Trucos sencillos y muy baratos para limpiar tus lámparas y dejarlas como nuevas
Una de las tareas más importantes en el cuidado del hogar es la limpieza. Esta no solo es relevante por el aspecto estético, sino que también es importante desde el apartado higiénico, y debe llevarse a cabo con bastante frecuencia para evitar la acumulación excesiva de polvo.
'Polvo' es el nombre genérico que se le da al conjunto de suciedad que forman los restos de insectos o de comida, así como la suciedad que los seres humanos generamos diariamente sin darnos cuenta.
Mantener una correcta higiene en el hogar es fundamental no solo para prolongar la vida útil de nuestros muebles, sino también para prevenir plagas y sobre todo enfermedades, como resfriados o alergias.
Quizás uno de los accesorios más complejos a la hora de llevar a cabo una limpieza general son las lámparas. Esto es debido a que las dimensiones, ubicación en la casa y compuestos de las mismas varía notablemente en función de cada caso, complicando llevar a cabo un método coherente de limpieza.
Limpieza en función del material de la lámpara
El recubrimiento o pantalla de las lámparas puede ser de varios tipos y, por tanto, existen formas diferentes en la que debe ser lavado según el compuesto. En el caso de las lámparas de tela, el bicarbonato de sodio es una de las mejores opciones. Para ello, realiza los siguientes pasos:
- Retira las pelusas más grandes con un rodillo o con un trozo de cinta adhesiva.
- Mezcla bicarbonato de sodio con agua hasta formar una pasta.
- Aplica la mezcla sobre la tela con manchas y déjalo secar hasta que la pasta se seque.
- Una vez esté seco, sacude los restos de mezcla con un cepillo o un trapo.
Estas lámparas son habituales en salones interiores y habitaciones, por lo que estamos en continuo contacto con ellas, posibilitando la aparición de manchas o desperfectos.
Si, por otro lado, la lámpara es de cristal, su limpieza será aún más simple. Aplica vinagre blanco sobre la zona que quieras limpiar con un pulverizador -con agua- y frota en movimientos circulares con un paño de microfibra. Esto último es importante, ya que este compuesto permite que no queden residuos ni manchas una vez se seque el cristal. Estas lámparas suelen estar ubicadas en techos, lo que podría complicar su limpieza.
En caso de querer limpiar una lámpara de madera, mezcla aceite de oliva con vinagre blanco a partes iguales. Humedece un paño con la mezcla y aplícalo de forma suave en la madera. Deja la mezcla actuar durante unos minutos, después, pasa un paño seco para darle más brillo. Estos accesorios de madera son habituales en salones y habitaciones, ya que aportan un aspecto más natural y sostenible al hogar.
En cuanto a las lámparas de plástico, la limpieza se debe llevar a cabo con agua tibia y jabón, frotando de manera convencional. Las lámparas de plástico pueden aportar una estética moderna y alternativa a tu domicilio.
Limpieza de lámparas de techo
Uno de los procesos más complejos a la hora de hacer las tareas del hogar es el de sanear nuestras lámparas de techo. Esto es debido a lo complejo que resulta llegar hasta ellas, lo que puede llevarnos a limpiarlas con menos asiduidad de la recomendada.
Antes de embarcarnos en su limpieza, es recomendable reflexionar bien sobre los utensilios que necesitaremos, además de seguir unas sencillas recomendaciones para que la tarea no se torne aún más complicada de lo que ya es de por sí. Algunos consejos son:
- Desconecta la energía si es posible: Aunque es mínimo, siempre existe riesgo de electrocución. Por ello, es recomendable desconectar la corriente antes de manipular bombillas.
- Utiliza una escalera adecuada: Las sillas o taburetes pueden resultar más a mano; sin embargo, son mucho menos seguras. Utiliza una escalera para evitar caerte durante la limpieza.
- Prepara las herramientas: Para no estar continuamente subiendo y bajando de la escalera, es recomendable preparar todos los utensilios y útiles para la limpieza, entre los que destacan trapos de microfibra, plumeros y una mezcla de jabón y agua.
- Desenrosca la bombilla: Limpia la bombilla de manera independiente con un paño seco. Es recomendable desconectar la energía, pero de no ser así, asegúrate de que la luz esté apagada y la bombilla fría antes de manipularla.
- Desmonta alguna pieza si fuese necesario: Pese a que la limpieza de las lámparas de techo no suele requerir desmontar ninguna parte, la limpieza de candelabros es más compleja. Por ello, desmonta las partes necesarias y límpialas de manera aislada. De no ser así, podrías zarandear en exceso el candelabro, aumentando el riesgo de caída o de rotura de alguna de sus piezas.
Asegúrate de que tus lámparas estén limpias durante todo el año. Así, mejorarás tanto la apariencia estética de estas como la de todo el hogar y prevendrás posibles enfermedades por exceso de polvo o falta de higiene en la vivienda.
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