Poca gente sabe que antaño, cuando los productos de limpieza industriales no existían, los remedios para limpiar la casa eran la lejía o el amoníaco, y mucho antes, cuando tampoco estos productos químicos se podían obtener, se usaba el vinagre, acaso el primer desinfectante y desincrustante de la historia. Tal es su antigüedad que cuando el profeta judío llamado Jesús de Nazaret agonizaba en la cruz, según los libros hebreos judaicos y cristianos, un soldado romano le aplicó vinagre en las heridas del costado. Lejos de ser una crueldad, con ello ayudó a cicatrizarlas y desinfectarlas.
El vinagre, pues, vino para quedarse, y no solo en las ensaladas y las célebres vinagretas, sino que desde antiguo fue el primer multiusos doméstico de la civilización humana. A día de hoy, de una u otra manera, su empleo persiste en muchos hogares para diferentes fines, algunos de ellos impensables a priori. A continuación te explicamos diez de ellos.
- Limpieza de superficies delicadas: en efecto el vinagre, por su carga de ácido acético, producto de la fermentación acética del alcohol etílico, tiene una alta acidez que lo hace muy eficaz como desinfectante. Por otro lado, varios de sus componentes ejercen de disolventes de las grasas, con lo que consiguen eliminarlas de las superficies. El vinagre no es el más potente de los productos de limpieza, pero es idóneo para superficies delicadas como puedan ser interiores de neveras o suelos en caso de que haya niños pequeños en la casa y recelemos de los químicos industriales.
- Sacar brillo a espejos: del mismo modo, es especialmente adecuado para la limpieza de espejos en una solución con sal de mesa, ya que actúa como antical que no dejará rastros.
- Eliminar los piojos: el uso de vinagre en caso de padecer piojos es indicado como sustituto de los champús antipiojos y es el método tradicional que se empleaba antaño. Consiste en lavar con un champú normal y luego aplicar sobre el pelo vinagre blanco caliente mientras se masajea. Despues se deja el pelo así mojado un cuarto de hora y finalmente se peina mojado.
- Como acondicionador de cabello: el vinagre es un acondicionador de pelo que no perjudica el medio ambiente. Simplemente basta con aplicárnoslo tras lavarnos el pelo. El olor, inicialmente molesto, se irá evaporando pronto.
- Para eliminar la cal de los perlizadores de los grifos: un truco para eliminar los tapones de cal de caños de grifos y perlizadores de espitas es desmontarlos y ponernos en vinagre con sal durante unas dos a cuatro horas. Quedarán perfectamente limpios.
- Como esterilizador de esponjas: creemos que las esponjas son un modelo de limpieza y, a pesar del jabón, en realidad son un nido de patógenos de todo tipo, dada su cavernosidad, su humedad y su continuo contacto con la suciedad, Un remedio para asegurarnos de que están totalmente limpias es empaparlas en vinagre, escurrirlas suavemente y seguidamente meterlas en el microondas a máxima potencia durante noventa segundos. Te lo explicamos en Doce usos alternativos del microondas que seguramente desconoces.
- Para embellecer las hojas de las plantas: normalmente las aguas de riego doméstico tienen una importante porción de cal, ya sea por proceder de entornos calcáreos, ya porque se les añada para rebajar su acidez. Esta cal queda en las hojas de las plantas de jardín y terraza cuando regamos; es persistente y las afea a la par que las impide tanto fotosintetizar como respirar. La aplicación abundante de una solución de vinagre â
con sal en espray sobre las hojas nos ayudará a eliminar la cal y dejará la hoja brillante. Podemos ayudarnos de un trapo.
- Para limpiar frutas: tan sencillo como sumergir las frutas sin cortar ni pelar 30 segundos en una solución de vinagre si queremos eliminar patógenos y pesticidas.
Para desatascar fregaderos: otro uso antiguo del vinagre que deviene de su condición de ácido, aunque requiere paciencia. Se vierte vinagre puro por el fregadero atascado y se deja toda la noche. Si no se ha desatascado, al día siguiente se repite la operación hasta que el atasco ceda. Se puede añadir sal si se teme que haya calcificaciones.
Para abrillantar vasos: otro uso antiguo, dado su carácter ácido y descalcificante, es el empleo de vinagre como abrillantador si lavamos manualmente. Tras lavar el vaso, la copa o el plato de cristal, lo pasamos por una solución de vinagre y lo dejamos secar así. Después podemos pasar un paño seco en caso de que el olor a vinagre persista. También se puede usar para abrillantar metales.
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