le alimente con determinados piensos o con grano procedente de plantas transgénicas. Su producción es baja para competir en el gran mercado y va destinado a consumidores concienciados. 

3. Justifica su precio en que es de más calidad que el pollo industrial

Fuentes de la patronal de los grandes productores, Propollo, aseguraban en un artículo el pasado verano que en realidad a nivel nutricional tanto la carne de pollo industrial como la de corral, suponiendo que realmente el pollo hubiera sido criado en semilibertad, eran muy similares cuando no prácticamente iguales.

No hay, según dichas fuentes, grandes diferencias de calidad proteica y en cuanto al sabor, puede ser un asunto muy subjetivo y sugestivo, es decir que queremos creer que sabe mejor, pero en realidad sabe a pollo. Pero es cierto que el pollo de corral cuesta el doble que el industrial: ¿por qué? Se razona en que, según se dice, vive el doble, 90 días frente a 45 y por tanto cuesta más mantenerlo.

En realidad, de ser cierto que se ha criado según este modo -recordemos que no hay normativa que lo defina- el único coste sería la ración de pienso y la menor rotación en las jaulas, lo cual es difícil de saber si justifica su aumento de precio.

4. Tiene menos antibióticos que el pollo industrial

Se dice que el pollo industrial, al estar más hacinado, coge más enfermedades o al menos puede cogerlas, por lo que preventivamente se le inunda de antibióticos. En cambio al pollo de corral se le dan los tratamientos solo cuando enferma. De nuevo, teniendo en cuenta que la categoría 'pollo de corral' no existe y no se regula por ninguna normativa, es imposible saber si a un pollo denominado así se le han dado o no más antibióticos de los necesarios. Es más, no hay motivo para que no se les mezcle antibiótico con el grano que se les echa, pues la prevención de enfermedades se considera un factor de mejora del crecimiento.

5. El color amarillo es síntoma de salud

Como ya hemos comentado, el color amarillo de la carne de pollo se asocia a salud, libertad, calidad de vida, etc. Pero realmente ni siquiera está claro que no sea un tema de razas genéticas. Así lo asegura un equipo de investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia. Según el mismo hay en realidad dos razas de pollos: galus galus y Galus Sonneratti.

La segunda, descubierta por los investigadores, se diferenciaría precisamente por conferir a su piel, su carne y sus patas el característico color amarillo tras comer grano con colorantes. Así que parece que el que ciertos pollos tengan un color más pálido es más bien cuestión de genes, ya que por mucho que estén alimentados con granos de amarillo maíz, no trasladarán los colorantes del grano a su piel.

6. El color amarillo se debe al pienso que come

Este punto es solo cierto en parte, ya que es verdad que a veces se sobrealimenta al pollo con maíz para que la carne coja el color amarillo, la normativa permite usar también otras fuentes de color, tanto naturales como sintéticas, tal como apuntaba Nacho en su correo.

7. Su carne es menos grasa

En principio, si se sobrealimenta al pollo para que tome más color, y si vive más tiempo, lo lógico es que ya que es un individuo maduro invierta el exceso de grano en fabricar más materia grasa, que se aculará y se entreverará entre las fibras de carne. El pollo industrial, en cambio, que se sacrifica justo cuando alcanza la madurez, ha invertido todo el alimento en crecer y desarrollarse.

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