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Durante los meses de verano, de la misma manera que nos protegemos de las altas temperaturas y de los rayos de sol para evitar problemas como la deshidratación, también debemos prestar atención a nuestros dispositivos electrónicos como el móvil, el portátil, Kindle o la tablet. Las temperaturas calientes extremas pueden perjudicar su funcionamiento y provocar daños en la pantalla o en los componentes electrónicos, agotando más rápidamente la batería.
Si bien muchos dispositivos electrónicos están diseñados para soportar altas temperaturas, el límite recomendado es de 35ºC. Los dispositivos de teléfonos inteligentes como el iPhone, por ejemplo, están diseñados para entornos donde la temperatura oscila entre los 0ºC y los 35ºC, según Apple, por lo que no recomienda usarlos a temperaturas fuera de este rango ya que puede dañar de forma permanente la batería.
El calor, además de degradar la batería, puede provocar deformar la pantalla, fundir componentes estructurales o dañar componentes internos como cables. Un portátil demasiado caliente va más lento y las aplicaciones se cierran o fallan de forma inesperada mientras el dispositivo intenta evitar daños internos.
Algunos dispositivos móviles nos avisan si superan las temperaturas de funcionamiento seguras. Otros incluso se apagan de manera automática o entran en modo de suspensión para minimizar la generación de calor.
Pero, si no nos da ningún mensaje de advertencia, es importante tener en cuenta la cantidad de calor y luz solar directa a la que los exponemos.
Estrategias para proteger los dispositivos electrónicos del calor
En este sentido, SPC, la compañía española tecnológica especializada en el desarrollo de productos de electrónica de consumo, da una serie de consejos para preservar nuestros smartphones del calor, que podemos hacer extensible a otros dispositivos, con algunas apreciaciones:
1. Evitar la luz directa del sol
El sol es uno de los grandes enemigos de los dispositivos electrónicos porque las altas temperaturas pueden perjudicar los componentes internos de tablets o móviles. Con el sobrecalentamiento, los datos pueden perderse, la pantalla pierde calidad en la imagen y el dispositivo irá más lento.
Por tanto, no los dejaremos en el salpicadero del coche, donde pueden llegar a alcanzarse temperaturas de hasta 60ºC si le toca el sol, o encima de una mesa al aire libre. Si vamos a la playa o la piscina, podremos dejarlos envueltos en una toalla en la sombra dentro del bolso. Los efectos del sol pueden agravarse si usamos una funda muy gruesa porque impide que se disipe el calor a través de la carcasa.
2. No usar los dispositivos mientras los recargamos en la corriente
Un móvil cargándose genera mucho calor que, sumado a las altas temperaturas de estos días y a un uso intensivo, puede provocar que el sistema vaya mucho más lento. Por tanto, es aconsejable dejar de usar el móvil mientras lo estamos cargando. También deberemos evitar la carga rápida ya que es una opción que calienta y degrada mucho más la batería, así como prestar atención a utilizar el cargador correcto y no uno cualquiera.
3. Liberar el móvil de aplicaciones activas y evitar jugar o grabar vídeos
Si tenemos muchas aplicaciones abiertas, estas consumirán más recursos del sistema y se aceleran los procesos, por tanto, aumenta la temperatura interna del terminal. Además, los teléfonos tienden a calentarse solos cuando hacemos un uso intensivo de gráficos que ponen a prueba su procesador, como jugar a videojuegos, transmitir vídeos o usar la cámara para grabar imágenes. El uso del GPS también eleva la temperatura del dispositivo.
4. Contar con una buena conexión de datos móviles
Hablamos de redes o wifi, que liberan al dispositivo de buscar siempre la mejor conectividad. En cambio, si obligamos al móvil a buscar las mejores redes, aumentará la temperatura interna del dispositivo.
5. Bajar el brillo de la pantalla
Subir el brillo obliga a la batería a trabajar más y generar más calor. Es recomendable reducirlo y acortar el tiempo de espera de la pantalla para evitar que esta esté encendida durante un periodo largo.
En el caso de otros dispositivos, como el ordenador o la tablet
1. Limpiar el dispositivo
Los ordenadores de mesa y los portátiles acumulan polvo, sobre todo en las salidas y entradas de aire, que suele ser uno de los principales motivos de que se calienten en exceso. En esta guía de limpieza te ayudamos a hacerlo de forma eficaz.
2. Mantener la CPU bien ventilada
Aunque es una medida que debemos contemplar todo el año, en verano cobra especial importancia. Para conseguirlo, deberemos asegurarnos que la zona de ventilación de ordenadores tiene suficiente espacio y que no hay nada que los tape y, por tanto, impida una correcta salida de aire.
En el caso de los portátiles, tablets y ebooks podemos optar por una base de disipación de calor, especialmente las que integran ventiladores y un flujo de aire que expulsa el calor al exterior que, además, nos ofrecerán una postura más ergonómica. Aquí es clave la zona donde ponemos el portátil o la tablet, que será una superficie plana, como una mesa, en lugar de una blanda como una cama o un sofá porque así se bloquea el ventilador, impide que el aire fluya y, por tanto, se sobrecalienta.
3. Reducir los procesos que se ejecutan en segundo plano
Cuanto más trabaja la CPU, más se calienta. Esto incluye revisar las ventanas del navegador que estamos usando, ya que puede hacer que el dispositivo trabaje horas extras y se calienten. También es importante asegurarnos de que las aplicaciones están actualizadas porque esto usará menos energía.
Es recomendable minimizar todos los procesos que se ejecutan en segundo plano, cerrando los programas que no se usan. Debemos tener en cuenta que la CPU es una de las partes del equipo que más energía disipa en forma de calor.
4. Evitar el uso prolongado e intensivo y apagar el portátil o tablet cuando no lo usamos
Si no vamos a usarlos en unas horas, lo mejor es apagarlos. Si este tiempo es más corto, lo recomendable es suspenderlo.
Cómo enfriar un dispositivo electrónico demasiado caliente
Si los dispositivos se sobrecalientan, lo que no debemos hacer nunca es intentar enfriarlo en la nevera o en el congelador (en el caso del móvil o la tablet) ya que lo podría estropear. Lo más recomendable es enfriarlo cuanto antes y, para ello, lo apagaremos y lo dejaremos en una zona con una temperatura no muy alta.
El objetivo es conseguir una temperatura normal de forma progresiva, ya que el cambio drástico de temperatura también podría perjudicar el dispositivo.
Si el móvil o la tablet llevan una funda, la retiraremos, activaremos el modo ahorro de energía y apagaremos del dispositivo las opciones de wifi, bluetooth, datos, GPS y otros. Si activamos el modo avión, las apagaremos de golpe y será más rápido.