Diez consejos para proteger a tu perro frente al calor de agosto

Foto: Alan Gross

Eric Santaona

Para nuestros perros el verano no es ningún chollo. Antes al contrario, es una estación delicada para su salud, ya que su gestión de la temperatura corporal es mucho menos eficiente que la nuestra; ten en cuenta que no sudan y por tanto no pierden calor por la piel, sino solo por el aliento. Por lo tanto tienen una baja capacidad para refrigerarse y en cambio muchas posibilidades de deshidratarse y en consecuencia las temperaturas extremas les suponen un serio peligro.

Verás que tu can tiene menos ganas de moverse, comerá menos y buscará los lugares frescos y ventilados para soportar el sofoco. A continuación se explican diez pautas para hacerles pasar un buen verano y evitar situaciones dramáticas en las que haya que acudir al veterinario, con el peligro no sea demasiado tarde.

1. Paséalo cuando no haya sol

Es decir a primera hora del día y al anochecer. Sin olvidar que nuestros perros deben hacer sus necesidades por lo menos tres veces al día y lo ideal es que hagan ejercicio en estas salidas, en verano debemos ser más flexibles y a medio día limitar al máximo la exposición a la calle. En cambio podemos alargar los paseos muy de mañana y bien entrada la noche.

Es importante que nuestro amigo peludo limite su ejercicio, aunque será ella o él quien nos mostrará su predisposición al juego intenso según tamaños, razas, pelaje, etc. Los perros grandes son menos eficientes en la gestión del calor y se mostrarán más pasivos, pero hay razas pequeñas, como el bulldog francés, que también tienen problemas.

2. Cuidado con los asfaltos calientes

Ten en cuenta que los perros no llevan zapatos, y por tanto pueden sufrir quemaduras incluso de consideración. Podemos hacer la prueba de caminar descalzopor la acera a pleno sol para sentir lo que ellos padecen. Si sacamos al perro cuando el sol está muy alto, será por la sombra y a paso lo más ligero posible. Para medir el calor del pavimento podemos descalzarnos y probar si lo que pisamos está muy caliente o no. Y ojo que en la noche, si ha pegado fuerte durante el día, el suelo también puede quemarle.

3. Reduce la cantidad de ejercicio

Si tu can no quiere jugar con la pelota, déjalo tranquilo; no se te ocurra montar en bici y hacer que te siga en largos trayectos bajo el sol, hasta que reviente... Deja que tu can te indique lo que le apetece hacer y buscad siempre la sombra.

4. Que tenga el agua siempre cerca y limpia

Carlinos, bulldog francés e inglés, etc., son razas en las que el peligro de deshidratación y muerte es muy real si están expuestos a un fuerte calor, ya que al refrigerar por el aliento pierden mucha agua. No disponer en general a ningún perro en verano de agua fresca y limpia es un olvido imperdonable. 

5. Si lo dejas en la terraza que sea con sombra y solo un rato

Puede que a tu perro le guste salir al balcón o la terraza un rato a tomar el sol, pero eso no significa que desee pasarse el día allí solo y sin posibilidad de cobijo. Si le dejas horas en la terraza o el balcón y te vas a la calle, cometes una crueldad imperdonable si no permites que pueda entrar en casa cuando lo desee.

6. Jamás de dejes encerrado en un coche

Dejar un perro encerrado en un coche más de quince minutos en pleno agosto, a pleno sol y con las ventanas cerradas, es un crimen que seguramente matará a tu perro. Dejarlo con las ventanas algo abiertas o simplemente en la sombra, tampoco es nada recomendable. Si lo llevas en la trasera del coche, vigila mucho que no le de el sol directo y deja las ventanas algo abiertas. Si no, mejor lo dejas en casa. 

7. Evita llevarlo al peluquero en agosto

Aunque sea muy peludo, recuerda que tu perro no suda y por tanto no refrigera el calor por el cuerpo, aunque sí puede ganar calor en exposición directa. Tal vez te suene contradictorio, pero el pelo les protege aunque les agobie. Si lo tienes que pelar, hazlo en primavera para que en verano tenga una capa tupida, aunque no sea muy grande. 

8. Mójalo con frecuencia

A tu perro no le gustará en absoluto que le des agua con la manguera o en la ducha, pero le conviene cuando el calor aprieta y no se puede guarecer. Además, poco después del remojón constatarás que está más contento y animado, incluso más activo. El agua fresca, no demasiado fría, les sienta en general de maravilla cuando hace calor, ya que al evaporarse los enfría. Si tienen pelo largo, tanto mejor. De todos modos, no le fuerces si manifiesta disgusto.

9. Protégele sobradamente contra parásitos y mosquitos

Si estás en el pueblo de vacaciones -los que viven en el campo estas cosas ya las saben-, procura protegerle contra los parásitos de la zona con collares y pipetas. Asesórate en la clínica veterinaria más cercana sobre qué productos conviene usar para prevenir pulgas, garrapatas, mosquitos y otros bichos endémicos del lugar.

10. Vigílales los pies y las orejas

Las gramíneas secas -trigo, cebada, avena y muchas plantas de secarral- son las plantas por antonomasia del agosto. Sus frutos son muelles retorcidos, pensados por la evolución para enredarse en el pelo de un animal o clavarse en el suelo. El problema viene cuando la semilla de gramínea se cuela en un oído o entre las garras y se clava en la carne, produciendo inflamaciones, infecciones y mucho dolor. Hay que hacer una buena revisión después de cada paseo campestre.

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