Cepillo de dientes eléctrico: los 4 mejores modelos esta primavera

Eric Santaona

22 de marzo de 2022 11:10 h

0

Si no ves este contenido puede deberse a la carga en tu dispositivo móvil. Haz clic aquí para recargar la página.

El cepillo de dientes, eléctrico o manual, es uno de los objetos más presentes en nuestra rutina diaria higiénica. Pero no existe uno único que sirva para todo el mundo. Buena muestra de ello es la gran variedad de opciones que hay disponibles en el mercado.

Elegir el que mejor se adapte a nosotros puede ser un desafío. Para ayudarte, te explicamos cuáles son los principales tipos de cepillos dentales y qué te ofrece cada uno de ellos.

¿Manual o eléctrico?

Los cepillos de dientes eléctricos cuentan con diferentes tipos, según el movimiento: giratorio, oscilatorio e incluso los hay que hacen las dos cosas. Uno eléctrico generalmente requiere cargarlo, pero podemos pensar que hace parte del trabajo por nosotros. 

Según las Guías de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, tanto los cepillos manuales como los eléctricos son eficaces para eliminar la placa que se acumula en los dientes. Pero los expertos admite también que se ha demostrado que los eléctricos recargables son un poco mejores que los manuales. 

Según una revisión publicada en Cochrane, los cabezales redondos eléctricos pueden llegar a eliminar hasta un 11% más de placa que los cepillos manuales. Sin embargo, para las personas con problemas de encías, dientes flojos o sensibilidad, las vibraciones pueden ser molestas e, incluso, dolorosas.

En estos casos, uno manual, siempre que tengamos la técnica adecuada, puede ayudarnos a controlar la presión sobre los dientes. El Consejo General de Dentistas de España explica en este vídeo la mejor manera de cepillarnos los dientes con un cepillo manual.

Cuatro modelos eléctricos interesantes

1. Si quieres un cepillo de dientes eléctrico con las aplicaciones básicas por un precio asequible, el Oral-B PRO 2 2000 CrossAction es tu modelo. Su cabezal redondo limpia mejor para lograr unas encías más sanas. Además, protege tus encías con el sensor de presión que te avisa si te cepillas demasiado fuerte. 

También comprueba que te cepillas durante el tiempo adecuado con el temporizador profesional de dos minutos y presenta dos modos de cepillado: Limpieza Diaria y Cuidado de las Encías, La batería dura dos semanas.

2. Si buscas uno más sofisticado, podríamos llamarlo “cepillo de dientes inteligente”, que sume funciones como lectura 3D de tu superficie dental para decidir cuál es el mejor método de cepillado, que te sugiere y aplica la presión adecuada, que te recomienda un tiempo de cepillado óptimo según el estado de tu dentadura, etc., en este caso la recomendación es el cepillo Oral-B iO 9n.

Presenta una pantalla interactiva con avisos de recarga y siete modos inteligentes para personalizar el cepillado:

  1. Limpieza Diaria
  2. Sensible
  3. Cuidado de las Encías
  4. Limpieza Intensa
  5. Blanqueamiento
  6. Limpiador Lingual
  7. Supersensible

Se trata de un cepillo de dientes tecnología magnética iO, que impulsa eficazmente la energía hacia el extremo de cada filamento e integra el emblemático cepillo redondo de Oral-B con microvibraciones. Eso sí, es un top de gama y se nota en el precio.

3. Ahora bien, si lo que buscas, en cambio, son cepillos por precios más razonables y en tecnologías más avanzadas, puedes probar con el iWhite Cepillo Dental Sónico, que tiene una bateria que dura tres meses, un cargador. de pequeño tamaño con carga USB y cabezales con carbón activo para eliminar manchas.

4. Y finalmente, si lo que deseas es una óptima relación entre precio, calidad y marca reconocida, te recomendamos este cepillo Philips Sonicare ProtectiveClean HX6830/44.

¿Cómo debe ser un cepillo de dientes?

¿Duro o suave?

Hay cepillos con cerdas suaves, medianas y duras. Uno de dureza alta solo es aconsejable en los casos en los que, tras cepillarnos los dientes con uno de intensidad suave, tengamos la sensación de que la limpieza no ha sido efectiva o sufrimos de sarro. 

Pero debemos tener cuidado porque pueden hacer que las encías retrocedan y dañar el esmalte de los dientes. 

Además, al no doblarse bien, podemos pasar por alto áreas de debajo las encías y entre los dientes. Según un estudio publicado en Journal of Periodontology, las personas que se cepillan con cerdas más rígidas tienen un 11% más de sangrado de las encías. Un cepillo suave, en cambio, limpia los dientes sin hacer más daño.

¿Con forma redondeada o recta?

Hay tantas formas de cerdas como colores. Debemos elegir el diseño que mejor se adapte a nuestra boca, como el tamaño de los dientes, si hay o no espacio entre ellos, si usamos aparatos ortopédicos, prótesis, etc. 

Ambas son igual de efectivas aunque, independiente de la forma, lo más aconsejable es optar por los cepillos que tienen las cerdas del mismo tamaño y, si es posible, en forma redonda porque ofrecen una mayor protección a la hora del cepillado.

