Cuatro hábitos que incorporar tu rutina para mejorar la circulación y las varices en verano

Varices y arañas vasculares.

Elena Segura

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La situación de tirantez y piernas cansadas puede convertirse en un auténtico lastre durante el verano. En esta estación en la que muchos tomamos vacaciones, el estrés y el sedentarismo del trabajo pueden pasarnos factura. A esto se pueden sumar las varices. También llamadas venas varicosas, son venas hinchadas y retorcidas que se encuentran justo debajo de la piel. Habitualmente se producen en las piernas.

Las varices son una afección común provocada por paredes y válvulas venosas débiles o dañadas. Las venas tienen válvulas unidireccionales en su interior que se abren y cierran para que la sangre siga fluyendo hacia el corazón. Cuando las válvulas y paredes venosas se dañan pueden hacer que la sangre se acumule o incluso que fluya en dirección contraria. Esto se llama reflujo. Las venas pueden aumentar de tamaño y deformarse, lo que provoca la aparición de varices.

Se pueden formar varices por cualquier aumento de presión dentro de las venas. Esto puede ocurrir por la edad, por un embarazo, por sobrepeso y obesidad, por permanecer sentado o de pie durante periodos prolongados o por un estilo de vida inactivo. El riesgo puede ser mayor si existen antecedentes familiares de varices.

A no ser que se eliminen de forma quirúrgica, no tienen cura, pero sí se pueden aliviar. Si padeces de varices, no dudes en consultar a tu médico para ponerles remedio. Recibir tratamiento temprano puede evitar que las varices empeoren y ayuda a prevenir complicaciones, como sangrado y úlceras. Las úlcera son llagas abiertas que no cicatrizan bien y que pueden infectarse o provocar otros problemas. Las varices pueden presentar estos síntomas:

  • Venas azuladas y abultadas
  • Molestias por picazón o ardor alrededor de las venas
  • Cambios de coloración en la piel alrededor de las venas
  • Hinchazón en las piernas
  • Dolor sordo y persistente en las piernas
  • Sensación de pesadez en las piernas y los pies
  • Calambres nocturnos en las piernas

Además de acudir a nuestro médico, hay cambios en nuestro estilo de vida que pueden ayudar a prevenir y aliviar los síntomas de las varices. Antes de ponerlos en práctica, no dudes en consultar con tu facultativo si ciertos remedios son adecuados para ti.

Mantenente activo

El estilo de vida activo mejora la circulación de las piernas y puede ayudar a evitar que se hinchen las varices o padezcas de piernas cansadas. El ejercicio físico hace que los músculos de la parte inferior de las piernas se contraigan, lo que puede ayudar a que la sangre regrese al corazón y no se acumule en las venas de las piernas:

  • Caminar: se trata de uno de los ejercicios más simples y efectivos para mejorar la circulación en las piernas. Con tan solo caminar al menos 30 minutos al día a paso ligero puedes estimular el flujo sanguíneo. Este ejercicio también ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y mejora la salud cardiovascular en general.
  • Elevación de piernas: la elevación de piernas es otro excelente ejercicio para mejorar la circulación. Acuéstate de espaldas y eleva las piernas en un ángulo de 90 grados. Mantén esta posición durante unos minutos y luego baja las piernas lentamente. Repite este movimiento varias veces para ayudar a que la sangre fluya más fácilmente hacia el corazón.
  • Estiramientos: los estiramientos son cruciales para mantener los músculos flexibles y mejorar la circulación. Estira los músculos de las piernas diariamente para reducir la rigidez y aumentar el flujo sanguíneo. Puedes realizar estiramientos de isquiotibiales, cuádriceps y pantorrillas para obtener los mejores resultados.
  • Ejercicios de pierna: los ejercicios de pierna, como levantar los talones y las puntas de los pies, también pueden ser eficaces. Estos ejercicios pueden realizarse en series de 15 repeticiones varias veces al día. Esto ayuda a promover el retorno venoso y a prevenir problemas como la hinchazón y las varices.

Hidrátate

La hidratación adecuada es esencial para una circulación sanguínea óptima. Beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio ayuda a mantener el volumen sanguíneo y facilita el transporte de nutrientes y oxígeno a los músculos. Asegúrate de mantenerte hidratado para maximizar los beneficios de tu rutina de ejercicios.

Deja el tabaco

Fumar es un hábito muy dañino que afecta a la circulación sanguínea del cuerpo. La adicción a la sustancia principal del tabaco, la nicotina, puede ser una de las causas que provoca la aparición de problemas circulatorios en el cuerpo. El tabaco incide de esa manera en las varices:

  • La nicotina aumenta la viscosidad de la sangre, algo que es comúnmente conocido como un potenciador del riesgo de padecer trombosis.
  • El tabaquismo es un factor de riesgo vinculado a la Trombosis Venosa Profunda (TVP). Esta afección sucede cuando se forma un coágulo sanguíneo en una vena situada en una zona profunda de nuestro cuerpo.
  • Afecta principalmente a las venas grandes, en la parte inferior de la pierna y el muslo, pero puede presentarse en otras, también profundas, como las del brazo y la pelvis. Una persona que fuma es más propensa a presentar coágulos de sangre.
  • La nicotina produce una vasoconstricción en las arterias, un estrechamiento de los vasos pequeños y los capilares, que ocasiona que llegue menos sangre a los tejidos más periféricos.
  • Disminuye la deformabilidad de los hematíes (glóbulos rojos) volviéndolos menos elásticos. Esto ocasiona dificultad para su paso por los vasos más finos o que lo hagan más lentamente, obstruyendo el paso de otros componentes de la sangre y no pudiendo trasportar el oxígeno hasta su destino.
  • La TVP afecta principalmente a las grandes venas en la parte inferior de la pierna y el muslo, casi siempre en un lado del cuerpo. El coágulo puede bloquear el flujo sanguíneo.
  • El consumo prolongado de cigarrillos puede incrementar la aparición de coágulos sanguíneos en las piernas, que pueden viajar a los pulmones. Por tanto, si abandonas el hábito de fumar, favorecerás la salud de tus venas.

Una buena dieta

La ingesta adecuada de antioxidantes, presentes en frutas y vegetales coloridos, fortifican las paredes de los vasos sanguíneos al mismo tiempo que mejoran la circulación. El consumo de alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, fresas y pimientos, favorece la producción de colágeno, fortaleciendo las venas y minimizando la probabilidad de complicaciones. Por otro lado, es recomendable moderar la ingesta de sodio para evitar la retención de líquidos y disminuir la hinchazón asociada a las varices.

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