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¿Nevera o frutero? La mejor forma de almacenar estas cuatro frutas para que aguanten más tiempo

Elena Segura

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Hay algunas frutas con las que no dudamos ni un instante si tenemos que guardarlas dentro o fuera de la nevera. A casi nadie se le ocurre dejar fuera del frigorífico frutos rojos como los arándanos, las moras o las frambuesas; tampoco las uvas, las cerezas o las fresas, la piña o los aguacates si ya están bastante maduros, pues de esa forma ralentizaremos en parte el proceso y no se echarán tan pronto a perder.

¡Ojo! Si el aguacate en cuestión está todavía verde, en cambio, será mejor dejarlo a la intemperie pues una temperatura inferior a 5ºC puede dañarlos.

Los frutos rojos o las fresas las almacenamos en el frigorífico —en tu tienda de barrio o supermercado los encuentras siempre en la sección de frío— porque son muy sensibles y les afecta mucho el calor. En el caso de la uva, por ejemplo, también es recomendable guardarla en la nevera pues tiene mucho azúcar, que se convierte rápidamente en gas etanol y acelera el proceso de deterioro.

Parece que en invierno no tenemos tantas dudas sobre dónde y cómo guardar nuestras frutas y en la mayoría de los casos iremos directas al frutero para dejarlas a mano y tenerlas siempre a temperatura ambiente para consumirlas en el momento que se nos antojen.

En cuanto a las que almacenamos en nevera, es recomendable sacarlas un poco antes del momento en que vayamos a consumirlas, para que recuperen todo su sabor, aroma y textura.

Hay algunas frutas que es mejor dejar fuera pues un cambio brusco de temperatura puede provocar también alteraciones en su metabolismo y estructura, alterando su textura, color e incluso sabor. Y aunque siguen siendo piezas seguras para el consumo, dejan de ser tan apetecibles.

El dilema puede presentarse con más frecuencia cuando el mercurio empieza a subir, bien entrada la primavera y, por supuesto, durante los meses de verano. Cuando el calor aprieta puede que sí nos asalte la duda de si es mejor dejar en el frutero algunas frutas que traemos del mercado, o si tenemos esa suerte, que acabamos de recolectar del árbol.

Los plátanos, las manzanas, los kiwis y las naranjas suelen ser unas de las frutas que más nos despistan. Te contamos dónde debes guardar cada una de ellas:

Plátanos

Salvo alguna excepción, los plátanos nunca deben guardarse en la nevera. Al ser una fruta tropical, siempre deben estar a temperatura ambiente. Te contamos que si tu cocina es muy cerrada y no cuenta con ningún tipo de ventilación, puede que sí que sea útil que los conserves en la nevera, pero en la parte menos fría y dentro de una bolsa de papel para protegerlos.

Es una fruta muy sensible a los cambios de temperatura y no les sienta bien ni estar mucho tiempo expuestos al sol, ni a corrientes de frío.

Te contamos un truco: si envuelves con film transparente la punta del racimo, ralentizarás su maduración. Otra cosa que debes saber es que el plátano sigue madurando una vez lo hemos arrancado de la platanera —es climatérico— y desprende etileno en ese proceso, por lo que es mejor no mezclarlo en el frutero con otras frutas para impedir la contaminación cruzada.

Las manzanas

Seguro que alguna vez has cogido una manzana con un precioso y brillante color rojo por fuera, pero te has llevado una decepción al pegarle un bocado y sentir una textura arenosa por dentro. Esto pasa porque en el proceso de maduración de la manzana se produce una degradación celular, que hace que su pulpa vaya desintegrándose.

Bien, pues en esto influye mucho cómo almacenemos nuestras manzanas. Para mantenerlas frescas y crujientes, el mejor lugar donde guardarlas es el cajón de verduras del frigorífico, entre los 4 y los 6ºC, alejadas de la luz solar y con una humedad controlada.

No las guardes cerca de otras frutas que produzcan etileno. Revísalas con frecuencia para evitar que se dañen o almacenar piezas en proceso de putrefacción. En invierno, pueden guardarse en el frutero.

Los kiwis

Pueden conservarse al menos durante dos semanas fuera de la nevera en un lugar fresco, seco, bien ventilado y alejado de la luz solar directa.

Los kiwis son una fruta de maduración muy lenta. Es decir, a temperatura ambiente irán madurando pero poco a poco. Si quieres acelerar el proceso, te damos un truco: mételos durante un día en una bolsa junto con un plátano, por ejemplo, que produce etileno. No lo dejes más tiempo, pues maduraría demasiado cambiando de textura y sabor.

Las naranjas

Si las compras dentro de una caja, intenta que esta tenga agujeros para que puedan ventilarse y ve moviéndolas para que no estén siempre abajo las mismas, pues terminan dañándose.

Las naranjas hay que conservarlas en lugar seco y ventilado. Pueden conservarse fuera de la nevera, revisando frecuentemente que no haya piezas en proceso de putrefacción, lo que puede terminar contaminando al resto.

Un truco es guardarlas en algún recipiente amplio en el que puedan esparcirse más que apilarse, sobre algún lecho de papel, cartón o paja.

Otros consejos de conservación:

  • No laves la fruta antes de almacenarla, hazlo en el momento en que vayas a tomarla y elimina las partes que estén dañadas.
  • No las dejes en remojo, ponlas debajo del grifo y deja correr el agua hasta que veas que están limpias.
  • Si vas a tomarlas con la piel, frótala bien para eliminar la mayor cantidad posible de residuos y contaminantes.
  • Las frutas que conserves en la nevera, introdúcelas en los cajones menos fríos. Hazlo separadas de las verduras, para que no las dañen el etileno que producen algunas frutas.
  • Si ya has pelado y cortado una pieza de fruta, su lugar ya no puede ser otro que el frigorífico. Lo mismo sucede con la fruta batida.
  • En algunos casos, puede ser práctico congelar algunas frutas como fresas, frutos rojos, mango o plátanos maduros para tenerlos disponibles durante más tiempo y poder utilizarlos en batidos, como complemento para un yogur o en otros postres caseros.

Sea como sea, recuerda que es muy importante consumir diariamente frutas y verduras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que tomar al menos 400 gramos o cinco porciones de frutas y hortalizas al día, lo que no incluye los tubérculos como la papa y la batata o boniato.

Según la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX), sin embargo, el consumo per cápita de frutas y hortalizas frescas ha descendido en 2023, con un 2,7% menos si tomamos como referencia el año anterior en el caso de las frutas, con un total de 78,5 kilos por persona y año.