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Mañana seguramente muchos de nosotros destinaremos la mañana o la tarde a hacer la compra semanal; es posible que seamos una familia de cuatro o más miembros, con lo que el gasto semanal dedicado a alimentación y productos del hogar se disparará a poco que nos despistemos. Y es que por mucho que lo intentemos, nos cuesta salir del super con menos de 300 euros gastados y repasamos una y otra vez el ticket en busca de aquellos productos que nos han reventado el presupuesto.
Hay diferentes técnicas tanto para ahorrar en el super como para fabricar listas de la compra racionales que eviten estos disgustos económicos un sábado sí y otro también. A continuación se proponen seis sencillos hábitos que pueden sernos muy útiles para ahorrar y evitar compras duplicadas y gastos en productos contingentes.
1. Tener claro cuánto nos podemos gastar al mes
Calcular un presupuesto mensual, o semanal, que nos deje claro qué cantidad es el límite que nos podemos gastar en la adquisición de alimentos u otros bienes del hogar, es fundamental. De este modo podremos establecer prioridades, una vez estemos en la tienda o el supermercado, según la necesidad de los diferentes productos y lo cerca que estemos de superar el presupuesto. También nos permitirá jugar con los productos de oferta para así cuadrar las cuentas sin tener que renunciar a demasiadas cosas.
2. Colocar los productos por orden de importancia
La mejor manera de priorizar los productos necesarios es colocarlos los primeros en la lista y escribir en último termino aquellos sin los cuales podemos pasar: los contingentes, los no urgentes y los caprichos. Si tenemos claro y en mente cuál es nuestro tope de gasto, iremos en primer lugar a por los productos más importantes y dejaremos para el final los más superfluos, siempre siguiendo el orden en la lista, de modo que si estamos dentro del presupuesto los compraremos, pero si estamos cerca de superarlo los reservaremos para otra ocasión.
3. Hacer inventario de existencias
La idea es tener un excel en el ordenador donde pongamos los productos usuales en nuestro hogar y a continuación marquemos en la siguiente casilla el número de unidades que tenemos o si se ha terminado, así como, si la tenemos, su fecha de caducidad. Puede ser muy útil para no gastar tontamente en productos redundantes, que se van acumulando en el cuarto de la limpieza o la alacena.
Y en el sentido contrario, también nos ayudará a detectar cuando un producto se ha terminado o está cerca a su caducidad o a terminarse y por tanto podrá subir varios puestos en el orden de prioridad de la lista de la compra. Este inventario es sobre todo indicado para productos de limpieza, conservas, etc., así como para alimentos que pueden durar en la nevera o despensa más de una semana.
4. Marcar qué productos son urgentes
A veces productos aparentemente superfluos pueden ser necesarios por la sencilla razón de que sus existencias están prontas a terminarse. Por ejemplo, en la lista de la compra priorizaremos los frescos y otros productos que consumiremos durante la semana, pero si estamos a dos rollos de papel higiénico del final, o nos queda un culín de abrillantador de lavavajillas, podemos marcar estos productos con una señal roja que nos indique la urgencia de comprarlos.
5. Crear partidas presupuestarias para cada tipo de producto
Otra manera eficaz de ahorrar es organizar alternativamente la lista por partidas presupuestarias, de modo que indiquemos cuánto dinero estamos dispuestos a destinar a los frescos, cuánto a conservas, vegetales, lácteos, refrescos, etc.
6. Esbozar los menús de la semana
Un buen modo de acertar con los presupuestos parciales citados en el apartado anterior es hacer un esbozo de los menús de toda la semana para así tener una noción de cuánto dinero hay que destinar a cada partida. Al revés, podemos diseñar los menús en función de cuánto queremos gastar de los diferentes grupos de alimentos.
7. Una vez en la tienda, marcar qué productos están de oferta
Puede que a veces nos interese aprovechar las ofertas y otras no, porque podemos optar a otras marcas que nos gusten más. Pero tener una referencia histórica de los productos que con más frecuencia suelen estar de oferta en nuestra tienda o super habitual, nos puede permitir jugar con los presupuestos y los menús si queremos acceder excepcionalmente a otros productos más caros.
Lo ideal es realizar un excel, como el que ya hicimos para el inventario de existencias, en el que indiquemos el producto y las fechas en las que lo hemos visto de oferta para poder observar su frecuencia. Adicionalmente podemos indicar la marca que lo suele poner de oferta e incluso una referencia a la calidad del producto.
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