En la mayor parte de los núcleos urbanos españoles estamos en plena era de la internet doméstica por fibra, con velocidades de 100 a 300 megabits por segundo (mbps), algo absolutamente impensable hace diez años, cuando tener tres 'megas' era una cosa reservada a entornos profesionales. En este aspecto hemos mejorado mucho,.
Y sin embargo, hay un problema que se perpetúa: la señal wifi no llega a ser todo lo estable que debería y en cuanto nos alejamos unos metros de la antena del router, cae estrepitosamente de esos supuestos cientos de 'megas' a solo decenas. ¿Cómo puede ocurrir esto? Es cierto que en el caso de las señales wifi el ancho de banda es teórico, al contrario de lo que ocurre cuando estamos conectados por cable Ethernet. Pero la pérdida no es tanta como para que reduzca la intensidad del ancho hasta diez veces o más.
Un sencillo test para medir la intensidad del wifi
En realidad, si medimos la señal a apenas a unos centímetros de la antena, veremos que el ancho aumenta considerablemente respecto a cuando lo hacemos unos metros más lejos. Podemos hacer la prueba con un móvil al que hayamos instalado una aplicación como por ejemplo Speedtest, disponible tanto para Android como para iOS 9. Si abrimos la aplicación desde el móvil y pulsamos en 'Empezar el test' junto a la antena obtendremos un resultado; pongamos 54 mbps de los 100 mbps teóricos.
Después nos alejamos unos metros e incluso nos introducimos en otra habitación, y volvemos a realizar el test: el resultado puede ser de 30 mbps. Si nos vamos a la cocina, al lado de la nevera por ejemplo, veremos que la potencia de la señal desciende a unos 15 mbps. Si tenemos un fregadero metálico y ponemos el móvil dentro para hacer el test, el resultado será de unos 7 mbps y si encendemos a la vez el microondas, es posible que no alcance un solo 'mega' a pesar de que la cocina esté a pocos metros del router.
Finalmente, si tenemos un teléfono fijo inalámbrico un poco antiguo y pedimos a un familiar que nos llame un momento, deberemos hacer la prueba justo al sonar la llamada; también veremos un descenso sensible de la potencia. Para tener un punto de referencia de lo que sería un óptimo, haremos la prueba desde un ordenador que tenga conectado el cable de red. Veremos entonces, en el caso de la fibra, que nos aparece toda la potencia contratada. En el caso del ADSL puede que haya un 10% de pérdida, pero no más. ¿Por qué es tan ineficiente la señal wifi?
Un problema de la vida moderna
Lo primero que hay que aclarar es que la señal wifi no es ineficiente, pero se ve afectada por un entorno trufado de obstáculos de todo tipo y saturado de otras ondas electromagnéticas que pueblan la zona. Por ejemplo, las del microondas, que compiten directamente con las redes wifi en el rango de frecuencias de los 2,4 Gigahezios (Ghz). Y lo mismo ocurre con los teléfonos inalámbricos antiguos, que funcionan en los 2,45 Ghz, también interfiriendo la señal de nuestro wifi. Por eso las pruebas mostraban tales bajadas de intensidad.
Pero no son los únicos aparatos domésticos que nos merman la señal: determinados mandos a distancia, aparatos que funcionen con Bluetooth y estén en permanente conexión, e incluso sistemas de transmisión masiva de datos como ChromeCast o AirPlay, pueden molestar al wifi. Si para colmo de males nos encontramos en el centro urbano de una ciudad, donde podemos coincidir con cientos de señales procedentes de la calle, de los vecinos o de oficinas cercanas, deberemos aceptar que nuestra casa 'no es país para wifis' y resignarnos a optimizar la intensidad dentro de lo posible.
Para hacernos una idea de cuán saturado tenemos nuestro espacio electromagnético doméstico, podemos usar el programa Inssider, para Windows, o iStumbler, para Mac Os X. Una vez instalados, los abrimos y nos aparecerá un listado de todas las redes wifi que asedian nuestra casa, la intensidad de cada una, la frecuencia en que emiten, el protocolo que usan, el canal por el funcionan y muchos datos más. El resultado puede ser espectacular, tal como de 20 a 60 redes afectando de un modo u otro a la nuestra. Queda claro que no es un problema de ineficiencias.
¿Qué soluciones puedo adoptar?