¿Mango antideslizante o normal?

La forma y el diseño del mango dependerá de cómo nos vaya mejor sujetar el cepillo. Los mangos antideslizantes de silicona, por ejemplo, suelen ser un buen punto de partida porque tienen un agarre más cómodo y seguro, sobre todo si tenemos las manos mojadas. 

Lo que sí está claro es que el mango tiene que ser suficientemente grande para que lo podamos sujetar cómodamente con la mano. 

¿De cabeza pequeña o grande?

Los cabezales de los cepillos vienen en distintos tamaños, en gran parte para adaptarse a adultos o niños. Es importante elegir un cabezal que se adapte bien al tamaño de nuestra boca, por lo que, si tenemos una  boca pequeña, es preferible un cabezal pequeño.

Este permite también una mayor accesibilidad a todas las áreas de la boca, incluyendo los molares posteriores, una de las zonas de más difícil acceso. Se calcula también que el mejor cabezal es aquel cuya longitud abarca el área de dos a tres dientes a la vez.

Un cepillo demasiado grande, en cambio, no podrá llegar a la parte posterior de los dientes y la boca, donde pueden propagarse las bacterias. Si tenemos dudas, lo mejor es empezar por uno más pequeño e ir aumentando el tamaño hasta encontrar el que más se adapte a nosotros.

En el caso de llevar aparatos dentales, existen cepillos diseñados especialmente para este fin. Tienen cerdas en forma de V que permiten una limpieza a fondo alrededor de los aparatos. 

¿Cepillos interdentales?

Este tipo de cepillos suelen usarse cuando el espacio entre los dientes es abierto porque permiten eliminar la placa bacteriana más eficazmente. El Consejo General de Dentistas de España aconseja elegir el que mejor se adapte a la separación de nuestros dientes y “usarlo al menos una vez al día y sin pasta dentífrica”.

Buscar consejo profesional

Una buena manera de elegir el mejor cepillo de dientes para nosotros es consultar con el dentista. De esta manera nos aseguramos que se ha sometido a rigurosas pruebas de control de calidad. También podemos buscar cepillos que hayan obtenido el sello de aprobación de alguna asociación dental.

El cepillo de dientes también necesita que lo cuidemos

Mantener el cepillo en buenas condiciones hará que el cuidado de nuestra salud bucal sea mucho más efectivo. Por tanto, no debemos olvidar estos consejos:

  • Lavar con agua y jabón después de cepillarnos los dientes. No deben quedar restos de comida o pasta dental entre las cerdas.
  • Lavar el mango. La acumulación de suciedad en esta parte también puede favorecer la proliferación de hongos. 
  • Secar el cepillo. Tras enjuagarlo es importante secarlo un poco con pequeños golpes en el lavabo, para eliminar los restos de agua que pueda quedar. 
  • Guardarlo en un sitio aireado. Si lo dejamos tapado en un lugar húmedo, lo que hará será acumular aún más humedad en un objeto que ya lo es por sí solo. Solo usaremos las tapas de las cedras para protegerlo si nos vamos de viaje.
  • Mojar el cepillo antes del lavado. Humedecerlo un poco ablanda las cedras y ayuda a prolongar su vida útil.

Cómo lavarse los dientes adecuadamente en siete sencillos pasos

  1. Nos enjugaremos la boca para eliminar restos sólidos grandes que puedan haberse quedado entre los dientes encajados.
  2. Nos pasaremos un cepillo interproximal entre la base de los dientes y muelas, siempre con cuidado de no provocarnos lesiones.
  3. Volveremos a enjuagarnos la boca con agua para eliminar los restos removidos.
  4. Nos pasaremos el hilo dental para extraer los restos atrapados allí donde los dientes permanecen más juntos; lo haremos con sumo cuidado de no dañarnos las encías, ya que el hilo puede ser cortante; para ello, en lugar de tirar hacia dentro si vemos que el hilo se resiste a pasar al instersticio, lo deslizaremos adelante y atrás, como si estuviéramos serrando, hasta que se meta entre los dientes.
  5. Volveremos a enjuagarnos la boca, esta vez con un colutorio, durante al menos un minuto. Es conveniente una vez al día usar un colutorio con alcohol para eliminar posibles saprófitos que queden en zonas ocultas de implantes, puentes y fundas, pero el resto de veces lo haremos con uno sin alcohol. También debemos evitar la clorhexidrina.
  6. Pasaremos a cepillarnos los dientes con un movimiento de escoba de arriba hacia abajo y tanto por la cara interior como la exterior, como si termináramos de eliminar restos, que es lo que en esencia buscamos conseguir. El cepillado idóneo debe durar de dos a tres minutos y también debemos pasar el cepillo en escoba por la meseta de las muelas, en especial en el caso de pastas con flúor, con el fin de que este elemento se deposite en zonas de caries y actúe como alcalinizador y biocida.
  7. Finalmente nos enjuagaremos para eliminar los restos de dentífrico.

*El equipo de periodistas y expertos de ConsumoClaro recomiendan de forma rigurosa e independiente productos y servicios para nuestros lectores. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos a este texto, eldiario.es recibe una comisión.

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines