Los países europeos con más coches eléctricos (y sus efectos positivos en la vida de los ciudadanos)

Coches eléctricos de batería.

Darío Pescador

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Los coches eléctricos no son la solución de la crisis climática (nada lo es por sí solo), pero forman parte de una transición necesaria hacia las emisiones cero. La mala noticia es que el porcentaje de coches electrificados (eléctricos de batería e híbridos enchufables) vendidos y en circulación en Europa es aún pequeño. La buena noticia es que el crecimiento en los últimos años ha sido vertiginoso. 

En 2022 el número de turismos totalmente eléctricos (solo de batería) en los países de la UE aumentó un 58% en comparación con 2021: de 1,9 millones a 3,1 millones.

Entre 2019 y 2022 estos coches se dispararon más de un 400%, según datos del informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés). Lo que es más significativo: el porcentaje de vehículos puramente eléctricos en el parque automovilístico total de la UE alcanzó 76 unidades de cada 10.000 en 2021, frente a solo el 2 por 10.000 en 2013. Todas estas cifras muestran un cambio radical en la forma en la que los europeos compran coches.

Uno de los factores que han determinado la adopción de los coches hasta ahora es el precio de compra. Incluso con las subvenciones concedidas por los estados, los coches eléctricos siguen siendo más caros que sus equivalentes de combustión o híbridos.

En los Países Bajos, donde más se venden estos vehículos en proporción, solo representan un 29% de las nuevas matriculaciones. Por otro lado, Alemania alcanzó en 2022 más de un millón de coches puramente eléctricos, seguida del Reino Unido con 641.801, Francia con 605.791, Noruega con 603.697, los Países Bajos con 318.485, Suecia con 205.212 e Italia con 167.213.

Estas cifras son altas en comparación con España, donde solo hay aproximadamente 92.706 vehículos de batería circulando, un 0,4% del total, según el informe de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones).

Según la consultora especializada CleanTechnica, las ventas al final de 2022 han sido aún mayores, con un 25% de ellas correspondiente a los vehículos eléctricos con batería. En España, las matriculaciones totales de turismos se incrementaron en un 44,6% respecto al año anterior, pero no hubo un aumento de la cuota de vehículos eléctricos de batería, que se mantienen en 10.680 nuevas matriculaciones o un 4,5%.

Hay que tener en cuenta que el transporte por carretera en los turismos es responsable de cerca del 12% de las emisiones totales de dióxido de carbono de la UE. El transporte por carretera en general es también el principal responsable de los contaminantes atmosféricos más peligrosos para la salud, como los óxidos de nitrógeno (genera el 43%) y las partículas (un 10% de los niveles de PM2.5, las más dañinas), según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente

Aunque los vehículos híbridos son un paso intermedio de esta transición, las emisiones se reducirán solo cuando se consiga eliminar el parque de vehículos con motores de combustión en todo lo posible. El tiempo para la transición a los vehículos eléctricos se agota. El pasado febrero, el Parlamento Europeo votó a favor de aprobar una nueva ley que prohíbe la venta de coches de gasolina y diésel a partir de 2035. Esta ley espera ahora la votación final del Consejo Europeo, que se aplazó al creerse que no obtendría la mayoría necesaria. 

Más que el número de coches eléctricos de batería por cada país, lo importante es saber la proporción que estos representan en cada uno de ellos. De acuerdo con datos de Eurostat de 2021 (los últimos disponibles), Noruega es, con diferencia, el país en el que más coches eléctricos circulan: el 15,5% de todos los turismos. En el conjunto de la UE, este porcentaje en 2021 era de sólo el 0,8%. Siguen los Países Bajos con 2,8%, Dinamarca (2,4%), Suecia (2,2%) e Islandia (2,2%). 

También son esperanzadoras las cifras de nuevas matriculaciones que en ese año, sumando eléctricos de batería e híbridos enchufables, alcanzaron un 86% en Noruega, 64% en Islandia y 46% en Suecia. 

Son países con un nivel de vida elevado, pero la riqueza no es el único factor que influye en la adopción de coches eléctricos. La existencia de una infraestructura de estaciones de carga y los incentivos fiscales y descuentos por la compra de estos vehículos tienen un papel importante. 

Las infraestructuras van por detrás de la adopción de los coches eléctricos. También según la ACEA, seis países de la UE tienen menos de un punto de carga por cada 100 km de carretera (entre los que se cuentan Lituania, Polonia o Grecia). Los países con el mayor número de puntos de carga son pequeños y densamente poblados, los Países Bajos (64 puntos de carga), Luxemburgo (58), seguidos después de Alemania (26) y Portugal (25).