La más resolutiva es cambiar de casa, pero se antoja un tanto exagerada... Es mejor ser pragmático y probar medidas parciales que nos pueden ayudar a mejorar la señal de nuestra wifi sensiblemente:
1. Es importante el lugar de la casa donde situemos el router
Si el router está en una punta de la casa o apartamento y nuestro hogar es alargado, no nos debe extrañar que en el extremo opuesto apenas llegue señal. Si además entre medio hay numerosos tabiques o paredes gruesas, la merma de señal aumentará. Pero si entre el router y el punto donde queremos recibir la señal media la cocina, con todos los electrodomésticos de superficie metálica, el wifi sufrirá una caída importantísima.
Por lo tanto, siempre que nos sea posible, debemos colocar el router en un punto central de la casa, alejado de la cocina y de los aparatos que emitan ondas. De este modo sorteamos el efecto de la distancia a la vez que la acción distorsionadora de los elementos emisores de ondas o con superficies metálicas.
Si nuestra casa es un dúplex, habrá que pensar en superar la barrera del suelo/techo que separa los dos pisos. La mejor solución entonces en cuanto a posición es lo más cerca posible de la escalera que une los pisos, de modo que la antena encuentre un espacio abierto por el que emitir. Tanto mejor si el router está en el piso de arriba, pues evitará la barrera del techo.
2. Huir de ventanas, muros de carga o tabiques limítrofes
A no ser que tengamos pactado con el vecino compartir nuestra wifi, es mejor que la antena se encuentre lejos de los tabiques limítrofes, ya que la mitad de la señal, que tiene forma esférica, irá a parar a su piso. Y lo mismo sucede con las paredes que dan al exterior. Siempre que se pueda, es mejor situar el router en un lugar interior de la casa, de modo que nos beneficiemos de la señal en toda su extensión.
Por otro lado, es muy importante no colocar la antena al lado de ventanas que den al exterior, porque no solo sufriremos un escape de señal por la superficie cristalina, sino que además tendremos nuestra antena permanentemente distorsionada por las señales que nos llegan de los vecinos y las oficinas aledañas, con lo que su potencia será mucho menor. Una solución casera, si no podemos mover el aparato, es colocar detrás de la antena una película de papel de aluminio, que nos protegerá de las ondas externas y redireccionará todo el flujo que inicialmente perdíamos.
3. Cuanto más alto, mejor
Por la configuración esférica de las ondas, si el router está en una parte baja de la casa, encontrará numerosos obstáculos y cederá al piso inferior la mitad de si potencia. Conviene situarlo en una zona alta, de modo que sortee los obstáculos y nos llegue mejor a todas las zonas.
4. Cambiar el router de serie por uno dual
Un router dual es aquel que trabaja en la norma 802.11n, y por lo tanto es capaz de emitir en la frecuencia de los 2,4 Ghz o bien en los 5 Ghz, que es la que utilizan los routers profesionales, que está mucho menos saturada y no se ve interferida por las emisiones de los electrodomésticos. Se pueden encontrar en Amazon
por menos de 200 euros y son bastante fáciles de configurar.
5. Cambiar el canal de emisión
Los usuarios avezados y que no quieran gastar dinero, pueden entrar al administrador del router -siempre desde un ordenador conectado por cable- y en la configuración de su red wifi cambiar el canal de emisión por otro que no se encuentre tan saturado. Los programas antes citados nos especifican por qué canal emite nuestra wifi y qué canales están menos saturados. Después de hacer el cambio de canal deberemos reiniciar el router para comprobar el nuevo.
Para acceder la página de administración de nuestro router es aconsejable llamar al teléfono de atención al cliente de nuestro proveedor y pedirle la dirección y las claves. También podemos acceder colocando nuestra dirección IP en la barra del navegador y luego introduciendo las claves, si las tenemos a mano.
6. Usar enchufes PLC
Una buena alternativa cuando no hay modo de mover el router del sitio en el que nos lo instalaron, es comprar un sistema de enchufes PLC. Este sistema se basa en la transmisión de internet por el tendido eléctrico doméstico, de modo que hay un enchufe principal que se conecta por Ethernet al router, y otro u otros que podemos enchufar en distintas partes de la casa. Al activarlos, el flujo de red irá hacia donde estén ellos, que luego lo emitirán en forma de una nueva señal wifi. De nuevo se pueden comprar en Amazon
por menos de 100 euros y resultan realmente efectivos, además de fáciles de instalar.
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