Quimiosensibilidad al CO2

Por qué nos molesta tanto la mascarilla para respirar

Darío Pescador

7 de diciembre de 2020 22:14 h

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No, la mascarilla no restringe el oxígeno ni hace que inhales cantidades peligrosas de CO2, como insisten en decir los bulos que corren por redes sociales. Ni siquiera cuando se usa durante horas y ni siquiera cuando haces deporte intenso con ella.  

La OMS ha confirmado que “el uso prolongado de mascarillas médicas cuando se usan correctamente, no causa intoxicación por CO2 ni deficiencia de oxígeno”. 

Cuando respiramos con una mascarilla, el aire que entra en los pulmones es filtrado por el tejido o bien entra a través de los lados. Es decir, la mascarilla no impide que entre el oxígeno necesario, como mucho nos obliga a respirar con un poco más de fuerza.

¿Qué ocurre con el CO2? El aire que respiramos contiene un 0,04% de CO2 (por cierto, el doble de lo normal, debido a los gases de efecto invernadero). 

El aire que sale de los pulmones tiene 100 veces más CO2 que el que entra, aproximadamente un 4%. Cuando exhalamos, hay una parte del aire que se queda atrapada entre la cara y la mascarilla, aproximadamente 50 ml en una mascarilla quirúrgica y el doble en una de tipo N95/FFP2

Pero aun así, junto con el aire atrapado en la mascarilla, estaremos inhalando medio litro de aire del exterior. Esto hace que la concentración del CO2 que inhalamos sea aproximadamente del 0,4%, muy lejos de los valores tóxicos y ni siquiera se acerca a los niveles que pueden producir un dolor de cabeza.

Sin embargo, este aumento de la concentración de CO2 es suficiente para disparar las alarmas en nuestro cerebro. Esto es la quimiosensibilidad.

Qué es la quimiosensibilidad

La quimiosensibilidad se aplica habitualmente al hablar de la respuesta del organismo a la quimioterapia para el cáncer, pero en general se puede aplicar a la sensibilidad a cualquier compuesto químico, en este caso, el CO2.

El CO2 no es una sustancia de desecho que haya que expulsar del cuerpo. Al contrario, este gas es imprescindible para regular el pH de la sangre y transportar el oxígeno a las células. Por eso el organismo regula los niveles de CO2 con una precisión exquisita. 

El CO2 también funciona como un sensor de la cantidad de oxígeno. Si suben los niveles de CO2, quiere decir que están bajando los de oxígeno, y esto activa una señal en el cerebro para acelerar la respiración. 

La mayor parte del tiempo ni siquiera nos enteramos de este mecanismo de regulación. Sin embargo, si el CO2 sube un poco por encima de lo normal, por ejemplo al hacer un esfuerzo intenso, bucear, o por una obstrucción de las vías respiratorias, esto puede producir sensaciones de alarma e incluso pánico.

Esta respuesta es un mecanismo básico de supervivencia, porque necesitamos respirar. Las personas que sufren apnea del sueño ven interrumpido su flujo de aire constantemente durante la noche, y esto hace que el cerebro esté disparando la señal de alarma constantemente para que cambien de postura, lo que afecta gravemente al sueño y la salud.

La quimiosensibilidad al CO2 cambia dependiendo de las personas y de su estado de salud. Se han descubierto unos genes que producen que las personas que sufren de ataques de pánico tengan una especial sensibilidad a la sensación de ahogo y respondan con ansiedad al aumento de CO2. 

Que no cunda el pánico

Aunque sean suficientes para disparar la señal de alarma, las mascarillas no afectan a nuestra salud, simplemente nos fuerzan a respirar un poco más rápido. La prueba definitiva de que nuestro cuerpo sabe regular la cantidad de oxígeno es un estudio con enfermos de COVID-19 de más de 65 años de la Universidad McMaster en Canada

Estudiando a estos pacientes se comprobó la saturación de oxígeno antes, durante y después de llevar la mascarilla durante una hora haciendo su vida normal. La saturación media fue de 96,1% antes de ponerse la mascarilla, 96,5% durante la prueba y después 96,3%. Es decir, el oxígeno se mantenía en niveles normales e incluso un poco más altos.

El estrés también influye en la sensación de ahogo aunque no falte el oxígeno. Cuando estamos estresados se dispara una respiración rápida, superficial y agitada. Precisamente esta forma de respirar puede hacer que aumente la concentración de CO2 en la sangre, y producir una sensación de angustia, lo que en un círculo vicioso hace que la respiración se altere aún más.

¿Qué hacer? Simplemente, respirar. Controlar la respiración tiene un efecto inmediato para restablecer los niveles de CO2 y que desaparezca la señal de alarma. Uno de los métodos más sencillos y efectivos es el que utilizan los marines del ejército de EEUU llamado 4x4x4 o “box breathing”, respiración en caja. Este es el método:

  1. Inspirar contando hasta cuatro
  2. Aguantar la respiración cuatro segundos
  3. Espirar contando otros cuatro segundos
  4. Aguantar la respiración cuatro segundos
  5. Repetir cuatro veces

Si crees que te cuesta respirar, primero respira. La mascarilla no tiene la culpa.

¿En qué se basa todo esto?

Estimating the Dead Space Volume Between a Headform and N95 Filtering Facepiece Respirator Using Microsoft Kinect

Estimando el volumen del espacio muerto entre una cabeza y una mascarilla facial con filtro N95 usando el Kinect de Microsoft

Los volúmenes de simulación y de espacio muerto experimental son de 107,5-167,5 mL y 98,4-165,7 mL, respectivamente.

Physiology, Carbon Dioxide Retention

Fisiología, Retención de Dióxido de Carbono

El CO2 juega varios papeles en el cuerpo humano, incluyendo la regulación del pH de la sangre, el impulso respiratorio, y la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno (O2). Las fluctuaciones en los niveles de CO2 están altamente reguladas y pueden causar perturbaciones en el cuerpo humano si no se mantienen los niveles normales.

Neural control of breathing and CO2 homeostasis

El control neuronal de la respiración y la homeostasis del CO2

Por el contrario, los grandes aumentos agudos de PaCO2 (por ejemplo, por bloqueo de las vías respiratorias, buceo, apnea del sueño, enfermedad bronquial y exposición accidental o experimental al CO2) producen sensaciones nocivas en sujetos despiertos (disnea, ganas de respirar, pánico) y excitación por el sueño. Algunas de las respuestas a un alto nivel de PCO2 son adaptativas, por ejemplo, la excitación inducida por el CO2 protege contra la asfixia accidental permitiendo cambios posturales que alivian la obstrucción de las vías respiratorias. La excitación, las emociones negativas y, en los roedores, la sensación olfativa, pueden, a su vez, estimular la respiración y contribuir a la respuesta ventilatoria al CO2.

The human ortholog of acid-sensing ion channel gene ASIC1a is associated with panic disorder and amygdala structure and function

El ortólogo humano del gen del canal iónico sensor de ácido ASIC1a está asociado con el trastorno de pánico y la estructura y función de la amígdala

Los individuos con trastornos de pánico muestran una hipersensibilidad al dióxido de carbono inhalado, lo que posiblemente refleja un umbral más bajo para percibir las señales de asfixia.

Peripheral Oxygen Saturation in Older Persons Wearing Nonmedical Face Masks in Community Settings

Saturación de oxígeno periférico en personas mayores que usan mascarillas no médicas en entornos comunitarios

En este pequeño estudio cruzado, el uso de una máscara facial no médica de tres capas no se asoció con una disminución de la saturación de oxígeno en los participantes de mayor edad.