La firma de hipotecas cerró en 2017 uno de sus mejores años de recuperación, con un 9,7% de aumento respecto al ejercicio anterior. A pesar de que el euríbor se sitúa en mínimos históricos, con valores negativos de -0,186, y por lo tanto ya no reporta por segundo año consecutivo crecimiento del interés variable para las entidades crediticias, las mejores condiciones económicas han propiciado un aumento de las concesiones.
No obstante, las hipotecas en 2018 ya no se dan con la misma alegría que en los años de la burbuja inmobiliaria y los bancos fijan unas condiciones económicas del solicitante más estrictas. El perfil de candidato ideal sería un o una profesional de alto rango de alguna administración local, regional o nacional, en torno a los 40 años y con un sueldo neto mensual por encima de los 3.000 euros.
A esta o este solicitante tipo se le concedería y calcularía la hipoteca en las mejores condiciones, es decir por el 100% del valor de venta del inmueble a adquirir y por más del 80% del precio de tasación, así como un interés variable más un 1% y sin apenas tener que contratar productos vinculados. De aquí para abajo, comienzan los matices que definen la oferta de hipotecas para el común de los mortales en 2018 y que a continuación te explicamos.
1. Más interés fijo
Se espera que el euríbor siga estancado en valores negativos durante 2018, pero que inicie su repunte en la segunda mitad de 2019, cuando el actual gobernador del BCE abandone su puesto y la entidad cambie su política económica. No obstante, este año existen ofertas con interés variable, pero se vinculan a un porcentaje fijo cercano al 1%, para evitar que sean negativas.
Además, se compensa el bajo euríbor obligando a contratar numerosos productos vinculados -nominas, seguros varios, cuentas, domiciliaciones-, de modo que la TAE resulte similar al de las hipotecas a interés fijo. En caso de no querer tanta vinculación con el banco, deberemos optar por un interés fijo, cuyos montos empiezan a partir de 2,25% y suben según el perfil del solicitante hasta alcanzar una TAE cercana al 4% si el plazo de devolución es muy prolongado.
2. Menos capital concedido sobre el total de la valoración
Si no somos el solicitante perfecto, debemos hacernos a la idea de que será mucho más difícil que nos otorguen el 100% del precio de la venta y a lo sumo podremos conseguir un 80% del valor de tasación del inmueble, un 60% si no es primera residencia. Los bancos están acotando las concesiones a la baja a pesar de que abren más la mano que en otros años. Según los expertos, conseguir concesiones por el 70% ya es un logro.
3. Tú pagas los impuestos
La reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre quién debe pagar los impuestos derivados de la contratación de una hipoteca deja claro que no nos libraremos ni de pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados ni el de registro del inmueble a nuestro nombre. De hecho, los bancos rara vez han aceptado pagarlo y han perdido muy pocos juicios a este respecto.
4. El notario y otros gastos, a medias
Otra cosa son el resto de los gastos, que la misma sentencia del Supremo determina que deben pagarse a medias o llegando a un acuerdo equilibrado entre entidad crediticia y solicitante. A este respecto las hipotecas ofertadas varían su política según de qué banco se trate. Conviene consultar el reparto de pagos notariales, de estudios, gestión y tasaciones, etc.
5. Más productos vinculados
Los bancos tratan de compensar los valores negativos del euríbor y las pocas expectativas de que crezca a niveles rentables en los próximos años mediante numerosos productos vinculados, especialmente seguros, que nos hagan crecer la cuota mensual. Este es el caso de las pólizas de hogar, de carácter obligatorio en España. Según el comparador Rastreator, solo un 33,8% de los ciudadanos afirma contratar este seguro por cumplir con la ley. No obstante, existe la posibilidad de evitar esta fuerte vinculación con otro tipo de pólizas y servicios contratando a intereses más altos.
6. Más castigo en las hipotecas a largo
La duración media de la oferta de hipotecas para 2018 gira en torno a los 20 años, con una vinculación media e intereses que arrojan una TAE por debajo del 3%. Si queremos aumentar el tiempo de devolución la TAE nos alcanzará valores superiores a este 3%, y mayores si nuestra renta mensual es inferior a los 2.000 euros.
7. Más difícil que nos desahucien
Por otro lado la nueva ley hipotecaria, que se espera que entre en vigor en el segundo semestre del año, dificulta los desahucios al no permitir a los bancos que ejecuten un vencimiento anticipado solo con tres cuotas impagadas. Al contrario, solo será posible este paso, previo al desahucio, si en la primera mitad de vida de la hipoteca se acumula un impagado del 2% de la deuda total, o bien en la segunda mitad el monto supera el 4%.
8. Más claridad informativa
También gracias a la nueva ley hipotecaria deberemos ser informados adecuadamente y con total claridad de las condiciones y cláusulas de la hipoteca. De hecho el proyecto de ley estipula incluso que los notarios nos deberán hacer un examen para certificar que hemos entendido el contrato en su totalidad.