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Moscas de la fruta: ¿por qué aparecen y qué podemos hacer para evitarlas?

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En verano la presencia de insectos en nuestras casas se hace más evidente fruto de las altas temperaturas: moscas, hormigas y cucarachas pueden campar a sus anchas por la despensa y otras zonas de la cocina si no somos muy meticulosos con la higiene y el control del deterioro de los alimentos. Y es que en la cocina encuentran tres de los elementos que más necesitan: comida, agua y temperatura.

La mosca de la fruta, de nombre científico Drosophila melanogaster y que suele conocerse también con el nombre de mosca de vinagre, aparece de forma espontánea sobre todo en verano, cuando las temperaturas son más altas y es más fácil su proliferación. 

Un insecto que se alimenta de fruta fermentada

Este insecto, que ha tenido un papel protagonista en la investigación biomédica al revelar principios fundamentales de la genética y el desarrollo, se siente muy atraído por cualquier cosa que contenga azúcar y que fermente en alcohol o vinagre, como frutas demasiado maduras, incluso cerveza o vino, por nombrar algunos de los alimentos más comunes. Pero si no pueden encontrar su comida favorita, la buscarán en los cubos de basura sucios, en contenedores de comida orgánica y en los desagües de fregaderos

Pese a su pequeño tamaño, son capaces de propagarse hasta el punto de convertirse en plaga. La hembra adulta puede llegar a poner hasta dos mil huevos en la superficie de algo húmedo y podrido y, en unas 30 horas, ya eclosionan diminutos gusanos que empiezan a alimentarse de la comida. En dos días, estos gusanos ya están a punto de aparearse y tienen entre ocho y quince días para hacerlo antes de morir. 

Podemos saber que se trata de este tipo de mosca por sus ojos rojos, el tórax marrón y el abdomen negro. Su presencia no pasa desapercibida ya que suelen aparecer numerosos insectos adultos volando alrededor de la fuente de alimento. 

La presencia de este tipo de mosca significa que hay algún problema de calidad —golpes o algún alimento podrido— o de higiene en nuestra cocina. Ahora bien, no se ha demostrado que su presencia y la de los huevos puedan tener consecuencias en la salud humana. Pero sí debemos tener en cuenta que ha habido alguna deficiencia de control, un problema de calidad que se podría acabar convirtiendo en un asunto de inocuidad.

Qué debemos hacer cuando encontremos estas moscas

Ante la presencia de este tipo de insecto díptero, lo primero que debemos hacer es retirar la fruta que está estropeada para evitar que las moscas continúen alimentándose y reproduciéndose. Así, conseguimos también que dejen de poner sus huevos en la fruta podrida y otras zonas blandas y dulces que pueda haber cerca.

Debemos tener en cuenta que si las dejamos en la basura durante mucho tiempo se continuará atrayendo más moscas de la fruta. Lo más aconsejable es tirar la fruta en una bolsa sellada en el contenedor de la basura orgánica.

En algunos casos puede ocurrir que haya moscas pero no localicemos ninguna pieza estropeada. Lo que haremos será mirar si cerca hay algún cubo de basura con restos de comida, que también son un caldo de cultivo. Tras retirar este foco, lo recomendable es limpiar bien la zona, incluyendo la encimera, de posibles derrames. 

Cualquier lugar de la cocina donde haya basura o un derrame (como ya hemos comentado, los más comunes son el fondo del cubo de la basura, el desagüe del fregadero, debajo de la nevera o incluso dentro de una botella de vino vacía que no se ha enjuagado) puede atraer estas moscas. Por ello, también se recomienda una vez consumida una bebida alcohólica, lavar bien la botella con agua, ya que los posos podrían fermentar y atraer a las moscas.

Pero la pregunta que surge es: ¿podemos comernos la fruta si eliminamos la parte podrida? La respuesta es que las larvas de la fruta no penetran en el alimento sino que permanecen en la zona podrida. Por tanto, si eliminamos esta parte también descartamos posibles larvas en el interior, excepto si la fruta está en muy mal estado. En este caso sí es necesario tirar toda la pieza.

Medidas preventivas contra la mosca de la fruta

Como ya hemos visto, la higiene es fundamental para mantener a raya a estas moscas. Usar agua tibia y jabón nos ayudará a eliminar estos residuos de alimentos y líquidos, que son los que permiten la proliferación de estos insectos. También puede usarse un insecticida doméstico, aunque debemos tener en cuenta que con este sistema no eliminamos los huevos y, por tanto, no acabamos con el problema de origen. 

También podemos usar una trampa casera para acabar con ellas, como llenar un bote pequeño con un poco de zumo de fruta, vinagre, sidra de manzana o vino, y añadir unas gotas de detergente para lavar platos. Tras cubrirlo con una envoltura de plástico, lo perforamos con pequeños agujeros: las moscas se sentirán atraídas por este cebo y no podrán escapar porque el jabón se lo impedirá. 

Otras medidas útiles para poner cerco a este tipo de insecto incluyen:

  • Los botes de basura deben estar bien tapados y limpios: en verano, debido a la abundancia de frutas y al calor y la humedad, es importante mantener el cubo de basura limpio y vaciarlo con regularidad. Debemos eliminar cualquier pegajosidad en el fondo que pueda atraer moscas de la fruta.
  • No acumular restos orgánicos durante muchos días.
  • No dejar las frutas fuera de la nevera mucho tiempo: lo mejor es adquirir solo aquella fruta que nos vayamos a comer en unas pocas horas. Si no es así, es mejor dejarlas en la nevera para retrasar su proceso de maduración.
  • Cubrir el frutero para mantener alejadas a las moscas.
  • Enjuagar las latas de cerveza y botellas de vino vacías antes de colocarlas para reciclar porque los restos de alcohol también las atraen.
  • Limpiar los platos sucios después de comer y no dejarlos apilados en el fregadero porque, como ya avanzábamos en este artículo, hacerlo aumenta el riesgo de gérmenes y de plagas.
  • Controlar desagües, grietas, zonas húmedas y cajas de arena de gatos.
  • Eliminar estropajos y trapos viejos porque también pueden ser una fuente de reproducción al atrapar restos de comida. 
  • Lavar frutas y verduras en cuanto lleguemos a casa, incluso si quitamos la piel para comerla, y comprobar que no tienen magulladuras ni golpes.
  • Revisar la despensa: aunque las moscas se sienten más atraídas por la fruta, también les gustan las patatas blandas y las cebollas tanto como los plátanos. Por tanto, si hemos eliminado la fruta y aún hay moscas deberemos controlar que en la despensa no hay algún alimento pudriéndose.

Si controlamos y eliminamos sus hábitats preferidos para poner huevos, ya no podrán reproducirse con tanta facilidad y acabaremos con el problema de raíz.