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Un vídeo en TikTok que muestra a un perro con síntomas de demencia se ha convertido en viral. Han bastando apenas 10 segundos de metraje en la popular red social: este vídeo subido por Jade (@wherejadeplays) muestra a su perro Thomas, un Jack Russell terrier de 14 años con demencia, mirando la esquina de una pared junto a la lavadora.
Jade escribió: “Un síntoma común de los perros que padecen demencia es que miren de forma fija las paredes o las esquinas. A mí me gusta pensar que solo están disfrutando de su programa preferido”. Este es el texto que acompaña su vídeo de TikTok, que supera los ocho millones de reproducciones y más de 661.00 likes desde su publicación, el pasado 23 de febrero.
En el vídeo vemos a Thomas absorto con la mirada fija en la pared: solo la voz cariñosa de su humana que lo llama rompe su trance. Aquí podemos ver el vídeo en TikTok.
En el hilo de casi 8.000 comentarios que han seguido a su publicación desde entonces, su humana aclara que a Thomas su veterinario le había diagnosticado demencia y que también estaba perdiendo la visión. Y explica que comportamientos como este eran bastante frecuentes y que se repetían “siempre que no tenía a alguien cerca a quien seguir”. Por desgracia, Thomas falleció el pasado 8 de mayo, como anunció su humana en Instagram.
Demencia en perros: similar al Alzhéimer en humanos
Como sucede con el Alzhéimer, el tipo de demencia más frecuente en humanos, la demencia en perros, técnicamente conocida como síndrome de disfunción cognitiva canino (SDC), es una enfermedad neurodegenerativa que implica la muerte neuronal, afecta a distintas zonas del cerebro y merma las capacidades cognitivas en general. Y no solo los perros, los gatos también pueden padecer demencia, una enfermedad asociada a los años y a cambios en el cerebro que desencadena una muerte neuronal progresiva en ciertas zonas del cerebro.
Cuanto más mayores nos hacemos, humanos, perros y gatos (y demás animales), más incrementa nuestra atrofia cerebral. Y, aunque la ciencia aún no entiende del todo cuáles son las causas que lo desencadenan, el SDC está asociado, como el Alzhéimer en humanos, a cambios en el cerebro durante el envejecimiento de nuestros compañeros peludos de vida.
Los estudios nos muestran, además, que la demencia afecta más los perros de raza pequeña, como los terrier y otros de reducido tamaño, y también a nuestros compañeros perrunos de vida menos activos: una investigación concluye que los perros que pasean menos con sus humanos resultan algo más vulnerables a padecer demencia.
Cómo reconozco que mi perro sufre demencia
Los síntomas de la demencia en perros se resumen en desorientación, cambios en las interacciones con su familia humana y otros animales, cambios en sus ritmos de sueño. Puede que nuestro camarada perruno comience a hacer pis dentro de casa (aunque sabemos que existen más motivos para que nuestro perro haga pis dentro de casa) y haya un cambio notable de su nivel de actividad.
Aunque, como muestra el vídeo de TikTok, seguramente la desorientación en los perros resulte la señal más frecuente, y debe despertar nuestras alarmas. Y es que el hecho de que nuestro perro se quede mirando la pared entraría dentro de la categoría de síntomas de desorientación.
Otras señales que nos advierten de esta desorientación consisten en olvidarse a dónde van o que duden al moverse por zonas de la casa que antes recorrían de forma rutinaria. Un ejemplo: en lugar de en su cama, que antes disfrutaba, podemos encontrarnos a nuestro camarada que duerme en otra zona o que se ha quedado quieto frente a su cama y la contempla desde cierta distancia.
Cómo ayudo a mi perro o gato con demencia
No existe cura para la demencia de nuestros perros y gatos, pero sí tratamientos que pueden mejorar su calidad de vida; sobre todo, lograr que se sientan más cómodos a nuestro lado. Por lo que, si sospechamos que nuestros amigos pueden sufrir demencia, lo primero es acudir a su veterinario.
También ayuda que mantengamos sus rutinas y que no nos olvidemos de los paseos ni de los juegos diarios; ya que todos estos cuidados especiales les ayudan a reducir la ansiedad que sienten a causa de la demencia. Y algo más: podemos acudir a un etólogo canino (si vivimos con perro) o a un experto en comportamiento felino acreditado (si vivimos con gatos mayores).
Todo ello para que nuestro gran compañero o compañera viva sus últimos años feliz, y para que nos ayude a implementar cambios en casa que hagan su entorno más cómodo y menos confuso. Eso, y mimos por doquier: siempre sientan bien, pero cuando perros y gatos se hacen mayores, aún nos necesitan más.
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