Tu perro también puede tener el colesterol alto: claves para evitarlo y detectarlo

¿Cómo saber si mi perro tiene colesterol?

Inés Aguerri Alonso

25 de mayo de 2023 22:53 h

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Es posible que muchos de nosotros padezcamos colesterol alto o, en su defecto, conozcamos a alguien que sí tiene en su sangre un exceso de esta lipoproteína de tipo LDL, más conocida como “colesterol malo”.

Pero lo que es desconocido para muchos es que nuestros perros también pueden padecer este exceso constante de niveles elevados de colesterol en su sangre, derivando en una enfermedad llamada hiperlipidemia o hipercolesterolemia. 

Para conocerla, saber cómo detectarla, atajarla y conocer sus causas y consecuencias, contamos con la colaboración de Guillermo Bardina, veterinario de la Clínica Veterinaria Miralbueno-Goya, de Zaragoza, y del equipo de profesionales del Hospital Veterinario Ferral, en León, con la veterinaria Paola Santos como portavoz.

El colesterol alto en perros: qué es y diagnóstico

La mala fama del colesterol nos hace creer que debemos huir por completo de este lípido, pero lo cierto es que es esencial para nosotros, ya que “lo produce el propio organismo y funciona en su mayor parte como 'aislante' o 'protector' de la célula por su alta hidrofobia”, explica Santos. Y lo mismo ocurre en nuestros amigos peludos.

Como explica Bardina, “el colesterol alto puede producirse de forma puntual, por ejemplo, si hemos sacado sangre al perro justo después de haber ingerido algo graso” o incluso en momentos de estrés. 

El verdadero problema llega cuando el colesterol pasa a tener una constante presencia de niveles excesivos en el torrente sanguíneo del perro, convirtiéndose en hipercolesterolemia o hiperlipemia.

Por eso, para saber de manera fiable si ese colesterol alto es constante en ellos, “debemos realizar una analítica tras un ayuno prolongado de 8/12 horas”, anota Bardina.

Causas y consecuencias principales del colesterol alto en perros

Tanto Bardina como Santos coinciden en que la causa más frecuente del colesterol alto, sobre todo en animales jóvenes, es una actividad sedentaria y una mala alimentación que lleva a nuestros perros a la obesidad.

Como explica Santos, “si se consume un exceso de grasa, el intestino bloquea la producción endógena del colesterol desde el hígado y este emite una señal para que ese colesterol sobrante sea captado desde el intestino y llevado a la sangre y por lo tanto aumenten las concentraciones plasmáticas”. 

Este exceso de colesterol en los vasos sanguíneos es el que produce una larga lista de enfermedades como la insuficiencia cardiaca congestiva, que “es el desenlace más habitual y con pronóstico fatal en perros con colesterol alto, ya que la descompensación cardiaca que produce se puede estabilizar durante un mes en el mejor de los casos”, explica Santos.

Además, según la portavoz del Hospital Veterinario Ferral, “existe otro tipo de causas de base genética: déficits o alteración de genes que estén configurados para la síntesis de lipoproteínas o enzimas y que su carencia pueda intervenir en el ciclo del colesterol”.

A estas, como explica Bardina, hay que sumar “otras causas de origen metabólico como el hipotiroidismo, la pancreatitis, la diabetes mellitus, el hiperadrenocorticismo (síndrome de Cushing) o el síndrome nefrótico”.

Por otro lado, tanto las perras gestantes como los perros que se encuentran en etapa de vejez necesitan un cuidado más estricto en su nutrición, ya que son vulnerables a sufrir colesterol alto.

Una enfermedad con síntomas casi invisibles

El principal problema del colesterol alto es que sus síntomas son muy silenciosos, razón por la que las pruebas de sangre periódicas pueden ayudarnos a controlar la salud de nuestros perros, sobre todo en animales mayores de ocho años. 

Algo que nos puede ayudar a identificarlo es que “suele haber una causa desencadenante como el hipotiroidismo o una consecuencia del cúmulo del mismo (cardiopatía)”, explica Bardina.

Santos añade que, además, “la mayoría de los perros que padecen colesterol alto que llegan a la consulta suelen tener algunas de las patologías mencionadas anteriormente, pero sobre todo sobrepeso u obesidad”. 

Por su parte, cuando la hiperlipidemia es ya muy acentuada y crónica, pueden aparecer moretones en su piel, dolor abdominal, bultos de grasa, alteraciones en su sistema nervioso e incluso convulsiones. 

Como explica Bardina “aunque no están claros todavía los efectos metabólicos a largo plazo en los perros, se cree que el colesterol alto puede producirles aterosclerosis (acúmulo de lípidos y colesterol en la túnica interna y media de las arterias)”. 

Prevenir y, en su defecto, curar

Tanto la prevención como el tratamiento del colesterol alto en perros se basan en una premisa fundamental: ofrecerle un alimento pautado y de calidad.

“Es imprescindible proporcionarle a lo largo de toda su vida una alimentación equilibrada, sin exceso de grasas y evitar la vida sedentaria”, explica Santos. También es importante, apunta, que “una vez en la etapa adulta/madura se hagan controles sanguíneos a modo de cribado de enfermedades comunes de esta edad (ocho años), como hipotiroidismo o diabetes”. 

El tratamiento dependerá de la causa que le produzca a nuestro perro esta hipercolesterolemia y será entonces cuando el veterinario decida o no administrar fármacos o suplementos como el aceite de pescado Omega 3, beneficioso si la hiperlipidemia sigue presente después de 6-8 semanas.

Sin embargo, en el caso de que la causa sea una dieta inadecuada, “en general se pautará una buena alimentación, alejándonos de piensos de marca blanca que suelen ser más grasos o proporcionando una dieta equilibrada formulada por un veterinario nutricionista y realizar actividad física”, explica Bardina. 

Por nuestra parte, el cuidado de su alimentación en casa marcará un notable beneficio en la salud de nuestro perro, padezca o no colesterol alto, ya que “la mayoría de los problemas radican en la alimentación complementaria, sobre todo casera, ya que nuestros perros tienen un metabolismo lipídico mucho más limitado y necesitan muchas menos grasas que nosotros en su edad adulta”, explica Santos.

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