Tu postura corporal es importante para tu cerebro

postura y cerebro

Darío Pescador

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“¡Esa espalda recta!” nos han dicho desde siempre nuestros padres, pero una postura correcta va mucho más allá de tener buen aspecto. Los beneficios de la postura van desde la mejora de nuestra movilidad y fuerza muscular hasta los cambios positivos en nuestro estado de ánimo.

Pero ¿qué significa tener una buena postura? De acuerdo con la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, todo esto:

  • Barbilla paralela al suelo.
  • Los hombros a la misma altura (encoger los hombros hacia arriba, hacia atrás y hacia abajo para ayudar a conseguirlo).
  • Columna neutra (no hay flexión ni arqueamiento).
  • Brazos a los lados con los codos rectos y a la misma altura.
  • Músculos abdominales con una ligera tensión.
  • Caderas a la misma altura.
  • Rodillas apuntando al frente y paralelas.
  • El peso del cuerpo distribuido uniformemente en ambos pies.

Todos sabemos que nuestro estado de ánimo afecta a nuestra postura. Cuando estamos tristes, nos encogemos. Si un actor tiene que interpretar a una persona triste o deprimida, para hacerlo creíble encorvará los hombros y la espalda, o si no, no resultará creíble. 

Pero lo asombroso es que el camino entre el cerebro y la postura corporal también funciona en la otra dirección, algo que se denomina embodied cognition (cognición encarnada), lo que significa que la los movimientos de nuestro cuerpo pueden afectar a nuestro estado de ánimo y el bienestar mental general, del mismo modo que los estados de ánimo pueden afectar a los movimientos del cuerpo.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad Estatal de Ohio en 2003 encontró que nuestras opiniones pueden ser influenciadas subconscientemente por nuestro comportamiento físico. Cuando los participantes en el estudio asintieron con la cabeza para señalar su desacuerdo, estas acciones afectaron sus opiniones sin que se dieran cuenta. En este estudio participó el investigador español Pablo Briñol, de la Universidad Autónoma de Madrid. 

El mismo estudio también mostró que cuando los participantes se abrazaban, a veces eran capaces de reducir su dolor físico, e incluso que cuando escribían con la mano dominante (la derecha si eran diestros) tenían más confianza en sus propias opiniones. 

En otro estudio australiano reciente se pudo comprobar que la postura corporal nos ayuda a controlar el estrés. Se pidió a los participantes que rellenaran un cuestionario sobre su estado de ánimo, y después que adoptaran una postura erguida en una silla, o bien encogida y encorvada. Después tuvieron que hacer una prueba de lectura y una prueba de estrés. Quienes se sentaban erguidos dieron mejores puntuaciones de autoestima, concentración en la tarea, estado de ánimo, pudieron leer más rápido y se recuperaron antes de la prueba de estrés. 

Lo mismo se pudo comprobar en otro experimento en la Universidad de Amsterdam, donde quienes adoptaban una postura erguida tenían mejor capacidad para abandonar sus pensamientos negativos que quienes se encorvaban, incluso cuando se les había dado instrucciones a todos sobre cómo superarlos.  

La investigadora de Harvard Amy Cuddy, que se hizo famosa por su estudio sobre las posturas de poder, demostró que una postura expansiva, erguida y con los brazos y piernas abiertos, hacía descender los niveles de cortisol. El estudio de Cuddy se repitió y no se obtuvieron los mismos resultados, lo que le valió una gran cantidad de críticas. Sin embargo, en 2018 la propia Cuddy identificó un fallo en el análisis de datos de ese estudio que reivindicaba su primer estudio.

Así que ¿cómo podemos mejorar nuestro estado de ánimo y combatir el estrés con la postura? Uno de los problemas es que nuestra postura es inconsciente la mayor parte del tiempo. El primer paso es por tanto hacerla consciente. Cada hora podemos poner una alarma y hacer un simple ejercicio de “reseteo” postural. Ayuda ponerse de pie contra una pared:

Poner la barbilla está paralela al suelo

La cabeza debe estar “sobre los hombros” no inclinada hacia delante.

Las rodillas no están totalmente extendidas, sino muy levemente flexionadas, lo suficiente para que las piernas trabajen para mantenerte de pie.

Estirar el cuello como si una cuerda tirara de tu cabeza hacia arriba.

Hacer descender los hombros, “lejos de las orejas” y girarlos al mismo tiempo hacia atrás.  

Apretar el trasero.

Meter barriga

Manteniendo esta postura durante unos minutos reeducaremos poco a poco a nuestro cuerpo, y al mismo tiempo, mejoraremos nuestro estado de ánimo.

¿En qué se basa todo esto?

Overt head movements and persuasion: A self-validation analysis.

Movimientos abiertos de cabeza y persuasión: Un análisis de autovalidación.

Cuando los argumentos del mensaje eran fuertes, asentir con la cabeza producía más persuasión que temblor. Cuando los argumentos eran débiles, ocurría lo contrario. Estos efectos eran más pronunciados cuando la elaboración era alta. Estas conclusiones son coherentes con la hipótesis de “autovalidación” que postula que los movimientos de la cabeza mejoran (asentimiento con la cabeza) o socavan (sacudida) la confianza en los pensamientos propios sobre el mensaje. En un cuarto experimento, los autores extendieron este resultado a otro comportamiento manifiesto (escribir con la mano dominante o no dominante) y a un dominio de actitud diferente (autoestima).

Do Slumped and Upright Postures Affect Stress Responses? A Randomized Trial

¿Las posturas caídas y erguidas afectan las respuestas al estrés? Un ensayo aleatorio

Adoptar una postura sentada erguida frente al estrés puede mantener la autoestima, reducir el humor negativo y aumentar el humor positivo en comparación con una postura desplomada. Además, sentarse derecho aumenta la velocidad del habla y reduce el autoenfoque. Sentarse erguido puede ser una simple estrategia de comportamiento para ayudar a construir la resistencia al estrés. 

Embodied mood regulation: the impact of body posture on mood recovery, negative thoughts, and mood-congruent recall

Regulación del estado de ánimo: el impacto de la postura corporal en la recuperación del estado de ánimo, los pensamientos negativos y los recuerdos congruentes con el estado de ánimo.

Una vez más, la posición encorvada (comparada con la posición recta) condujo a una menor recuperación del estado de ánimo. Notablemente, esto fue independiente de la instrucción de la regulación. Estos hallazgos demuestran por primera vez que la postura juega un papel importante en la recuperación del estado de ánimo negativo.

P-Curving a More Comprehensive Body of Research on Postural Feedback Reveals Clear Evidential Value for Power-Posing Effects: Reply to Simmons and Simonsohn (2017)

Aplicar la curva P a un cuerpo de investigación más completo sobre la retroalimentación postural revela un claro valor probatorio de los efectos de la potencia: Respuesta a Simmons y Simonsohn (2017)

Nuestros análisis de la curva p de los resultados relacionados con las emociones y los efectos produjeron pruebas sólidas de que la retroalimentación postural influye en los estados afectivos autoinformados. Primero, encontramos un fuerte valor probatorio para un resultado específico, sentimientos de poder. 

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