Aunque la primera plancha para la ropa fue seguramente una piedra caliente, en China, ya desde el siglo I se usaban planchas de metal llenas de brasas. Esa fue la tecnología del planchado durante los siguientes 20 siglos, hasta que llegó la electricidad y las planchas de vapor.
Sin embargo, la actividad del planchado no ha cambiado sustancialmente. Según una encuesta del fabricante de robots de limpieza Roborock, el planchado es la tarea doméstica más odiada por los españoles, con un 58% de detractores. Una parte de esta aversión puede explicarse por lo engorroso de la puesta en escena: la aparatosa tabla de planchar, esperar a que la plancha se caliente, estirar pacientemente cada prenda o repasar los dobleces que inevitablemente se forman.
Quizá por esa mala fama del planchado se están poniendo de moda en los últimos años como alternativa los vaporizadores de ropa, rápidos, cómodos y sin necesidad de tabla. Pero, ¿pueden sustituir a una plancha o son solo un complemento?
Planchar en vertical
Las máquinas de vapor para planchar en vertical, también conocidas como vaporizadores de ropa, funcionan utilizando vapor a presión para alisar las arrugas de la ropa y otros textiles, de forma parecida a una plancha de vapor. La diferencia es un mayor caudal de vapor producido y a mayor presión. Con esto se compensa la ausencia de la presión que ejerce la zapata de la plancha sobre la ropa.
Estas máquinas tienen un depósito de agua que pueden llegar a un litro o más de capacidad, para dotarlas de mayor autonomía. El agua se calienta hasta convertirse en vapor que se libera a través de una boquilla o cabezal. Al pasar la cabeza de vapor sobre la tela, el calor y la humedad del vapor relajan las fibras del tejido, eliminando las arrugas. A diferencia de las planchas tradicionales, no necesitan una tabla de planchar, se calientan casi instantáneamente y son generalmente más rápidas y fáciles de usar en ciertos tipos de tejidos y prendas.
Los vaporizadores de ropa también responden a un cambio de roles y costumbres. Hace apenas unas décadas, las camisas de botones eran la prenda masculina por excelencia y requerían un constante planchado que a menudo recaía en las mujeres amas de casa. En la actualidad, especialmente tras la pandemia de Covid-19, las prendas de vestir elásticas, amplias y sin plancha son la norma tanto para hombres como para mujeres. El planchado es una actividad en declive.
Aun así, hay determinadas prendas que es necesario planchar. Además de las camisas, los vestidos, faldas y pantalones ligeros son especialmente sensibles a las arrugas. Aquí es donde los vaporizadores pueden ayudar.
Ventajas e inconvenientes de los vaporizadores de ropa
Aunque los anuncios que promocionan los vaporizadores para planchar en vertical los presentan a veces como un producto milagro que hace desaparecer las arrugas mágicamente con una sola pasada, esto no ocurre así en todos los casos. Por otra parte, los vaporizadores ganan a las planchas en otros aspectos.
Solo con vapor
Comparados con una plancha tradicional, estos electrodomésticos solo usan vapor caliente para ablandar las fibras de la tela, lo cual es efectivo para tejidos ligeros y arrugas no muy profundas. Por otro lado, las planchas tradicionales aplastan las fibras de los tejidos, y esto acorta la vida de la prenda, algo que no ocurre con las planchas verticales de vapor.
Menos efectivo en tejidos pesados
Unos vaqueros o un traje de lino pueden ser demasiado para un vaporizador. Los tejidos gruesos o con arrugas profundas necesitan la presión mecánica que ejerce una plancha. Aun así, los modelos más potentes y con mayor presión de vapor de las planchas verticales pueden con algunos de estos tejidos.
Ideales para telas delicadas
Algunos tejidos sintéticos, la gasa, el terciopelo o la seda natural no se pueden planchar con calor directo. Aquí es donde los vaporizadores son la estrella de la película. El calor del vapor no derrite ni deforma las fibras, ni siquiera las más finas y delicadas. Con estas prendas se obtienen los mejores resultados.
Rapidez y bajo consumo eléctrico
Las planchas de vapor suelen consumir más energía debido a la necesidad de mantener una placa caliente, con potencias que rondan los 1.800 vatios. En cambio, los vaporizadores verticales suelen tener una potencia algo menor, cercana a los 1000 vatios, pero en este caso el elemento calentador no está encendido permanentemente, solo cuando se produce el vapor. Como solo vaporizan una pequeña cantidad de agua a la vez, el calentamiento es casi instantáneo.
Planchar y desodorizar cualquier objeto
No se nos ocurriría aplicar una plancha a la tapicería de un sillón, unas cortinas colgadas o un muñeco de peluche. Sin embargo, cualquiera de estos objetos puede alisarse con una plancha de vapor vertical, con la ventaja añadida de que el vapor caliente eliminará el 99% de las bacterias y los ácaros, y con ellos los olores y el riesgo de alergias.
Menos riesgo de quemaduras
Si alguna vez has dejado una plancha encendida sobre una prenda es posible que la hayas quemado. Esto no puede ocurrir con una plancha vertical. También se reduce el riesgo de quemarse las manos al contacto, ya que el cabezal solo quema cuando emite vapor.
Cómo elegir una plancha vertical de vapor
El precio de estos electrodomésticos tiene un rango amplio que va desde unos 30 euros hasta más de 300 en los modelos profesionales, que tienen un gran depósito de vapor del que sale una manguera con el cabezal aplicador al extremo. Sin embargo, la mayoría de las planchas verticales de uso doméstico tienen un precio entre los 30 y 60 euros.
Estas son las características que debes mirar al comprar una plancha vertical de vapor:
- Potencia y calentamiento: una mayor potencia generalmente significa un calentamiento más rápido y un flujo de vapor más potente. Los modelos más rápidos tienen al menos 1500-1800 vatios.
- Capacidad del tanque de agua: un tanque más grande permite sesiones de vapor más largas sin recargar, aunque también hace que el vaporizador sea más pesado de sujetar en la mano. Considera cuánto tiempo necesitarás usarlo en cada sesión.
- Tamaño y peso: si necesitas movilidad, elige un modelo más ligero y portátil. Hay modelos de mano que son muy prácticos para viajes.
- Accesorios: algunos modelos vienen con accesorios para diferentes tipos de telas o para tareas específicas como quitar pelusas o vaporizar prendas más delicadas.
En conclusión, los vaporizadores verticales son ideales para un uso rápido, cómodo y seguro en una amplia gama de tejidos, especialmente los delicados, aunque pueden ser menos efectivos en tejidos pesados o con arrugas profundas.