La Rhodiola Rosea es una hierba que crece en las regiones más frías y montañosas de Europa y Asia: el Himalaya, las Montañas Rocosas, los Alpes, Pirineos y Cárpatos.
La rodiola es el ginseng de los rusos, y se lleva usando en este país, así como en Escandinavia, como alivio de las afecciones nerviosas desde hace siglos. Se llama también raíz dorada o raíz ártica, porque esta es la parte de la planta que se consume.
La raíz de la rodiola se considera un adaptógeno, es decir, una sustancia que ayuda al organismo a adaptarse al estrés. Se vende seca y en polvo y es el segundo adaptógeno más usado después del ginseng.
La raíz contiene distintas moléculas que tienen efectos biológicos. Son los fenilpropanoides, como la rosavina, colofonia, rosarina, y los derivados del feniletanol: salidrósido y tirosol.
Aquí viene el problema. Al principio se pensaba que los efectos beneficiosos de la rodiola provenían de su contenido en salidrosido. Sin embargo, durante los años 80 se descubrió que los extractos que se vendían habían sido adulterados con otras raíces de rodiola que no eran Rosea, y que aunque contenían salidrosido, no tenían efecto. Había otros compuestos activos que actuaban en conjunto.
Hay en día los extractos de rodiola miden su potencia por el contenido en rosavina, aunque el salidrosido también es activo. En ensayos con ratones se ha comprobado que ambos tienen efectos antidepresivos, ansiolíticos, nociceptivos (reducción del dolor) y de mejora de la capacidad locomotora.
Como ocurre con otros adaptógenos, los efectos no son dependientes de la dosis. Es decir, una vez alcanzada la dosis mínima efectiva, no por tomar más van a tener mayor efecto.
Esto también pone la alerta sobre la calidad de los suplementos. Si no provienen de la planta adecuada o los extractos no tienen la pureza requerida, no habrá efectos positivos.
¿Cuáles son estos efectos positivos? Estos son los que se han podido comprobar con cierta fiabilidad:
Control del estrés
El consumo de los adaptógenos ayuda al organismo a regular el estrés. En un estudio con un centenar de personas se les administraron 400mg de extracto de raíz de rodiola durante cuatro semanas, y se pudo comprobar que los niveles de estrés, fatiga, agotamiento y ansiedad mejoraron desde el tercer día. Lo mismo ocurrió con un grupo de personas afectadas del síndrome de 'burnout' (estar quemados por el estrés), haciendo descender los niveles de estrés y depresión.
Disminución de la fatiga
Una buena parte de los efectos beneficiosos de la rodiola se derivan de que este adaptógeno reduce la fatiga física y mental. Otro estudio con otro centenar de personas con fatiga crónica que tomaron 400mg diarios de extracto durante dos meses encontró que la fatiga disminuía y la capacidad de atención aumentaba a partir de la primera semana.
Mejora de la depresión
Uno de los fármacos habituales en el tratamiento de la depresión son los inhibidores de la monoamina oxidasa. Se ha comprobado que la rodiola actúa igual en el organismo. Además, en un experimento con ratones se vio que la rodiola tenía una eficacia similar al ISRS fluoxetina (Prozac). Los ensayos con humanos comparados con la setralina (Zoloft) también han sido prometedores, con muchos menos efectos secundarios.
Mejora de las capacidades cognitivas
Para tener el cerebro en forma hay que alimentarse correctamente y dormir bien, pero en situaciones de estrés, los adaptógenos como la rodiola pueden ayudar, sobre todo por el efecto de disminución de la fatiga. En un ensayo con cadetes de una academia militar se observó que sus resultados en un test de habilidades mentales mejoraban al tomar rodiola en comparación con un placebo.
Cómo tomar rodiola
El mayor problema con los extractos de rodiola es que pueden estar adulterados con otros hierbas como el fenogreco, que no son efectivas, como pudo verse en un estudio en el Reino Unido. Las cantidades estándar de los extractos deben ser de un 3% de rosavinas y un 1% de salidrosidos. El sello de SNF, una entidad de certificación, es una buena garantía de no tirar el dinero.