¿Cuántas veces se pueden lavar las mascarillas de tela antes de que pierdan su eficacia?

Aún existen muchas preguntas e incertidumbre sobre cómo será el curso escolar para los millones de niños y niñas que ya han vuelto al cole o se preparan para regresar a las aulas en mitad de la epidemia. Pero algo sí sabemos: junto con el bocata y los libros, este año no faltarán las mascarillas.

Serán obligatorias para todo el alumnado a partir de los seis años, según ha pactado Sanidad con todas las Comunidades Autónomas. Aunque el Gobierno recomienda empezar a utilizarlas antes, y aconseja que los niños a partir de tres años usen mascarillas higiénicas de una talla que se ajuste a su edad. 

No son los únicos: aunque las mascarillas son obligatorias desde mayo, tanto la vuelta al cole como la reincorporación al trabajo este septiembre ha hecho que despierten algunas dudas. Entre ellas, destacan la reutilización y el correcto lavado de las mascarillas reutilizables. No solo es una cuestión de salud, la preocupación también tiene que ver con el presupuesto familiar. 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que solo para ir a la oficina gastaremos 24 euros al mes en mascarillas quirúrgicas; sin contar con los fines de semanas o con el tiempo que pasemos fuera de casa después del trabajo. La inquietud es palpable; y en una familia con varios niños, el gasto se dispara aún más.

Mascarillas lavables como medida de ahorro

Parece lógico contemplar las mascarillas de materia textil como una opción para evitar el posible estropicio en el presupuesto familiar. De hecho, son estas las que el Ministerio de Consumo recomienda que usen los niños y niñas, así como los adultos sanos. Una precaución: son seguras siempre que tengan el código o norma española UNE 0065 que indique que son reutilizables y que cumplen unos mínimos estándares de calidad. 

Estas mascarillas suelen estar fabricadas por una o varias capas de tela que cubren boca, nariz y barbilla, y tienen un arnés que rodea la cabeza o se sujeta en las orejas. El ministerio afirma que son una barrera contra los contagios, pero también advierte que no bastan: hay que completarlas con las medidas de distanciamiento físico, de 1,5 a 2 metros, e higiene recomendadas para frenar la expansión de la covid-19. 

Otra cosa son los cobertores artesanales o caseros hechos con materiales y métodos de confección muy diversos; además de que no suelen pasar el control de verificaciones o ensayos. Por lo tanto, no se garantiza su eficacia. En este artículo te contamos qué mascarillas protegen frente al coronavirus, cuáles no y cómo usarlas

¿Cuántas veces puedo lavarla sin perder protección?

Aunque sean reutilizables, no son eternas: hay mascarillas que permiten ocho lavados, otras diez. Y las hay hasta de 20 lavados. Pero a partir de ahí, hay que desecharlas. Además, los lavados tienen que seguir estrictamente las indicaciones del fabricante. 

“Por un exceso de celo o por querer desinfectarlas mejor podríamos exponernos al riesgo de utilizar un producto como la lejía, que puede neutralizar o deteriorar parte de los componentes”, explica Lorenzo Armenteros, portavoz de Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). 

No hay que caer en la tentación de lavarlas más veces de lo que indique su etiqueta; ni de utilizar más cantidad de detergente o un producto distinto al que nos diga el fabricante, por mucho que nos parezca que desinfecta más. El motivo: “Podemos inutilizar el efecto protector de los filtros que contiene la mascarilla”, advierte Armenteros. 

Hay que pensar que muchas de estas mascarillas de tela también contienen diferentes tipos de componentes plásticos, similares a los de las mascarillas quirúrgicas. Por lo que, si utilizamos un producto de lavado muy agresivo, podemos malograr su labor. 

Mascarillas de tela con filtros para niños

Otras contienen una funda de tela en la que se pueden introducir filtros u otra mascarilla. En este sentido, funcionan más como un cubremascarillas, porque lo que hacen es permitir que incluyamos una mascarilla con filtro dentro de aquella. Aun así, es importante que esos filtros de protección también estén homologados. 

Este tipo de filtros se compran en la farmacia, normalmente en paquetes de diez; y su protección resulta equiparable a la que ofrece una mascarilla quirúrgica; porque evita que las gotas de saliva que suelen desprenderse con la tos, al hablar o en un estornudo salgan al exterior. Según el doctor, “se adecúan mejor a los distintos tamaños de mascarilla, por lo que pueden ser adecuados para los niños”.

Un recordatorio: las mascarillas deben corresponder con el tamaño de la cara, una máxima que sirve para todos; pero que resulta crítica en el caso de los niños. “El truco de hacer una cruz para que se adapten mejor a las orejas es un error, porque dejamos una zona abierta en la mejilla, y no cumple el papel de protección que pedimos a una mascarilla”, concluye Armenteros. 

Un consejo más para la vuelta al cole segura: meter otra mascarilla de reserva en la mochila. Nunca sabemos qué va a ocurrir con ella durante la hora del bocadillo. 

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