Cómo quitar las manchas de óxido de la ropa
Es posible que, debido al uso, nuestra ropa favorita quede manchada por sustancias como aceite, vino o lejía, que producen daños en ocasiones definitivos. Por eso, es importante conocer los métodos más eficaces para limpiar cada una de las manchas, ya que actuar con rapidez es clave.
Uno de los tipos de manchas más singulares son aquellas producidas por óxido. Estas destacan por ser notablemente difíciles de quitar y porque no solo pueden afectar a una prenda, sino que si se mantienen durante mucho tiempo, pueden propagarse al estar en contacto con otros tejidos.
Conocer cómo tratar este tipo de accidentes puede ser crucial para evitar tener que tirar ropa en buen estado o que se quería conservar. De esta manera, estos son algunos métodos para quitar este tipo de manchas de la ropa.
Cómo quitar las manchas de óxido de la ropa
Existen varias alternativas para retirar las manchas de óxido de la ropa lo antes posible, evitando que estas se propaguen a otras prendas y dejándolas como recién estrenadas. Aun así, es importante conocer más de un método, ya que los materiales y formas de limpiar la ropa varían en cada uno, pudiendo así llevar a cabo el que resulte más cómodo.
Una de las formas más comunes de retirar las manchas de óxido de la ropa con materiales que es posible encontrar en el hogar es utilizando sal y zumo de limón. Esto es debido a que el ácido del limón es útil a la hora de disolver el óxido, permitiendo eliminar este de la ropa completamente.
Para ello, comienza colocando un paño de microfibra debajo de la mancha -evitando así que el líquido del limón traspase hacia más partes de la prenda-. Tras ello, vierte un vaso de zumo de dicha fruta -lo cual equivaldría aproximadamente al jugo de un limón completo- sobre la mancha y espolvorea una pizca de sal sobre la misma.
A continuación, deja que la prenda seque al sol durante media hora como mínimo, para que la luz solar potencie el efecto del ácido cítrico. Tras ello, frota con suavidad la mancha con un cepillo de cerdas suaves -o un cepillo de dientes viejo- hasta que los restos desaparezcan definitivamente. Finaliza lavando la prenda junto con el resto de la colada de la forma habitual.
Otro de los trucos más conocidos por todos los amantes de la limpieza casera es recurrir al vinagre blanco de limpieza y el bicarbonato de sodio. Esta combinación es muy efectiva, ya que ambos productos sirven como potentes desinfectantes y desodorizantes, y al mezclarlos se produce una pequeña reacción efervescente que ayuda a eliminar la suciedad.
Así, comienza humedeciendo la mancha de óxido con vinagre blanco de limpieza y espolvorea bicarbonato de sodio sobre ella hasta cubrir la zona completamente. A continuación, deja que la mezcla repose durante media hora y frota con un cepillo de cerdas suaves tras ello. Para finalizar, es importante enjuagar la prenda con agua fría antes de lavarla como de costumbre.
Por otro lado, existen productos específicos en tiendas de limpieza dedicados a eliminar las manchas de óxido de la ropa. Es recomendable recurrir a ellos cuando ningún método casero ha resultado efectivo o si no se quiere poner en riesgo la prenda.
Una manera rápida de retirar el óxido es con quitamanchas específicos, los cuales son comercializados en tiendas de limpieza y supermercados, por lo que son accesibles para cualquier usuario. Aun así, recuerda seguir siempre las indicaciones del fabricante a la hora de aplicar cualquier producto nuevo o que desconozcas su método de empleo.
Recomendaciones clave
Pese a que los métodos de limpieza deberían resultar efectivos para retirar cualquier mancha de óxido, independientemente de su tamaño, es importante tener presente otras recomendaciones básicas que contribuirán a limpiar la prenda de una manera sencilla y eficaz.
Recuerda actuar con rapidez, ya que las manchas de este tipo serán más difíciles de eliminar cuanto más tiempo pase. Además, evita aplicar cloros -como lejía-, puesto que estos pueden ayudar indirectamente a fijar más la mancha en la tela, echando a perder la prenda de manera definitiva.
Por otro lado, si se cuenta con más de una mancha de óxido o con más de una prenda dañada, es recomendable probar en una con poco valor económico o sentimental; o por otro lado, en una zona pequeña, para asegurar que esta no causa daños en los tejidos en los que se han sufrido desperfectos.
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