“Somos lo que comemos” es una frase que solemos escuchar a menudo y que podemos asociar perfectamente no solo a la salud en general, sino también a la oral en particular. Cuando pensamos en los alimentos solemos hacerlo teniendo en cuenta aspectos sobre cómo nos afectará a nuestra salud cardiovascular, a nuestro peso, etc.
Pero poco lo hacemos pensando en los efectos que tienen sobre nuestros dientes. Debemos tener en cuenta también que tener una buena salud dental no solo pasa por el cepillado de dientes y la visita regular al dentista. La alimentación puede hacer mucho también.
Cómo afecta la alimentación a los dientes
Una dieta saludable contribuye, en gran medida, a tener dientes y encías más sanos y ayudar a prevenir problemas dentales más graves. Por tanto, es importante que dejemos de usar los dientes para comer y empezar a comer para nuestros dientes. Porque la diferencia entre una sonrisa sana y las visitas frecuentes al dentista tiene mucho que ver con la alimentación.
Las bacterias en la boca convierten los azúcares y carbohidratos de los alimentos que consumimos en ácidos, que son los que atacan la estructura mineral del esmalte de los dientes. En las condiciones ideales, esto provocará caries.
Según el Libro Blanco de la Salud Oral 2020, el 65% de los españoles reconoce que tiene algún problema bucodental. Además de la caries aparecen dientes sensibles, encías sangrantes, dientes que se mueven y dolor o dificultad al abrir y cerrar la boca.
Está comprobado que fortalecer los dientes y las encías es la mejor manera de prevenir enfermedades bucales como gingivitis, caries, enfermedades periodontales, mal aliento y pérdida de dientes.
¿Cuáles son los alimentos más buenos para nuestros dientes?
Algunos de los principales alimentos que se han asociado desde siempre como de los mejores para nuestra salud bucal son “el jengibre, la cúrcuma o el té, ricos en gran cantidad de nutrientes”, reconoce Patricia Bratos, ortodoncista.
Pero, como admite la experta, no son los únicos. Debemos hacer que nuestra alimentación sea lo más variada y equilibrada posible, “rica en vitaminas y nutrientes que necesitamos no solo para la salud de dientes y encías, sino para el organismo”. Es importante incluir en nuestra alimentación:
- Frutas y verduras crudas: manzanas, pepino o zanahorias contribuyen a la limpieza de la superficie dental. Además, contienen vitaminas y minerales, tan valorados por sus grandes beneficios. También aportan gran cantidad de agua y fibra. Masticar frutas y verduras crudas, sobre todo las más crujientes, estimula la producción de saliva para eliminar los ácidos.
- Vitamina A: mantiene las mucosas y el flujo salivar y ayuda a las encías a mantenerse sanas. También refuerza el esmalte. Alimentos como carnes, pescados, lácteos, huevos, frutas, verduras y legumbres nos aportarán la cantidad suficiente.
- Vitamina C y K: es importante para la salud periodontal porque repara los tejidos conectivos claves para prevenir la inflamación de las encías. Debemos incluir alimentos como pimiento rojo, perejil, coles de Bruselas, brócoli, kiwi, además de acelgas, lechuga, coliflor, etc.
- Vitamina B2: evita la aparición de llagas en la boca con alimentos como leche, queso, clara de huevo, vegetales verdes, cereales enteros o pescado.
- Proteínas, calcio y vitamina D: favorecen la correcta formación de los dientes de leche. Alimentos como ave, pescado, huevos ayudan a fortalecer los dientes. Otros, como los productos lácteos (queso, yogur y requesón) tienen un alto contenido de calcio y una proteína llamada caseína, que ayuda a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias de la boca.
- Agua: pensar en lo que bebemos también es importante para nuestros dientes porque ayuda a que estos sean más resistentes a los ataques de ácido que causa caries. El agua también ayuda a enjuagar la boca, lo que reduce las bacterias, el ácido y las partículas de alimentos en los dientes y encías.
Desde el Consejo General de Dentistas insisten en que ningún alimento o bebida particular, aunque sea muy sano, sustituye el cepillado dental con pasta dentífrica fluorada. “Es esencial mantener unas correctas rutinas de limpieza ya que la higiene es la base de la salud bucodental”, afirma Bratos.
¿Cuáles son, en cambio, los alimentos que deberíamos comer con moderación?
En la otra cara de la moneda se situarían los alimentos que es mejor tomar con moderación, que son los siguientes:
- Alimentos altos en azúcar: es una de las principales causas de problemas dentales (caries) porque las bacterias en la boca se alimentan del azúcar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos reducir el consumo de azúcar al 5% de la ingesta calórica diaria, lo que equivale a unos 25 gramos diarios. Es importante reducir el consumo dulces, bollería industrial, comida procesada o bebidas azucaradas.
- Cítricos y ácidos: alimentos como el zumo de limón, los jugos de frutas concentrados, la naranja, etc. pueden provocar erosión dental, lo que se traduce en un descenso del grosor del esmalte, que nos protege el diente de agresiones externas.
- Alimentos duros: el consumo de caramelos, piruletas o turrón duro pueden conllevar riesgo de fractura, sobre todo si “hacemos movimiento palanca”, reconoce Bratos. Esto puede dañar la articulación temporomandibular (ATM), sobre todo si se sufre bruxismo.
- Alimentos que tiñen los dientes: el vino, el té, el café, los frutos rojos, la soja o las espinacas pueden teñir los dientes.
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