Cómo restaurar un mueble viejo: seis pasos a seguir para reconvertirlo

Mueble para restaurar.

Héctor García Alonso

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Mantener el hogar lo más limpio y a nuestro gusto posible es esencial para crear un espacio agradable y acogedor en el día a día. Esto no solo ayuda a sentirse más cómodo al llegar del trabajo o durante los días libres, sino que también contribuye a mejorar la estética general del domicilio, volviéndolo un lugar más agradable también acoger visitas.

Con el paso del tiempo, varias zonas o elementos de casa pueden ir desgastándose hasta perder su forma o color por completo, impidiéndoles cumplir su función correctamente. Es posible que muebles del hogar como mesas, cajoneras o armarios necesiten una actualización para aportar una estética mucho más agradable y renovada.

Por ello, es importante estar atento al mobiliario más estropeado por el paso del tiempo para poder actuar reconvirtiéndolo o restaurándolo con el objetivo de reutilizarlo o darle una nueva vida. Aquí van seis pasos e ideas que puedes emplear para restaurar un mueble viejo.

Límpialo y prepáralo

Una vez se haya seleccionado qué mueble se quiere renovar, es esencial limpiarlo para garantizar que este no cuente con ningún tipo de suciedad adherida que pueda interferir en el proceso de restauración. Para ello, uno de los productos más útiles es el vinagre blanco de limpieza.

Mezcla el compuesto con agua a partes iguales y humedece un trapo de microfibra con la combinación. A continuación, frota en movimientos circulares hasta retirar toda la suciedad. Este truco es especialmente efectivo para los muebles con restos de grasa u otras sustancias difíciles de eliminar.

Si la suciedad persiste en zonas poco accesibles, es posible recurrir a un cepillo cerdas suaves -o un cepillo de dientes viejo- para acceder a las esquinas con mayor facilidad. Tras ello, retira el exceso y deja que la zona seque al aire hasta que no queden restos de humedad.

Líjalo para quitar imperfecciones

Uno de los procesos fundamentales para reacondicionar los muebles de madera es el lijado. Este permitirá remover la capa de acabado exterior sin dañar la estructura del mismo y dejando un acabado superficial suave y uniforme. Comienza con papel de lija de granos 80 o 120, siempre con movimientos lineales en la dirección de las vetas de la madera.

Una vez que no sean visible las principales imperfecciones, utiliza un papel de grano más fino para suavizar la superficie por completo. También es posible llevar a cabo esta tarea mediante una lijadora eléctrica, facilitando el trabajo notablemente, aunque esta no te permitirá acceder a zonas más complicadas como esquinas o cajones.

Revísalo por completo

Una vez lijado, inspecciona el mueble cuidadosamente en busca de grietas o astillas. Es posible utilizar masilla para rellenar los pequeños agujeros aplicándola con una espátula y dejándola secar hasta que quede completamente dura. Después, lija con un papel suave para nivelar la superficie.

Por otro lado, si al revisar el mueble se detectan piezas sueltas, es posible utilizar adhesivo de carpintero, que permitirá fijarlas a las zonas a las que pertenecen. Además, si este cuenta con partes demasiado dañadas, como una pata a punto de romperse, puede que sea necesario reemplazar esa pieza por otra de las mismas características.

Píntalo del color que más te guste

Una vez el mueble esté lijado y se hayan tratado todos los desperfectos, es momento de limpiarlo con el color que más te guste o que más se adecue al resto de elementos presentes en la habitación. Puedes dar una primera mano de pintura blanca antes de aplicar el color, o dar varias manos de la tonalidad elegida directamente.

A la hora de pintar, aplica el producto en capas finas y uniformes, dejando secar entre capas para que no queden ni burbujas ni manchas de brochas o rodillos. Es posible que necesites al menos tres manos hasta que el mueble presente un acabado uniforme.

Renueva los accesorios

Una vez que la estructura del mueble esté completa, es posible adquirir nuevos accesorios como tiradores o bisagras de otro color, que te permitirán darle un acabado único y personal. Existen múltiples alternativas, de diferentes colores, materiales y estilos con las que decorar y renovar las piezas.

Asegúrate de medir los orificios ya existentes para comprar nuevas piezas que sean totalmente compatibles, ya que de no ser así podrían no servir los agujeros ya hechos. Por otro lado, también es posible mantener los accesorios originales, antes de volver a colocarlos, límpialos completamente con un producto para metales o plásticos, o sumergiéndolos en vinagre blanco de limpieza durante unos minutos y frotándolos suavemente con un cepillo de dientes viejos tras ello.

Protégelo de posibles desperfectos

Una vez que la pintura esté completamente seca y se esté seguro de que el resultado es el deseado, es posible aplicar una capa de barniz o cera para proteger el acabado. Este puede ser de varios tipos, como satinado, mate o brillante, dependiendo de la estética deseada.

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