El dolor de cabeza o cefalea es una de esas afecciones desagradables, pero que en la mayoría de los casos no resulta grave. Es tan común que afecta diariamente a cerca del 16% de la población mundial cada día. Los dolores de cabeza más comunes son las cefaleas primarias, es decir, de tipo tensional (por rigidez de los músculos o tendones), las cefaleas en racimo y la migraña (las más graves). En concreto las migrañas son la segunda causa mundial de discapacidad, y la primera entre las mujeres jóvenes.
Pero también podemos sufrir un dolor de cabeza por algo que comemos o, sobre todo, por algo que bebemos. Las bebidas alcohólicas (cerveza, vino, licores) son las que se asocian a los dolores de cabeza con más frecuencia. En un 37% de los casos de pacientes con cefalea, esta ha sido desencadenada por el alcohol.
La resaca del alcohol suele venir acompañada de terribles dolores de cabeza. Pero los dolores de cabeza asociados al vino tinto son muy diferentes. La resaca suele aparecer al día siguiente, mientras que el vino tinto puede producir dolor de cabeza entre 30 minutos y tres horas después de consumirlo.
Entre las bebidas alcohólicas que producen cefalea, el vino tinto está, como no podría ser de otro modo, a la cabeza. En una revisión de estudios apareció en un 28% de ellos como desencadenante, frente a un 14% de los licores destilados, un 10% del vino blanco y otro 10% de la cerveza y vino espumoso. Además, en estos casos no hace falta consumir mucha cantidad de vino tinto, los dolores de cabeza pueden aparecer después de una sola o dos copas.
Los dolores de cabeza asociados al vino tinto son muy diferentes a los de la resaca. Esta suele aparecer al día siguiente, mientras que el vino tinto puede producir dolor de cabeza entre 30 minutos y tres horas después de consumirlo
Por qué el vino tinto es cabezón
El motivo por el que el vino tinto produce dolor de cabeza ha sido objeto de numerosos estudios y muchas teorías. La diferencia con otros vinos es que se macera junto con las pieles de las uvas tintas, que le dan su color característico, mientras que en los blancos se suele eliminar la piel. En las pieles están algunos compuestos que protegen a las uvas de los insectos, bacterias y hongos, y estos están precisamente detrás las explicaciones más comúnmente aceptadas:
- Taninos: los taninos son compuestos pertenecientes a la familia de los polifenoles que se encuentran en la piel, las semillas y los tallos de las uvas. Los taninos también hacen que el cuerpo libere serotonina, lo que puede provocar dolores de cabeza en algunas personas. Los vinos tintos tienen más taninos que los blancos. Los taninos también son los responsables de la sensación de sequedad en la boca que se experimenta al beber vino tinto.
- Histaminas: la piel de la uva contiene histamina, y de nuevo el vino blanco que se elabora sin la piel tiene un contenido en histamina menor que el del vino tinto, que se elabora con la uva entera. La sensibilidad a la histamina podría hacer más susceptible a las personas susceptibles de padecer dolor de cabeza, especialmente en quienes tienen una deficiencia en la enzima que ayuda a metabolizar las histaminas. Otras aminas como la feniletilamina o la tiramina, presentes en el vino tinto, pueden tener efectos similares.
- Sulfitos: aunque los sulfitos se encuentran en mayor cantidad en los vinos blancos y espumosos, se cree que su presencia en el vino tinto también puede contribuir a dolores de cabeza en algunas personas. Sin embargo, es importante señalar que los sulfitos están más a menudo asociados con reacciones alérgicas y asmáticas que con dolores de cabeza.
Sin embargo, una investigación recién publicada en la prestigiosa revista Nature tiene una explicación alternativa. Una sustancia que tienes en tu herbolario.
La llave de la quercitina
Cuando bebemos alcohol, pasa enseguida a la sangre y desde ese momento el hígado se apura para descomponerlo. En el primer paso se descompone para convertirse en acetaldehído, una sustancia extremadamente tóxica que puede causar daño a las células. Pero que no cunda el pánico, porque el hígado dispone de una enzima, la aceltadehído deshidrogenasa (ALDH), que descompone el acetaldehído en inofensivo acetato.
Se sabe que un 40% aproximadamente de los asiáticos toleran mal el alcohol, que les provoca enrojecimiento facial, dolor de cabeza, taquicardia y náuseas. Pues bien, esto se debe a que tienen una carencia de esta enzima ALDH que hace que sus niveles de acetaldehído sean más altos después de beber alcohol.
Muchos alimentos ricos en fenoles y taninos no dan dolor de cabeza (por ejemplo, el chocolate negro o los arándanos). Sin embargo, un compuesto fenólico llamado quercitina, presente en el vino tinto, resulta ser un inhibidor de la enzima ALDH
Esto dio una pista a los investigadores. Muchos alimentos ricos en fenoles y taninos no dan dolor de cabeza (por ejemplo, el chocolate negro o los arándanos). Sin embargo, un compuesto fenólico llamado quercitina, presente en el vino tinto, resulta ser un inhibidor de la enzima ALDH. Es decir, la quercitina en el vino tinto podría estar provocando un síndrome parecido al que sufren los asiáticos.
La quercitina es un poderoso antioxidante y antiinflamatorio presente en muchas plantas, y por este motivo se puede comprar como suplemento en herbolarios, ya que hay indicios de que podría ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, combinada con el alcohol del vino puede tener como efecto secundario el dolor de cabeza, según este último estudio. Se trata de un ensayo in vitro, por lo que los investigadores advierten de que serían necesarias más pruebas en seres humanos para comprobarlo.
En un pequeño estudio se comprobó que tomar un paracetamol antes de beber vino podría prevenir el dolor de cabeza. Pero esto tampoco es una buena idea, ya que a partir de cierta cantidad, la combinación de paracetamol y alcohol es tóxica para el hígado.
*Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.
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