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Mosquitos tigre: cómo protegerte de su expansión por Europa este verano

Darío Pescador

17 de mayo de 2023 22:49 h

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Los mosquitos han atormentado a los humanos en las zonas tropicales del planeta durante millones de años. La mayoría de las 3.500 especies de mosquitos del mundo se alimentan de otros animales y no les gusta especialmente la sangre humana.

Solo unas pocas especies, como el famoso mosquito Aedes Anopheles, que transmite la malaria, o el Aedes aegypti, que transmite la fiebre amarilla y otras enfermedades, tienen preferencia por la sangre humana. Según sostienen diferentes expertos reputados, los mosquitos no serían indispensables para ningún ecosistema debido a que es una especie que ha crecido y evolucionado en torno a los mamíferos y cuyo modo de subsistencia consiste en alimentarse de la sangre de estos sin tener otras interacciones con el entorno. Por eso, se ha planteado la posibilidad de eliminarlos del todo con ingeniería genética.

Los mosquitos son la criatura más mortífera del mundo, ya que matan a un millón de personas al año por las enfermedades que transmiten. Si el cambio climático sigue el rumbo actual, países que tradicionalmente estaban libres de mosquitos, y de las enfermedades tropicales que transmiten, pueden tener que enfrentarse a ellos.

Por ejemplo, en los últimos 50 años la incidencia de dengue se ha multiplicado por 30, y ya hay 3.000 millones de personas que viven en zonas donde esta enfermedad es endémica.  

El principal culpable es el mosquito tigre asiático, conocido como Aedes albopictus, una especie invasora portadora de enfermedades como el dengue, chikungunya, el virus del Nilo Occidental y el zika.

Estos mosquitos, originarios del sudeste asiático, están extendiéndose por los países del Mediterráneo debido al cambio climático. Desde que se registró por primera vez en Albania en 1979, este mosquito se encuentra ahora en más de la mitad de Francia.

La costa de los Balcanes y Grecia, Italia y España ya se enfrentan con este invasor a rayas, y ya no pueden eliminarlo, solo intentan reducir su número y minimizar los efectos.

En este mapa del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) puede verse cómo se ha establecido el mosquito tigre en todas las zonas en rojo:

El mosquito tigre es más pequeño que el mosquito doméstico común, mide entre dos y diez milímetros de largo. Esto lo hace más silencioso y más sigiloso y, a diferencia de muchas otras especies de mosquitos, el tigre asiático también pica durante el día.

Un grupo de investigadores del Reino Unido están estudiando el riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos en Escocia bajo escenarios actuales y futuros de cambio climático. 

¿Cómo frenar la expansión del mosquito tigre?

Las medidas para impedir la expansión del mosquito empiezan por controlar los lugares donde se reproducen. Especialmente, alcantarillas, desagües y áreas verdes. La expansión del mosquito en estas zonas se controla mediante el uso de larvicidas, que impiden que las larvas se desarrollen y se conviertan en mosquitos adultos. 

Otra opción son las trampas para mosquitos. Un informe del gobierno francés de 2020 lo considera un gran riesgo para la salud en las décadas que vienen. En Francia, las autoridades locales de tres ciudades afectadas han puesto en marcha un experimento de tres años para atrapar a estos mosquitos utilizando trampas llamadas Vectrap.

Las hembras son atraídas a un recipiente lleno de agua en el que una malla impide que pongan sus huevos y unas paredes pegajosas evitan que escapen. Eso permite a los científicos capturarlas antes de que puedan reproducirse.

El uso de insecticidas para matar mosquitos adultos solo se recomienda en lugares donde haya transmisión de alguna de las enfermedades citadas o un riesgo muy alto de transmisión. Los únicos insecticidas autorizados en Europa se basan en piretroides, una sustancia que interfiere en el sistema nervioso del mosquito.

Por desgracia, el año pasado se detectó una mutación del mosquito tigre en Italia que le hace resistente a los piretroides, una mutación que también se ha detectado en España, Suiza, Francia, Malta y en la costa del Mar Negro en Bulgaria, Turquía y Georgia.

La mutación que hace que la mortalidad por el insecticida sea menor del 70%. Como ocurre con cualquier resistencia, los mosquitos que sobreviven son los más resistentes, y estos son los que se reproducen. 

Una parte fundamental es la vigilancia para identificar áreas donde el mosquito tigre está presente o en expansión. La app Mosquito Alert es un proyecto de ciencia ciudadana que nace en Barcelona, coordinado por los centros de investigación públicos del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra, entre otros, y que está disponible en la mayoría de los países de la UE afectados.

El objetivo es reclutar a los ciudadanos para vigilar la expansión de estos mosquitos invasores. A través de la app, cualquier persona puede enviar una foto del mosquito, notificar las picaduras, así como posibles lugares de cría y localizarlos en un mapa. 

La lucha contra el mosquito tigre ha tomado un cariz más serio en las regiones asiáticas donde es endémico. Los experimentos destinados a infectarlos con un tipo específico de bacteria y esterilizar a las hembras están dando resultados alentadores en China.

¿Cómo protegerse del mosquito tigre?

Las recomendaciones para evitar las picaduras del mosquito tigre son, en general, las mismas que para el mosquito común. Lo más efectivo es evitar que se reproduzcan eliminando el agua estancada cerca de nosotros, ya que los mosquitos necesitan agua para que sus huevos eclosionen.

En el caso del mosquito tigre, basta con un poco de agua en un desagüe atascado, un balcón, un jardín o una maceta para que hagan allí su nido, así que debemos ser especialmente cuidadosos. Incluso el agua en un tapón de botella es suficiente para que críen allí las larvas.

La siguiente medida es impedir las picaduras. Esto incluye usar ropa de manga larga y pantalones, evitar ropa oscura que atraiga a los mosquitos y aplicar repelentes que contengan DEET, IR3535 o Icaridin, así como poner pantallas mosquiteras en puertas y ventanas.

Evite el uso de perfumes, ya que los mosquitos se sienten atraídos por los olores dulces, y es mejor optar por por desodorantes sin fragancia.

Una alternativa natural a los repelentes químicos es el aceite de coco. Un reciente estudio ha comprobado que los ácidos grasos que contiene el aceite de coco son un repelente de mosquitos y otros insectos, como la mosca negra, garrapatas y chinches, y con mayor efectividad que el DEET, el repelente comercial más duradero.  

Las velas de citronela tienen un olor agradable, pero no parecen ser muy efectivas para parar a estos insectos. Hay algo que sí lo es y resulta asombrosamente sencillo: un ventilador.

Los mosquitos necesitan volar hacia el objetivo y aterrizar para poder picar, y no tienen fuerza suficiente para volar contra la corriente de aire de un ventilador si es suficientemente potente. 

El cambio climático está transformando el mapa de distribución de los mosquitos y, con ello, aumenta la posibilidad de que enfermedades transmitidas por estos insectos lleguen a lugares donde nunca antes habían sido un problema y en épocas del año hasta ahora libres de peligro, como el otoño.

Por ello, es esencial mantenernos informados, protegernos y colaborar en iniciativas ciudadanas para frenar su expansión. Así, tal vez podamos evitar que los mosquitos tigre asiáticos se conviertan en los nuevos vecinos indeseables de nuestro continente.

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