Certificado de bienestar animal en explotaciones ganaderas: ¿qué es y cómo se evalúa?
Encarna, lectora y socia de eldiario.es, nos hace la siguiente petición en el texto de un correo electrónico: “me gustaría que me aclaraseis, por favor, si existe el certificado de bienestar animal certificado por AENOR, que he leído en la publicidad de leche Pascual. Y si existe alguna lista de empresas productoras de leche donde estén ordenadas por el bienestar animal que le ofrecen sus vacas”.
En efecto, leche Pascual hace gala en una publicidadde poseer la certificación de Bienestar Animal de AENOR, un sello homólogo del europeoWelfare Quality, que se concede en base a un protocolo en el que se miden las condiciones de trato a los animales en las explotaciones en base a cuatro parámetros. En el desarrollo de dicho protocolo han participado instituciones como el IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries) dependiente de la Generalitat de Catalunya o la Universitat Autònoma de Barcelona, así como otras numerosas universidades europeas.
No obstante, Pascualno es la única empresa de explotación animal que ha conseguido dicha certificación: la central lechera ATO, los pollos que comercializa Eroski, algunas carnes y productos lácteos de Lidl, también presumen de poseerlo. Y Campofrío también asegura que se dispone a conseguirlo.
Al parecer la certificación de bienestar animal está triunfando como herramienta de marketing a la vez que cumple con la demanda de los consumidoresde asegurar que los animales explotados no han sufrido maltrato y han sido criados en unas condiciones dignas. Aunque hay quien ha asegurado tenerla para defenderse de las acusaciones de maltrato animal, y al final ha resultado que tal acreditación no existía,como es el caso de Incarlopsa.
¿Cómo se evalúa el bienestar animal?
El bienestar animal, siempre según el sello Welfare, se garantiza sobre cuatro patas fundamentales: la alimentación, el alojamiento, el estado sanitario y la relación y el trato. En estas cuatro variantes se evalúan las siguientes exigencias:
Alimentación: los auditores estudian la dieta del animal, que debe ser equilibrada y en las cantidades requeridas, así como el estado visual para comprobar que no sufren desnutrición ni problemas asociados a esta. También se comprueba que el animal disponga siempre de agua en condiciones, así como que se le proporcionan los suplementos necesarios.
Alojamiento: el animal debe disponer cuando hace calor de alguna zona refrigerada donde protegerse, así como de lugares con calefacción y secos cuando hace frío. Además debe poder elegir libremente si quiere estar en el exterior o el interior. En el interior, por otro lado, debe poder moverse con libertad y comodidad. También se valora la limpieza del animal según el estado de las distintas partes de su cuerpo que los auditores evalúan.
Salud: en este campo se evalúa no solo si los animales están sanos sino también qué controles se llevan sobre la salud de los mismos. Así como si el veterinario acude regularmente a la explotación, si sigue una pauta sanitaria preventiva o si viene con rapidez cuando se presenta un problema. Se evalúa también el porcentaje de mortalidad en la explotación o la ausencia de prácticas dolorosas para los animales, como el corte de colas, de cornamenta, etc.
Trato: además de comprobar la ausencia de malos tratos, por ejemplo observando la distancia a la que las vacas, las ovejas, los cerdos, etc., reculan ante la presencia humana, se comprueba que la relación entre el propio rebaño es buena, que no hay miembros excluidos o marginados.
Estas cuatro variables comportan una serie de puntos si se cumplen los requisitos en positivo. Los auditores de AENOR, para España en colaboración con el IRTA, se presentan en las explotaciones y pasan unos días comprobando y dando puntuaciones. Estas arrojan finalmente un cómputo por encima del cual se puede conceder la certificación de Bienestar Animal. La explotación, o en su defecto quien comercialice su producto, podrá mostrar el sello en el etiquetado.
La polémica por los certificados de matadero
Tal como revelaban nuestros compañeros de eldiario.es Castilla-La Manchaen el reportaje El “negocio” de los certificados de bienestar animal en los mataderos, existe toda una industria de certificados para mataderos expedidos por entidades privadas y que, según Oyba Valenzuela, miembro de la Comisión de Derecho Animal de la Confederación Española de la Abogacía Joven (CEAJ), “son papel mojado” sin ningún valor.
Valenzuela confirmaba en el reportaje, y a cuenta de la falsa certificación de Incarlopsa, que “no hay ningún certificado oficial” en nuestro país relacionado con el bienestar animal en los mataderos. Por su parte tanto AENOR como el IRTA se aprestaban a subrayar que sus certificados cuantifican únicamente las explotaciones ganaderas en cuanto a la cría pero no tienen una extensión para mataderos.
Así que algunas certificaciones para pollos, carne de porcino, vaca, etc., de las que presumen los supermercados solo se refieren al bienestar durante la cría, pero no durante el sacrificio. Y para terminar, no existen regulaciones a nivel de la normativa europea sobre cómo debe ser el bienestar de los animales, tal como te explicamos en Leche ecológica, BIO y de vacas felices: ¿en qué se diferencian?