Mantén en forma tus mitocondrias

Si te acuerdas de la biología del instituto sabrás que las mitocondrias son unos orgánulos en el interior de todas las células del cuerpo. Las mitocondrias llevan a cabo la llamada respiración celular, en la que convierten la glucosa en una molécula llamada ATP, que aporta la energía necesaria para las reacciones químicas en nuestro organismo.

Precisamente, uno de los principales identificadores del envejecimiento es cuando las mitocondrias dejan de funcionar correctamente. Del mismo modo, si fallan las mitocondrias se disparan procesos inflamatorios y aparecen enfermedades metabólicas bien conocidas, desde la obesidad hasta la aterosclerosis, Alzheimer e incluso el cáncer.

El origen evolutivo de las mitocondrias es curioso. La teoría más aceptada es que eran células independientes (tienen su propio ADN) que formaron una simbiosis con otros organismos unicelulares y que con el curso de la evolución terminaron formado parte de ellos.

Además del envejecimiento, ¿qué afecta a la salud de las mitocondrias? Pues los sospechosos habituales: la falta de ejercicio físico y el sedentarismo, el tabaco y la contaminación atmosférica, el exceso de grasas y azúcares en la dieta y, como no, el estrés.

Mantener las mitocondrias en forma es uno de los campos más pujantes en la medicina hoy en día, y cada vez hay mayor interés en curar y prevenir haciendo caso a estos orgánulos. Esto es lo que puedes hacer:

Intervalos de alta intensidad

Los ejercicios de intervalos de alta intensidad tienen muchas ventajas frente al ejercicio moderado de larga duración. Pero además se ha observado que los intervalos mejoran la función de las mitocondrias y pueden prevenir la trombosis. Se ha visto que el ejercicio en general puede reparar el daño producido en las mitocondrias por una mala dieta .

Sueño

La falta de sueño puede afectar a nuestra salud mucho más de lo que pensamos, especialmente a nuestro cerebro. La molécula beta amiloide, que interviene en las funciones de las neuronas, puede acumularse cuando no hay buena calidad del sueño y afectar a las mitocondrias en las neuronas , lo que más tarde contribuye al Alzheimer.

Vitamina D

Sea a través de la exposición al sol o en la dieta, la vitamina D es imprescindible para la función mitocondrial, y se ha observado que con suplementos de vitamina D se aumenta la capacidad de las mitocondrias de producir energía en las células musculares.

Ayuno intermitente

El estrés producido por los periodos cortos de ayuno aumenta la eficiencia de las mitocondrias y promueve la autofagia , eliminando las mitocondrias defectuosas y produciendo otras nuevas.

Exposición al frío

La grasa marrón es un tipo especial de tejido adiposo que tiene la función de mantener nuestra temperatura. El color marrón es debido a que estas células tienen más mitocondrias que las de la grasa blanca normal. La exposición al frío activa estas mitocondrias .

La luz infrarroja

Esta terapia que antes era muy cara y ahora cualquier puede hacer con lámparas LED infrarrojas mejora la función de las mitocondrias y acelera la cicatrización de las heridas y la recuperación de los músculos tras el ejercicio.

Alimento para mitocondrias

Para hacer su trabajo las mitocondrias necesitan un suministro suficiente de coenzimas que tienen que estar presentes en nuestra dieta de una forma u otra. No nos pueden faltar vitaminas B, minerales, polifenoles, l-carnitina, ALA, coenzima Q-10, o creatina, entre otras cosas, lo cual retrasa el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas. Si en la dieta hay suficientes nutrientes, no hacen falta suplementos, pero cuidado con la comida basura.

Meditación

Si el estrés mata mitocondrias, es lógico que la meditación las haga crecer. Sin necesidad de misticismos, los ejercicios de respiración más sencillos rebajan los niveles de estrés y tienen un efecto directo en los genes que regulan la función mitocondrial.

¿En qué se basa todo esto?