España está muy abajo en la lista, con 1,6 puntos de carga por cada 100 kilómetros. Una disparidad que es aún más patente cuando se compara con el porcentaje de vehículos electrificados, que en España ya alcanzan el 9,6% de las unidades vendidas y que en Portugal, por ejemplo, es de un 21,7%. De media, solo uno de cada siete estaciones dispone de carga rápida.

La excepción noruega con los coches eléctricos

En cuanto a los incentivos, 17 países de la UE ofrecen algún tipo de ventaja fiscal o descuento en la adquisición de un vehículo eléctrico. Los descuentos están alrededor de los 6.000 euros, llegando a los 10.000 en Rumanía, y la mayoría de estos países ofrecen además rebajas en los impuestos de circulación o IVA.

En Europa el país con más éxito en el cambio a vehículos eléctricos es claramente Noruega, lo cual resulta llamativo por tratarse de un país productor de petróleo. Sin embargo, Noruega ha empujado a los fabricantes hacia los vehículos eléctricos imponiendo estrictos límites de contaminación en las ventas de vehículos e insistiendo en que todos los coches nuevos vendidos hasta 2025 deben estar libres de emisiones. 

Según datos de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos), Noruega, un país con una carga impositiva muy alta, ofrece generosos incentivos fiscales, como la exención de los vehículos de emisiones cero (VEZ) del impuesto de matriculación, el IVA y los impuestos sobre los carburantes, así como una reducción de al menos el 50% de los impuestos de circulación y las tasas de aparcamiento y los ferris.

Los países con más coches eléctricos y el medio ambiente

Las cifras de coches con cero emisiones, totalmente eléctricos, aún son pequeñas en toda Europa. Aún así, es posible extrapolar algunas de las ventajas ambientales que se pueden obtener de esta transición.

La calidad del aire es la más evidente. Las emisiones de contaminantes debidas al transporte son una medida del posible impacto que la adopción de coches eléctricos puede tener en las ciudades europeas. 

Según los datos de Agencia Europea del Medio Ambiente, en general los países con mayor adopción de estos vehículos son también los que registran menores niveles de contaminantes atmosféricos.

Aunque la contaminación en general descendió en 2020 por la pandemia, los niveles de partículas en Noruega entre 2015 y 2019 a causa del transporte por carretera descendieron en un 30%; en Alemania el descenso fue del 12%.

Sin embargo, en otros países estos niveles se han mantenido constantes, especialmente en aquellos donde el parque automovilístico tiene una mayor proporción de vehículos diésel.

La propia pandemia dio una muestra de lo importante que es esta reducción en las ciudades, donde se concentra el tráfico rodado, con reducciones en la contaminación de hasta el 80% durante el confinamiento. 

Otro estudio estimó que la sustitución de los combustibles tradicionales por vehículos eléctricos supondría un aumento del 12,18% de la demanda de energía eléctrica, pero que sin embargo podría cubrirse al 100% con fuentes de energía renovables según las previsiones de energía verde hasta 2028.

Los coches eléctricos, e incluso los híbridos, también contribuyen a reducir los niveles de ruido en las ciudades gracias a su funcionamiento más silencioso en comparación con los vehículos tradicionales con motor de combustión interna, lo que ha provocado un debate sobre si estos vehículos deberían incluir sistemas acústicos que avisen a los peatones de su presencia, lo cual incrementaría la seguridad, pero a costa de empeorar el problema de la contaminación acústica.

Un estudio sobre el efecto de la contaminación acústica y atmosférica concluyó que los vehículos eléctricos podían reducir el ruido interior en 7 dB en el caso de los coches híbridos y en 11 dB en el de los coches totalmente eléctricos, en comparación con los coches de gasolina.

Teniendo en cuenta que un dB es una reducción en 10 veces del nivel de ruido, la diferencia puede ser importante. Otro estudio también corroboró que los coches eléctricos e híbridos producían ruidos de paso menos molestos que los coches con motor de combustión interna.

Sin embargo, es importante señalar que la reducción de la contaminación acústica de los coches eléctricos es más significativa a velocidades más bajas y que el ruido generado por la interacción entre los neumáticos y la carretera sigue siendo un factor a velocidades más altas para todos los tipos de vehículos, algo que las ciudades deben abordar con pavimentos que absorban el ruido de rodadura. 

La electrificación de los vehículos, junto con las medidas de peatonalización, puede mejorar la calidad de vida de los habitantes del centro de las ciudades, que son las zonas que más sufren los efectos de la contaminación y el ruido del tráfico.

 *Darío Pescador es editor y director de la revista Quo 

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