A la hora de realizar las tareas del hogar, la limpieza puede complicarse cuando se trata de manchas muy incrustadas o de malos olores. Por ello, la lejía es uno de los productos más utilizados, sobre todo gracias a su gran poder desinfectante, que permite neutralizar bacterias, virus y hongos.
El compuesto, también conocido como lavandina, no solo es de gran utilidad por sus características, sino que también destaca por ser una opción económica para neutralizar todos los gérmenes del hogar. Sin embargo, su uso no es del todo sencillo, ya que de ser empleado erróneamente, puede llegar a ser perjudicial para la salud.
De esta manera, utilizada con cuidado y con las precauciones necesarias, la lejía es un gran aliado. Sin embargo, es normal que tras un uso continuado del producto, este acabe manchando nuestra ropa, lo que podría desteñirla, quitándole parte de su color y en ocasiones estropeándola por completo.
Pese a que es prácticamente imposible revertir los efectos de la lejía en la ropa —ya que no solo daña las fibras de la tela, sino que elimina el color de estas directamente, destiñéndolas por completo—, existen algunas opciones que te permitirán recuperar tus prendas manchadas de lejía favoritas o, al menos, darles una segunda vida.
Retocar la zona afectada con un marcador de tela
Uno de los métodos caseros más útiles para retocar pequeñas manchas de lejía es recurrir a los marcadores de tela. Estos son unos rotuladores especiales que permiten marcar la zona con tinta resistente a los lavados. Para ello, selecciona un rotulador del mismo color que la prenda decolorada y haz una prueba en una zona poco visible.
Si el color coincide y es de tu agrado, utilízalo para marcar toda la zona descolorida por la lejía hasta que el color quede de manera uniforme y sea imposible apreciar ninguna mancha. Los marcadores de tela están disponibles en gran variedad de colores, por lo que será sencillo encontrar uno del mismo color que la prenda dañada.
Teñir la prenda al completo
Si la prenda cuenta con gran número de manchas, es posible que la mejor opción sea teñirla por completo, evitando así que se aprecien los desperfectos. Para ello, comienza lavando y secando la prenda correctamente en la lavadora para eliminar cualquier resto de lejía.
A continuación, revisa el compuesto de la prenda para adquirir un tinte textil adecuado a la misma. Si no es posible adquirir un colorante del mismo color exacto al de la prenda dañada, es recomendable adquirir un tinte de un color más oscuro al del tejido original para que este tape por completo cualquier mancha. Una vez adquirido el color deseado será hora de aplicarlo sobre las prendas.
De esta manera, prepara un recipiente con agua caliente y vierte el tinte mezclándolo correctamente. Tras ello, sumerge la prenda por completo y déjalo reposar por el tiempo que recomiende el fabricante. Una vez haya finalizado la espera, mete las prendas teñidas en la lavadora y utiliza un programa simple para retirar el exceso y que el color se asiente.
Cubrir la zona afectada con un bordado o parche
Una de las maneras más sencillas de ocultar una mancha de lejía es taparla con un parche o bordado. Esta opción es fácil y económica, además de ser una gran oportunidad para darle un toque propio y personal a la prenda.
Revisa el parche que vas a utilizar, si es termoadhesivo, será posible pegar con calor. Para ello, precalienta la zona durante unos 15 segundos y coloca el parche encima de la mancha. A continuación, utiliza un poco de papel de horno entre el parche y la plancha para que este no se queme mientras se ejerce presión. Una vez colocadas todas las partes, presiona durante medio minuto con la plancha caliente para que el pegamento se adhiera a la prenda.
Si el parche seleccionado no es termoadhesivo, también es posible bordarlo, para ello tan solo habrá que coser el parche por los bordes hasta que quede bien sujeto, aunque también se puede continuar con bordados alternativos que integren el parche lo máximo posible en la prenda.
Decolorar la prenda por completo
Pese a que todas las alternativas anteriores pueden ayudar a salvar alguna de nuestras prendas favoritas, en ocasiones cualquier medida es ineficaz cuando los tejidos están muy dañados. Por ello, una manera de darle otra vida a las prendas con zonas manchadas de lejía es rendirse al error y decolorarlas por completo.
De esta manera, blanquear toda la prenda permitirá volver a darle uniformidad. Para ello, sumérgela por completo en lejía diluida en agua —tres partes de agua por cada una del compuesto— y déjala reposar durante máximo media hora. Así, dejarla más de 30 minutos puede dañar las fibras, pero los tiempos varían en función del tejido de la siguiente manera:
- Si son telas resistentes, como algodón o mezclilla, sumérgelas entre 15 y 30 minutos.
- Si son telas delicadas, como lino o algunos sintéticos, sumérgelas entre 5 y 10 minutos.
Tras ello, mete todas las prendas decoloradas en la lavadora para retirar el exceso de lejía. Además, evita mezclar el compuesto con otros productos de limpieza como amoniaco, ya que juntos pueden producir gases altamente tóxicos que pueden conllevar graves problemas respiratorios, entre otros.