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¿Qué significan los símbolos de las bombillas led? Guía para elegir bien al comprar una

ConsumoClaro

8 de noviembre de 2023 23:14 h

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Desde el invento de la bombilla incandescente por parte de Joseph Wilson Swan en 1879, no se había logrado en materia de iluminación artificial un salto tecnológico y en ahorro energético tan grande como con la creación de la tecnología led. Mientras que la tecnología incandescente se basa en la emisión de luz por parte de una resistencia caliente, generalmente formada por tungsteno —y la fluorescente tiene el mismo principio pero aplicado a un gas—, la tecnología led deriva de la capacidad de algunos materiales de emitir luz cuando pasa por ellos la corriente eléctrica, es decir, cuando se mueven electrones.

De hecho, la tecnología led se conoce desde hace muchos años, pero inicialmente resultaba cara por la dificultad de encontrar los materiales adecuados. De este modo, solo se utilizaba para los botones de encendido y de stand by de diversos electrodomésticos, televisores o aparatos de música. No es hasta finales de los 90 cuando los materiales que la conforman comienzan a ser asequibles, y ya en el siglo XXI su comercialización se hace un popular por sus enormes ventajas, entre las cuales se encuentran:

  • Un ahorro importante en el consumo de energía doméstica: una bombilla led gasta tres veces menos energía que una incandescente, las más comunes todavía en muchas casas. Algunos cálculos le atribuyen un ahorro hasta del 80% respecto a las bombillas clásicas.
  • Una muy superior durabilidad: la reposición de bombillas se dilata muchas veces más allá de los 20 años en condiciones no intensivas, de uso de dos a cuatro horas al día. Esto es porque no se trata de una tecnología donde los materiales se calienten, con lo cual su desgaste debido al calor es menor. Otra consecuencia directa es que son unas bombillas que no dan calor, por lo que no contribuyen a caldear los espacios.
  • Una mayor potencia lumínica: si la medimos respecto a las bombillas incandescentes, halógenas y fluorescentes, las led ganan en potencia por goleada. Su aplicación práctica se resume en que con menos bombillas podemos iluminar espacios y volúmenes habitacionales mucho más amplios.
  • Un importante abanico cromático: la tecnología led presenta distintos grados de calidez, del amarillo al blanco (de luz cálida a muy fría); algo que en las bombillas incandescentes solo se consigue con un cristal blanco. Y sobre todo que en estas últimas no es regulable.

Cómo interpretar los símbolos y etiquetas de las bombillas led

Con estas ventajas es lógico que muchas personas se hayan planteado cambiar radicalmente el tipo de bombillas de su casa, o bien sustituir progresivamente las incandescentes que se van estropeando por bombillas led. Es una buena decisión, si bien no tan sencilla como puede aparecer, ya que a la hora de elegir nuestras nuevas bombillas deberemos tener en cuenta que las equivalencias entre una y otra tecnología no son lineales, y tampoco lo serán los parámetros por los que realizaremos nuestra compra.

Todas las ventajas arriba citadas y esta plasticidad de virtudes de las bombillas led conllevan una nomenclatura mucho más amplia que en una simple bombilla incandescente, por lo que, a la hora de orientarnos en la compra, requeriremos un conocimiento mínimo de los símbolos que veremos grabados en la superficie del cristal. O de lo contrario nos podemos encontrar poniendo en la lámpara de la mesita de noche una bombilla que dé más luz que los faros del Bernabeu.

A continuación pasamos a describir lo que significan las distintas siglas que encontraremos en la caja de la bombilla:

  • W: se refiere a la potencia, al igual que en las incandescentes, pero teniendo en cuenta que las bombillas led iluminan hasta diez veces más, hay que aplicar factores de conversión. Por ejemplo, 3W sería la iluminación idónea para una mesita de noche, correspondiente a unos 30 vatios. Un 8W ya serían 60 vatios, bastante potencia, mejor para grandes espacios, y de ahí en adelante son más adecuadas para iluminar exteriores.
  • Lumen: se refiere a la intensidad lumínica, que puede variar mucho de una bombilla a otra y, de nuevo, al igual que con la potencia, nos puede torcer la compra una interpretación equivocada. Rara vez precisaremos más de 500 a 600 lux —equivalente a un lumen por metro cuadrado de superficie iluminada— en interiores. Y estas intensidades las precisaremos principalmente en zonas como la cocina o lámparas de estudio, ya que ayudarán a no fatigar tanto la vista. En estancias que deseemos difusamente iluminadas o creando ambiente, estaremos entre los 100 y los 200 lux; más podría ser ineficaz y molesto.
  • K: hace referencia a la calidez de la luz que emite la bombilla, y varía de los colores más cálidos, con un número entre los 2000 y los 3000K, lo que conocemos como luz amarilla, a colores muy fríos en el entorno del blanco, como valores entre 6000 y 6500K. Es un matiz que depende del gusto de cada persona, aunque debemos saber que las luces blancas suelen tener mayor difusión, pero pueden alterar más nuestro ciclo del sueño.
  • Horas: hace referencia a la duración de la bombilla led y también tiene sus equivalencias en función de las horas de uso que le apliquemos. Así, 15.000 horas, el valor más normal, equivale a cinco años si pensamos en una bombilla para alumbrado nocturno de una determinada zona, pero su duración se estira entre los diez a veinte años si pensamos en usarla de dos a cuatro horas al día.
  • Rosca: veremos también un dibujo que nos indicará el tipo de rosca; si es ancha o estrecha, etc.
  • : finalmente veremos que se nos indica un valor en grados de inclinación, a veces con un dibujo del ángulo que describe dicha inclinación. Hace referencia a la capacidad de focalización de la luz emitida por la bombilla, de modo que cuanto más cerrado sea el ángulo —menos grados— mayor será la focalización, y cuando mayor sea el valor, más amplitud tendrá la iluminación. El valor varía entre 0º y 360º; así, una bombilla con ángulo cerrado será idónea para lámparas de lectura o de techo pero que por su diseño limitan su iluminación a una sola zona. Por contra, una bombilla con mayor rango numérico corresponderá a una zona amplia y seguramente con techos altos.
  • CRI: el índice de reproducción de color (CRI) se muestra en % y expresa la fidelidad en reproducir los colores naturales, que suele ser alta en las bombillas incandescentes, pero no tanto en las led, por lo que se debe mirar si tenemos interés en ello. Por ejemplo, es un tema crítico para quien quiera iluminar un escaparate, fotografiar cosas, etc.