Quitar las uñas acrílicas y semipermanentes en casa: cómo hacerlo de forma segura

Un procedimiento adecuado y cuidadoso es clave para retirar recubrimientos sin debilitar la superficie natural de las uñas.

Edu Molina

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En los últimos años, la manicura con uñas acrílicas y esmaltes semipermanentes ha experimentado un auge significativo en el mundo de la estética. Estos métodos ofrecen una apariencia impecable y una durabilidad que supera a la de los esmaltes tradicionales, convirtiéndose en la elección preferida de quienes buscan mantener unas manos bien cuidadas por más tiempo.

Sin embargo, aunque la aplicación de estas técnicas suele realizarse en salones especializados, en ocasiones surge la necesidad de retirarlas en casa, ya sea por falta de tiempo o por circunstancias que impiden acudir a un profesional. Este proceso, si no se lleva a cabo correctamente, puede comprometer la salud de las uñas naturales, provocando daños que pueden tardar en repararse.

La retirada de uñas acrílicas y esmaltes semipermanentes en un entorno doméstico requiere de una serie de precauciones y conocimientos específicos para garantizar que las uñas naturales no sufran daños. Es fundamental seguir un procedimiento meticuloso y utilizar los materiales adecuados para evitar problemas como la debilitación de la lámina ungueal, infecciones o irritaciones en la piel circundante.

Retirada de uñas acrílicas en casa

Las uñas acrílicas se caracterizan por su resistencia y durabilidad, lo que también implica que su eliminación requiera de un proceso cuidadoso. Según expertos en manicura, es posible realizar este procedimiento en casa siguiendo los pasos adecuados y utilizando las herramientas correctas.

  1. Preparación inicial: antes de comenzar, es esencial reunir todos los materiales necesarios: una lima de grano grueso, acetona pura, algodón, papel de aluminio, un empujador de cutículas y aceite hidratante para cutículas. Contar con todo el material a mano facilitará el proceso y minimizará interrupciones.
  2. Lima de la superficie: con la lima de grano grueso, se debe rebajar la capa superior del acrílico, eliminando el brillo y reduciendo el grosor de la uña artificial. Este paso permite que la acetona penetre de manera más efectiva en las capas inferiores del acrílico. Es importante realizar este paso con cuidado para no dañar la uña natural.
  3. Aplicación de acetona: empapar un trozo de algodón en acetona pura y colocarlo sobre la uña limada. A continuación, envolver cada dedo con papel de aluminio para mantener el algodón en su lugar y evitar la evaporación de la acetona. Se recomienda dejar actuar durante aproximadamente 15 minutos. Este método permite que el acrílico se ablande y facilite su posterior retirada.
  4. Retirada del acrílico: transcurrido el tiempo de exposición, retirar el papel de aluminio y, con la ayuda de un empujador de cutículas, deslizar suavemente el material acrílico ablandado desde la base hacia la punta de la uña. Si alguna zona presenta resistencia, es preferible repetir el proceso de aplicación de acetona en lugar de forzar la retirada, para evitar daños en la uña natural.
  5. Pulido y cuidado final: una vez eliminado todo el acrílico, utilizar una lima suave o un taco pulidor para alisar la superficie de la uña natural. Posteriormente, aplicar aceite hidratante en las cutículas y una crema nutritiva en las manos para restaurar la hidratación perdida durante el proceso. Este paso es crucial para mantener la salud y el aspecto de las uñas y la piel circundante.

Retirada de esmalte semipermanente en casa

El esmalte semipermanente, aunque menos robusto que las uñas acrílicas, también requiere de un procedimiento específico para su correcta eliminación sin comprometer la integridad de la uña natural.

  1. Lima de la capa superior: al igual que con las uñas acrílicas, es necesario eliminar el brillo del esmalte semipermanente limando suavemente la superficie de la uña. Este paso facilita la penetración de la acetona en las capas inferiores del esmalte. Es fundamental realizar este paso con delicadeza para no dañar la uña natural.
  2. Aplicación de acetona: empapar un disco de algodón en acetona pura y colocarlo sobre la uña. Luego, envolver cada dedo con papel de aluminio para mantener el algodón en su lugar y evitar la evaporación de la acetona. Se recomienda dejar actuar durante unos 15 minutos. Este método permite que el esmalte se ablande y facilite su posterior retirada.
  3. Retirada del esmalte: después del tiempo de exposición, retirar el papel de aluminio y, con un palito de naranjo o un empujador de cutículas, deslizar suavemente el esmalte ablandado desde la base hacia la punta de la uña. Si alguna zona presenta resistencia, es preferible repetir el proceso de aplicación de acetona en lugar de forzar la retirada, para evitar daños en la uña natural.
  4. Pulido y cuidado final: una vez eliminado todo el esmalte, utilizar una lima suave o un taco pulidor para alisar la superficie de la uña natural. Posteriormente, aplicar aceite hidratante en las cutículas y una crema nutritiva en las manos para restaurar la hidratación perdida durante el proceso. Este paso es crucial para mantener la salud y el aspecto de las uñas y la piel circundante.

Recomendaciones y precauciones adicionales

Aunque es posible realizar la retirada de uñas acrílicas y esmaltes semipermanentes en casa, los expertos en salud y estética recomiendan encarecidamente acudir a profesionales para este procedimiento.

En caso de optar por la eliminación en casa, es recomendable no recurrir a métodos agresivos, como arrancar o raspar el material con fuerza, ya que esto puede provocar debilitamiento severo de la uña natural. Asimismo, es aconsejable hidratar las uñas y cutículas de forma constante con aceites y cremas específicas para recuperar la flexibilidad y resistencia de la lámina ungueal.

Por último, se recomienda evitar la aplicación continua de uñas acrílicas o esmaltes semipermanentes sin dejar periodos de descanso. Dar tiempo a las uñas naturales para regenerarse es clave para prevenir problemas como la descamación, el adelgazamiento excesivo o la aparición de irregularidades en la superficie de la uña. En caso de notar fragilidad extrema, es conveniente consultar con un especialista en dermatología o podología para recibir asesoramiento personalizado y evitar complicaciones en la salud de las uñas.

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