¿Por qué hemos dejado de usar mercromina?
La mercromina, nombre comercial de la merbromina, es un antiséptico, es decir, una sustancia que inhibe la proliferación de microorganismos e impide la acción patógena sin perjudicar los organismos superiores. Ha acompañado a mucha gente durante su infancia cuando, para curar heridas y rozaduras, teñía la piel de las rodillas o los codos de un color rojo intenso.
Esta manera de sanar cortes, arañazos o rozaduras era mucho más aparatosa que la sangre de la misma lesión. Y este es, entre otros, alguno de los inconvenientes de la mercromina y otros similares: en muchos casos el uso de antisépticos colorantes puede enmascarar el aspecto real que tiene la herida, lo que dificulta que se pueda controlar su evolución y curación.
¿Qué es la mercromina?
Este producto mercurial, que contiene mercurocromo, está considerado un bacteriostático de baja potencia, es decir, no produce la muerte de la bacteria sino que impide que esta se reproduzca. En realidad, con la mercromina la bacteria envejece pero es casi inactivo frente a esporas, virus y micobacterias. Este antiséptico se inactiva en presencia de materia orgánica, como la que puede haber en una herida y, en ocasiones, puede producir dermatitis de contacto y sensibilidad sobre la piel.
Hasta hace unos años se ha usado como antiséptico de heridas y para curar el cordón umbilical, pero en el medio sanitario sobre todo, aunque también en el ámbito doméstico, ha sido suplantada por otros antisépticos, aunque todavía existen preparados comerciales (mercurocromo, mertiolate) que se usan como antisépticos en pequeñas heridas, reconoce la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).
Qué puede utilizarse para una herida (y qué es mejor no)
Los antisépticos son productos químicos que se utilizan sobre tejidos vivos para eliminar microorganismos o inactivar virus. Una de sus particularidades es que no tienen capacidad selectiva, es decir, eliminan todo tipo de gérmenes. Uno de los más eficaces es la clorhexidina que se vende con el nombre comercial de Cristalmina.
Es quizás la más utilizada y recomendable para heridas abiertas porque tiene una baja toxicidad para la piel (aunque no para la boca y ojos). Se trata de un antiséptico tópico con efecto muy rápido y una mínima absorción (solo se han asociado algunas reacciones alérgicas a su tratamiento tópico). Tiene efecto bactericida contra microorganismos como estreptococos, estafilococos, E. coli, salmonellas y bacterias anaeróbicas.
Otra solución antiséptica usada es la povidona yodada como Betadine. El yodo que se usa es una solución de povidona yodada al 10%. Este antiséptico es de uso tópico y de amplio espectro de actividad. Es activo frente a bacterias, hongos, virus, protozoos y esporas. Libera lentamente yodo orgánico, que es el que posee la actividad bactericida.
Tiene actividad microbicida en presencia de sangre, pus, etc., y ayuda en el proceso de cicatrización de un gran número de heridas. No deben mezclarse varios antisépticos a la vez porque podrían interaccionar entre sí y esto dificultaría la curación de la herida o, en ocasiones, provocar irritaciones y o algún problema en la piel. Por ejemplo, no puede aplicarse conjuntamente la mercromina con el yodo.
En cambio, el alcohol etílico o alcohol de 96º, el que suele tenerse en casi todas las casas, no debería usarse para curar una herida abierta porque no ejerce efecto en materia orgánica, es decir, en sangre o pus y, además, escuece y causa sequedad en la piel. Su actividad bactericida, en cambio, sí es eficaz para desinfectar la piel antes de una inyección o una vacuna, por ejemplo, y para limpiar y desinfectar las manos o la piel sana.
Tampoco es aconsejable usar agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) como antiséptico porque puede obstaculizar la curación de la herida e irritar la piel. Es poco potente porque las catalasas (enzimas) de los tejidos vivos la inactivan. Como antiséptico suele usarse para limpiar heridas muy sucias, por su acción sobre los anaerobios, aunque nunca debe usarse en cavidades cerradas ya que puede ser peligroso porque libera oxígeno. Sí es efectiva, en cambio, como desinfectante de superficies o para taponar una hemorragia nasal, es un excelente desinfectante.
Pasos para curar una herida
Lo primero que debe hacerse es valorar la herida y ver a qué nos enfrentamos. Una herida no deja de ser un ataque a nuestra piel, que debe lidiar con piedras, tierra, objetos que cortan, etc. Si la herida es pequeña, los pasos a seguir son:
- Lavarse bien las manos antes de curar cualquier tipo de lesión y secarlas bien.
- Antes de aplicar cualquier antiséptico en una herida esta debe limpiarse bien con agua o una solución fisiológica. Puede usarse agua y jabón si la herida está muy sucia. En este caso, debe enjuagarse muy bien para no dejar ningún rastro. Es importante retirar y eliminar restos de tierra o células muertas que puedan dificultar la cicatrización y que puedan favorecer la infección.
- Aplicar un antiséptico de los que hemos mencionado, como la clorhexidina, que ha demostrado ser efectivo para un gran número de gérmenes, siguiendo siempre las indicaciones que se adjuntan en el prospecto (debe tenerse en cuenta que no siempre será necesario aplicar un antiséptico si la herida es pequeña y cicatriza bien).
- No mezclar antisépticos.
- En algunos casos se puede cubrir la herida con un apósito no adherente. No debe utilizarse algodón porque tiene mucha facilidad para adherirse a los tejidos y, al retirarlo, puede causar dolor y sangrado. Además, si quedan restos de algodón pueden provocar una infección.
- Debe tenerse en cuenta que algunos antisépticos se inactivan con jabones de uso doméstico (duchas, limpieza de manos, etc.), advierte el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).
Estas pautas son útiles en caso de pequeñas heridas superficiales que no requieran mayor cuidado. En el caso de que esta sea profunda o esté muy sucia y no se pueda lavar bien y presente una hemorragia difícil de controlar, es recomendable acudir a un centro sanitario.
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