¿Has pensado en hacer una limpieza de hígado y vesícula? Una simple búsqueda en Google te llevará a una película de terror: nuestros hábitos de hoy en día hacen que el hígado esté lleno de toxinas que afectan a nuestra salud y calidad de vida, dicen en los sitios de salud “natural”. Por si fuera poco, esta supuesta toxicidad puede producir a piedras en la vesícula y terminar con tus huesos en una mesa de operaciones.
Pero no desesperes. Según estas páginas, en una semana, con un proceso sencillo que puedes hacer en tu casa y que requiere zumo de manzana, aceite de oliva, limón y unas cuantas lavativas, dejarás el hígado y la vesícula más limpios que la hucha de la Seguridad Social.
¡Menudo ahorro en tratamientos médicos!, por eso las farmacéuticas no quieren que te enteres del método. Solo hay un problema: es un timo. No puedes limpiar tu hígado, porque tu hígado no está sucio.
Así funciona tu hígado
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo, y el responsable de más de 500 funciones diferentes. Entre otras cosas es el encargado de neutralizar las toxinas a la que no se exponemos a diario, como el alcohol de esa cerveza o el benceno del humo de tu tabaco. Sin embargo, el hígado no acumula las toxinas, sino que las procesa hasta convertirlas en sustancias inofensivas que se expulsan en las heces o la orina. El hígado no es un filtro, es un laboratorio.
La teoría de la acumulación de impurezas en el cuerpo, especialmente en el hígado, proviene de la misma idea medieval que la curación por medio de sangrías o sanguijuelas, y tiene la misma credibilidad, es decir, ninguna. Quién es administran estas “curas” nunca definen las toxinas de las que están hablando, y ningún médico hasta la fecha ha podido encontrar rastro de ellas al diseccionar un cadáver. La detoxificación no tiene base alguna.
En un artículo publicado por The Lancet se examinaba el caso de una mujer que se había sometido a una de estas limpiezas de hígado. Había seguido el proceso de tomar grandes cantidades de zumo de manzana, ayunar y beber una solución de sales de magnesio durante dos días, hacerse lavativas y finalmente ingerir 300 ml de zumo de limón y 600 ml de aceite de oliva a lo largo de un día. El resultado del tratamiento es que se expulsan por vía rectal unas “piedras” que la buena mujer recogió y guardó en la nevera, y que supuestamente son los cálculos biliares con las toxinas del hígado.
Pero esta vez los médicos analizaron qué eran esas piedras y las compararon con cálculos biliares verdaderos extraídos con cirugía. Las piedras de la señora no contenían ni colesterol, ni calcio, ni bilirrubina, componentes de los cálculos biliares. En realidad estaban compuestas de… aceite y zumo de limón, que con los ácidos gástricos forman grumos sólidos en una reacción de saponificación. La señora, junto con todos los que siguen este procedimiento, terminan defecando trozos de jabón.
Cómo cuidar de tu hígado
Tu hígado no es como un coche que puedas llevar al túnel de lavado para dejarlo como nuevo. Las supuestas limpiezas de hígado tampoco funcionan para reparar el daño renal que produce el abuso del alcohol o la obesidad, y desde luego no ayudan a adelgazar.
Dicho esto, algunos suplementos recomendados en estos tratamientos son beneficiosos para el hígado, pero no porque lo “limpien”. El cardo mariano contiene silbina, un antioxidante, antiinflamatorio y antifibrótico que se usa en el tratamiento de la cirrosis o el cáncer de hígado. La cúrcuma, el ingrediente principal del curry, es un poderoso antiinflamatorio que puede prevenir la enfermedad renal.
Además, hay cosas que puedes hacer para mantener tu hígado en forma, sin lavativas. Estos son los consejos publicados por la Universidad Johns Hopkins:
- Limita el consumo de alcohol: más de dos copas al día aumenta tu riesgo de padecer hígado graso y cirrosis.
- Evita el sobrepeso: la acumulación de grasa, especialmente la abdominal, es una de las principales causas del hígado graso y la cirrosis cuando no hay consumo excesivo de alcohol.
- Vacúnate contra la hepatitis: el virus de la hepatitis B ataca el hígado y es fácil de contraer si tienes sexo sin protección o entras en contacto con la sangre de alguien infectado.
Si tu hígado realmente acumula toxinas, es que estás muy enfermo y deberías ir al hospital. Si no es tu caso, y solo te sientes culpable por los gintonics de las pasadas vacaciones, no necesitas ninguna purga, solo moderación.
¿En qué se basa todo esto?
(¿Cómo funciona el hígado?) La sangre que proviene de los órganos digestivos fluye a través de la vena porta hacia el hígado, transportando nutrientes, medicamentos y también sustancias tóxicas. Una vez que llegan al hígado, estas sustancias se procesan, almacenan, alteran, desintoxican y vuelven a pasar a la sangre o se liberan en el intestino para su eliminación. De esta forma, el hígado puede, por ejemplo, eliminar el alcohol de su sangre y deshacerse de los subproductos de la descomposición de los medicamentos.
Detox diets for toxin elimination and weight management: a critical review of the evidence (Dietas detox para la eliminación de toxinas y control del peso: una revisión crítica de la evidencia). En la actualidad, no hay evidencia convincente para apoyar el uso de dietas de desintoxicación para el control del peso o eliminación de toxinas. Teniendo en cuenta el costo financiero para los consumidores, las afirmaciones sin fundamento y los riesgos potenciales para la salud de los productos de desintoxicación, deberían ser desaconsejados por los profesionales de la salud y sujetos a una revisión y monitoreo reglamentario independiente.
(¿Podrían estas ser cálculos de la vesícula?) Concluimos, por lo tanto, que estas “piedras” verdes son el resultado de la acción de las lipasas gástricas en los triacilgliceroles simples y mixtos que componen el aceite de oliva, produciendo ácidos carboxílicos de cadena larga (principalmente ácido oleico). Este proceso fue seguido por la saponificación en grandes micelas insolubles de carboxilatos de potasio (el jugo de limón contiene una alta concentración de potasio) o “piedras de jabón”.
Silymarin/Silybin and Chronic Liver Disease: A Marriage of Many Years (Silimarina/Silibina y la enfermedad hepática crónica: un matrimonio de muchos años)
La silimarina es el extracto de Silybum marianum, o cardo de leche, y su principal compuesto activo es la silibina, que tiene un notable efecto biológico. Se usa en diferentes trastornos hepáticos, particularmente enfermedades hepáticas crónicas, cirrosis y carcinoma hepatocelular, debido a su poder antioxidante, antiinflamatorio y antifibrótico.
Multitargeting by turmeric, the golden spice: From kitchen to clinic (Objetivos múltiples de la cúrcuma, la especia dorada: de la cocina a la clínica)
Los estudios basados en células han demostrado el potencial de la cúrcuma como agente antimicrobiano, insecticida, larvicida, antimutagénico, radioprotector y anticancerígeno. Numerosos estudios en animales han demostrado el potencial de esta especia contra las enfermedades proinflamatorias, el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas, la depresión, la diabetes, la obesidad y la aterosclerosis.
Detoxing Your Liver: Fact Versus Fiction (Detoxificar el hígado: realidad frente a ficción)
En cuanto a la ingesta excesiva de alcohol o alimentos, menos siempre es mejor cuando se trata de la salud del hígado, y no se ha comprobado que las limpiezas eliminen el daño del exceso de consumo.