¿Tener buen humor es bueno para la salud? Esto dice la ciencia
El buen humor tiene beneficios para la salud. Numerosos trabajos científicos coinciden en que afrontar las distintas circunstancias de la vida con un actitud positiva ayuda a potenciar el bienestar, disminuir el riesgo de problemas físicos o mentales y hacer que estos puedan afrontarse mejor o solucionarse con mayor rapidez.
La expresión buen humor se refiere a un estado de ánimo. Es decir, no se trata de una emoción particular, que en general necesita de algún estímulo externo concreto y resulta más bien pasajera. El buen humor es una situación menos intensa y específica, pero que permanece durante un tiempo más prolongado.
Ese estado se manifiesta a través de señales o emociones que, en el caso del buen humor, suelen ser sonrisas y risas, alegría, tranquilidad, generosidad y, en general, una sensación de bienestar.
Satisfacción con la propia vida
El buen humor y las emociones que lo acompañan “potencian la salud y el bienestar y favorecen sentimientos de satisfacción con la propia vida”, explica en un artículo la psicóloga María del Carmen Neipp López, profesora en la Universidad Miguel Hernández, con sede en Elche.
Tales emociones positivas contribuyen con un aumento en la producción de endorfinas, unos neurotransmisores con efectos analgésicos y que generan bienestar e incluso euforia.
Sus efectos positivos repercuten no solo a nivel cerebral –en el sistema límbico– sino que también alcanzan a los sistemas endocrino, digestivo, cardiovascular y respiratorio, según ha señalado en una entrevista Begoña Carbelo, doctora en psicología y autora del libro 'El humor en la relación con el paciente'.
Además, añade Carbelo, los sentimientos positivos intervienen también en “la evolución y la recuperación de los procesos de enfermedad”, dado que aumentan la motivación, la confianza y la energía tanto a nivel cognitivo como emocional. De este modo, se incrementan las posibilidades de lograr “una mejor y más ágil adaptación”.
Beneficios de la psicología positiva
Hasta hace unos pocos años, la psicología y la medicina en general se habían ocupado de manera casi exclusiva de las cuestiones negativas: identificar enfermedades, trastornos y problemas e intentar curarlos, o al menos mitigar sus efectos.
Sin embargo, desde comienzos de este siglo ha ganado cada vez más espacio la llamada psicología positiva, una corriente que procura ampliar ese enfoque y “abordar la cuestión de cómo construir y mantener una buena vida”. Con esas palabras lo explican, en un estudio, expertos de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.
¿Qué es una “buena vida”? Pues una existencia que implica más que la mera ausencia de males: es una vida feliz, saludable, productiva y con significado. Por eso, la psicología positiva se propone estudiar “lo que hace que la vida merezca ser vivida” y “a las personas siendo y dando lo mejor de sí mismas”.
El documento aclara que no se trata de negar los problemas y el sufrimiento humano, sino de considerar que “lo bueno de la vida es tan genuino como lo malo y, por lo tanto, merece igual atención por parte de los psicólogos”.
Técnicas para fortalecer el buen humor
Los profesionales que siguen esta corriente han desarrollado algunas técnicas de intervención que pueden, “a corto plazo, aumentar el bienestar y reducir problemas como la depresión”. Algunas de esas técnicas son:
-Saboreo. Llaman así al ejercicio de “tomar conciencia del placer e intentar de forma deliberada que permanezca”. Es decir, “saborear” los acontecimientos positivos. Quienes comparten las buenas sensaciones con otras personas, crean recuerdos de esos hechos (a través de fotos, diarios, etc.) o ponen más atención a las percepciones durante esos buenos momentos, por lo general, se sienten más satisfechos.
-Gratitud. La decisión activa de sentirse agradecido por los acontecimientos positivos, apuntan los expertos, “aumenta el optimismo y la satisfacción con la vida”.
Todo esto, desde luego, hace al buen humor, un estado de ánimo positivo. “Ser optimista, tener esperanza y sentirse más feliz –apunta Neipp López– ayuda a que las personas sean capaces de manejar adecuadamente el estrés y las situaciones adversas”, y también “tienden a experimentar menos dolor y discapacidad relacionados con enfermedades crónicas”.
El sentido del humor, también de gran ayuda
El sentido del humor también desempeña un rol importante en este sentido. Esto es, no el buen humor como un estado de ánimo y las emociones y actitudes que se derivan de él, sino como la capacidad de reírse, incluso en momentos de dificultades.
“El sentido del humor y la risa se postulan como factores promotores de la resiliencia y como factores de protección”, señala un trabajo de investigadoras argentinas publicado en 2019. El texto apunta que “la gente podría aumentar el control sobre su propia salud física mediante el cultivo de experiencias de emociones positivas, gestando así una mejor calidad de vida”.
Y agrega que, entre otras cosas, a través del humor se puede “descargar la ansiedad, el miedo y la angustia, como así también facilitar la expresión de hostilidad, ira o agresividad de una manera socialmente aceptada”. Asimismo, “permite apreciar el lado positivo de una situación, permitiendo señalar incongruencias o contradicciones”.
“Se necesita reír también ante la desdicha”, enfatiza por su parte Begoña Carbelo. “El humor alivia la tensión y la inseguridad, equilibra el ánimo y permite compensar las circunstancias desafortunadas”, añade la especialista, quien califica la capacidad de reír aun en esos momentos como “un regalo de nuestra naturaleza humana”.
Los efectos positivos de la risa
La fisioterapeuta Cristina Sánchez explica que el sentido del humor también “nos permite experimentar sosiego y felicidad aun cuando nos enfrentamos a la adversidad”. Y enumera los numerosos efectos positivos de la risa:
-A nivel psicológico, sirve para reducir el estrés, mejora la autoestima, activa procesos de regresión (“a un nivel anterior de funcionamiento mental o emocional, generalmente como un mecanismo para aliviar una realidad que se percibe como dolorosa o negativa”), permite exteriorizar emociones y sentimientos y alivia la depresión.
-Desde el punto de vista físico, la risa funciona como analgésico (gracias a las mencionadas endorfinas), fortalece el sistema inmune y también los aparatos respiratorio y circulatorio. También tiene el efecto de un masaje para la columna vertebral, mejora la digestión e incluso ayuda a dormir mejor.
-Y también tiene beneficios a nivel social, puesto que, al ser contagiosa, ayuda a cambiar situaciones tensas, tristes o incómodas, desinhibe, mejora la comunicación y, en consecuencia, estrecha los vínculos interpersonales.
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