Por mucho que laves tus toallas siempre aparece un profundo y característico mal olor, en ocasiones acompañado de una mancha amarillenta y un tacto áspero. No se trata de que no sepas usar la lavadora: tus toallas han cogido humedad. Esto puede ocurrir por no dejarlas secar de forma adecuada o que el baño sea excesivamente húmedo.
Debemos ser claros: es difícil que recuperes tus toallas. La humedad es muy persistente y tiende a enraizarse en las toallas una vez aparece por primera vez. Pero eso no significa que no puedas posponer que el olor aparezca de nuevo lo máximo posible. Aún así, tal vez deberías considerar adquirir nuevas toallas, ya que los hongos adheridos a ellas son negativos para la piel.
Cómo evitar el olor de las toallas
Es importante que intentes evitar que tus toallas cojan un olor desagradable. Si no lo haces, acabarás atrapado en un ciclo de hedor en tus toallas, sin importar lo mucho que las laves:
- Ventila el baño: si tu baño retiene humedad, tus toallas también lo harán. Es importante que lo ventiles después de cada ducha. Si no es posible porque no hay una ventana, solo rejillas de ventilación, puedes recurrir a un deshumidificador, que absorberá la humedad del ambiente.
- Bien estiradas: cuando cuelgas las toallas para secar, asegúrate de que estén bien estiradas. Si una toalla tiene pliegues, acumulará allí humedad. También ten en cuenta que las toallas siempre se secarán de fuera hacia adentro, por lo que esa zona es más propensa a retener humedad.
- Al sol: las toallas deben estar lo expuestas a la luz directa, para que se sequen antes. Asegúrate de colgarlas cerca de la ventana. Si no tienes ningún colgador de baño cerca, siempre puedes colgarlas en las barras de la cortina.
- Lávalas con regularidad: lo ideal es que las toallas se laven cada par de días. Si sueles lavar tus toallas de ducha cada más tiempo porque son muy grandes, plantea usar toallas de manos después de asearte y lavarlas cada día junto al esto de tu colada. Tus toallas siempre olerán a limpio, te asegurarás de que las grandes no cojan humedad del baño y evitarás hongos o bacterias en tu piel.
- No te pases con el detergente: otra recomendación para eliminar el mal olor en las toallas es utilizar una cantidad moderada de jabón líquido o detergente. Es cierto que estos productos facilitan la limpieza así como su desinfección, no obstante, en exceso acabarán deteriorando los tejidos. También debes evitar usar suavizante, que apelmaza la ropa. Si quieres, puedes sustituir el suavizante por vinagre de alcohol, introduciéndolo en su cajetín correspondiente.
- Fuera del cesto: meter las toallas en el cesto de la ropa sucia es un error muy habitual que debes evitar a toda costa. Cuando tengas que lavar las toallas, hazlo de inmediato. La razón es porque al echarlas al cesto de la ropa sucia y dejarlas varios días mojadas esperando su lavado, atrapan humedad. Como alternativa, puedes dejarlas secar encima de la lavadora.
- Toallas secas: si, una vez lavadas, dudas en si están secas o no, no las guardes todavía. Déjalas secar el mayor tiempo posible, ya que cogen humedad si se guardan mojadas en el armario. Si quieres asegurarte de que están siempre perfectas deberías plantearte invertir en una secadora. Así tendrás toallas secas siempre, con el añadido de que adquirirán una textura esponjosa.
- Tiende la ropa: uno de los errores más frecuentes al poner la lavadora es no secar la ropa tras su lavado. Si dejas la ropa dentro de la lavadora durante horas, se generará moho y malos olores. Por ello, al terminar el ciclo de lavado de las toallas, tiéndelas en seguida.
Cómo quitar el olor de las toallas
Ten en cuenta que debes seguir siempre las instrucciones que aparezcan en la etiqueta de lavado de tus toallas. Si no quieres que el mal olor se transmita al resto de tu ropa, asegúrate de lavar las toallas por separado.
- Vinagre de alcohol y bicarbonato de sodio: la pareja por antonomasia de los remedios caseros. Es una solución potente y natural para combatir los olores. El vinagre de alcohol, conocido por sus propiedades desodorizantes y antimicrobianas, ayuda a neutralizar este aroma, mientras que el bicarbonato de sodio absorbe y elimina los olores desagradables. Simplemente esparce un poco de bicarbonato sobre las toallas y añade un chorrito de vinagre en el tambor de la lavadora durante el prelavado.
- Limón y sal: debes poner a remojo las toallas con olor a humedad y añadir al agua una cucharada grande de sal por cada litro y unas gotas de aceite esencial de limón, que no sólo eliminará el mal olor de las toallas, sino que también les dará un extra de suavidad. Después de una hora a remojo, lávalas con normalidad.
- Percarborato de sodio: elimina olores y blanquea tu ropa. Este compuesto está disponible en la mayoría de droguerías a un precio muy asequible. Solo tienes que mezclar esta sustancia con tu detergente de confianza e introducirlo en el cajetín. Puedes hacer la mezcla dentro de este compartimento de la lavadora, pero asegúrate de que el percarborato no se sedimenta en el fondo.
- Amoniaco líquido: si lavas a máquina, lo único que tienes que hacer es introducir las toallas y albornoces en el tambor, verter una generosa cantidad de amoniaco líquido (especial para lavadoras) en el cajetín habitual del detergente y programar un ciclo de lavado corto, con agua caliente y centrifugado suave.
- A 40 grados: las toallas se deben a lavar a entre 40 y 60 grados, a no ser que especifiquen lo contrario. Es importante para la eliminación de bacterias.
- Oxígeno activo: es un producto con un gran poder oxidante, lo que le permite eliminar el grueso de bacterias y gérmenes. Puedes aplicar el producto directamente en la toalla o en el cajetín, dependiendo de las recomendaciones de la lavadora.
- Desinfectante para lavadora: si no quieres tener que tirar tu toalla con el tiempo por su mal olor, puedes probar un producto específico. El desinfectante para lavadora eliminará las bacterias que causan el hedor de tus toallas. Presta atención a las instrucciones del fabricante para no estropear los tejidos.