Si no ves este contenido puede deberse a la carga en tu dispositivo móvil. Haz clic aquí para recargar la página.
En tu factura eléctrica, uno de los electrodomésticos que más energía consume es el horno, suponiendo que lo utilices a menudo, claro, y no lo consideres como un armario más. Es además un aparato poco eficiente, ya que una buena parte del consumo se emplea en precalentar el horno antes incluso de empezar a cocinar los alimentos.
Si vives en una caravana o en una casa energéticamente independiente con energía solar, es muy probable que tu horno sea de gas, ya que un horno eléctrico convencional consumiría seguramente toda la potencia (y las baterías) disponibles.
Sin embargo, hay una alternativa gratuita que te permitirá cocinar pan, asar un pescado o un cordero sin necesidad de utilizar electricidad ni gas: los hornos solares. Estos electrodomésticos están pensados para usarlos en el exterior (como una barbacoa) y emplean la energía del sol directamente.
Los hornos solares funcionan mediante espejos, concentrando la luz solar en un área pequeña y cerrada donde se coloca la comida. Esta misma tecnología se usa en las centrales de concentración solar, que no se deben confundir con las fotovoltaicas, y permiten alcanzar altísimas temperaturas de miles de grados.
A menor escala, el calor generado por la concentración de la luz solar en un horno se retiene en una cámara de cocción aislada, donde se cocina la comida. Los hornos solares pueden ser de dos tipos principales: los hornos de caja solar y los hornos parabólicos.
Los hornos de caja solar son generalmente más simples y constan de una caja aislada con una tapa transparente y reflectores en su interior. Los hornos parabólicos, en cambio, utilizan espejos o superficies reflectantes curvas que enfocan la luz solar en un punto central donde se coloca la comida.
Los hornos parabólicos utilizan un concentrador en forma de antena parabólica y concentran el calor en la caja del horno, que puede estar en otro sitio.
Hay diferentes fabricantes con amplia gama de modelos, tamaños y precios. Desde los más pequeños, que pueden hervir agua para el té o el café, hasta modelos más grandes que pueden sustituir perfectamente a un horno tradicional, alcanzando temperaturas de hasta 290ºC.
Los hornos solares son especialmente útiles en áreas con abundante sol y acceso limitado a la electricidad o combustibles fósiles. En países como India, China y varios países africanos, los hornos solares se están utilizando cada vez más para mejorar la calidad de vida y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
En América Latina, países como Argentina, Chile y México también han implementado proyectos para promover el uso de hornos solares en comunidades rurales y áreas urbanas.
Según la organización Solar Cookers International (SCI), hay más de 4 millones de cocinas solares en uso, con un impacto positivo para más de 14 millones de personas en 142 países.
Esto significa que se evitan más de 5,8 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a retirar de la circulación más de 1,25 millones de coches. SCI estima que se evitan más de 30 millones de toneladas de CO2 durante la vida útil de estas cocinas solares, lo que equivale a no quemar más de 15 millones de toneladas de carbón.
Association pour le Développement de l'Energie Solaire (ADES) es una ONG suiza que salva los bosques de Madagascar mediante la producción local de cocinas solares, de las que ha instalado más de 170.000 hasta la fecha.
La ONG francesa Inti y la boliviana CEDESOL han formado juntas a miles de bolivianos y peruanos en la construcción y el uso de robustas cocinas solares. En la India, la cocina solar institucional está ganando impulso: el mayor sistema de cocina solar a vapor del mundo, diseñado por Gadhia Solar Energy Systems, funciona en el templo Shirdi Saibaba de Shirdi (Maharashtra), donde se sirve un almuerzo cocinado con energía solar a más de 50.000 personas al día.
Hornos solares, no solo para quienes tienen escasez de energía
Todo esto parece fuera del alcance de los hogares y negocios, donde sacar estos hornos a la azotea para preparar unas verduras a la brasa sería muy pesado. Sin embargo, ya hay experiencias en distintos países donde versiones de los hornos solares están cumpliendo exactamente con esa función.
El truco consiste en separar el captador parabólico, que genera las altas temperaturas, de la cámara del horno. Esto se consigue mediante un circuito de calor que emplea un fluido que se calienta por los rayos del sol, en el foco de los espejos, y que se hace circular por la caja del horno, que puede estar situada en otro lugar.
En Líbano, el aumento de los precios de la energía ha tenido un efecto inmediato en el precio del pan, un alimento básico del que dependen millones de personas en ese país.
En una panadería en Remhala, el inventor Toufic Hamdan, ha instalado en la azotea unos concertadores parabólicos con los que calienta un fluido hasta los 400 grados, que a su vez se canaliza por tuberías aisladas y se emplea para calentar un horno industrial, como se aprecia en el siguiente video.
De otro modo, este negocio tendría que utilizar diesel para sus hornos, que el Líbano debe importar a un precio muy alto en la actualidad. Según los responsables de este sistema, una panadería consume unos 10.000 litros de gasóleo al mes para operar. El horno solar de convección utiliza un innovador mecanismo de intercambio de calor cuya patente está siendo examinada en los Países Bajos.
Si se extiende su uso, los hornos solares pueden desempeñar un papel importante en la reducción de emisiones y la conservación de recursos. Al utilizar la energía del sol para cocinar, los hornos solares eliminan la necesidad de quemar combustibles fósiles como gas natural, petróleo o carbón.
Esto a su vez disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos, que son más intensas en los países en desarrollo, precisamente donde hay además más horas de sol y estas instalaciones tendrían un mejor aprovechamiento.
Los hornos solares también pueden ser una herramienta valiosa en la lucha contra la deforestación en estos países en desarrollo. Muchas comunidades rurales dependen de la leña como fuente de energía para cocinar, lo que puede conducir a la tala excesiva de árboles y la degradación del suelo.
Al proporcionar una fuente de energía limpia y sostenible, los hornos solares pueden ayudar a reducir la dependencia de la leña y promover la conservación de los recursos naturales.
Además de sus beneficios ambientales, también pueden tener un impacto positivo en la salud pública. La quema de combustibles fósiles y biomasa en interiores para cocinar puede provocar una mala calidad del aire interior, lo que a su vez aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud.
Los hornos solares, al no generar emisiones nocivas durante la cocción, pueden mejorar la calidad del aire y reducir la exposición de las personas a sustancias químicas tóxicas.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines