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El final de una complicidad (presuntamente) delictiva

El extesorero del PP Luis Bárcenas en el Congreso durante su comparecencia en la comisión de investigación de la supuesta financiación ilegal del PP. EFE/Javier Lizón/Archivo
5 de febrero de 2021 22:14 h

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Mariano Rajoy no hubiera podido ejercer de Presidente de Gobierno sin la complicidad de Luis Bárcenas. Subrayo lo de ejercer. Es posible, aunque no seguro, que hubiera podido llegar a la presidencia del Gobierno sin dicha complicidad. Pero sin la misma no hubiera podido actuar como Presidente del Gobierno tras su investidura.

La investidura de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno se produjo en diciembre de 2011. En enero de 2012 la justicia suiza decidió que se podía atender el requerimiento que le había sido dirigido por la justicia española acerca de la fortuna que Luis Bárcenas tenía depositada en bancos suizos, sobre la cual se había informado en diversos medios de comunicación tanto españoles como extranjeros.

Luis Bárcenas recurrió la decisión de la justicia suiza y con dicho recurso consiguió retrasar algo más de un año que se pusiera a disposición de la justicia española la información sobre “sus” cuentas bancarias. 

Sin esa “prórroga” que Luis Bárcenas le concedió a Mariano Rajoy, este no hubiera podido empezar a ejercer como Presidente del Gobierno y asentarse en el puesto. De haberse hecho pública en sede judicial en enero de 2012, inmediatamente después de la investidura, la información que se ha ido filtrando trabajosamente con posterioridad a través de los tribunales, Mariano Rajoy habría tenido que renunciar a ser Presidente del Gobierno. Como lo haría en 2018, cuando se hizo pública la sentencia de la AN sobre la trama “Gürtel”, en la que se acreditó la existencia de la Caja B del PP. La moción de censura de 2018 fue inevitable porque Mariano Rajoy se negó a dimitir como Presidente del Gobierno y ser sustituido por otro miembro de su partido, como se le ofreció repetidamente a lo largo del debate de la moción. Tras hacerse pública la sentencia de la AN, Mariano Rajoy no podía continuar siendo Presidente del Gobierno. Entendió que la dimisión suponía hacerse responsable de la corrupción judicialmente acreditada y prefirió la aprobación de la moción de censura. Si esto fue así en 2018, ¿qué no hubiera pasado en enero de 2012? En ese momento inicial no hacía falta una sentencia.

La ejecutoria de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno ha sido una ejecutoria fraudulenta desde el primer momento. Una ejecutoria dependiente de la complicidad con un entonces presunto delincuente, que ya ha dejado de serlo. Hoy podemos decir que sin la complicidad delictiva con Luis Bárcenas Mariano Rajoy no hubiera podido ejercer de Presidente del Gobierno.  Del paréntesis que figura en el título se puede prescindir ya. Complicidad delictiva. Acreditada ya respecto de Luis Bárcenas. Por acreditar todavía respecto de Mariano Rajoy. 

Escapar a la acción de la justicia es lo que estuvo en el origen de la complicidad entre el Presidente del partido y el Tesorero. Los dos sabían que sus conductas habían sido delictivas y que se necesitaban el uno al otro para conseguirlo. Luis Bárcenas lo conseguiría por poco tiempo. Para Mariano Rajoy todavía sigue surtiendo efecto.

La complicidad se ha ido desgastando lentamente a lo largo de una década hasta llegar a lo que parece ser la ruptura total que estamos presenciando en estos días. La destrucción definitiva de la presunción de inocencia de Luis Bárcenas, acompañada de la de su esposa,  ha puesto fin a la complicidad por parte de este. Esto es lo que significa la carta de Luis Bárcenas a la Fiscalía que se ha conocido esta semana.

¿Cuánto tiempo puede llevar la destrucción de la presunción de inocencia del otro cómplice? ¿Cuánto tiempo puede necesitar la justicia española para tomar una decisión sobre la conducta de Mariano Rajoy durante sus años de Presidente del PP primero y de Presidente del Gobierno después?

He visto en TVE que el Presidente de la Xunta de Galicia ha declarado que está seguro de la “honorabilidad” de Mariano Rajoy a lo largo de toda su trayectoria política. No se cuál es el “canon de honorabilidad” de Núñez Feijóo, pero si después de saber lo que ya sabemos, aunque todavía no exista una decisión judicial, considera que la conducta de Mariano Rajoy puede ser calificada de “honorable”, los ciudadanos gallegos deberían empezar a preocuparse por la “honorabilidad” de su Presidente.

La trayectoria de Mariano Rajoy sigue gravitando sobre el PP. Es obvio que Mariano Rajoy sigue siendo portador de su derecho a la presunción de inocencia. Pero una vez que Luis Bárcenas  ha puesto fin a su relación de complicidad, es más que probable que se susciten dudas sobre la misma. Y que se susciten en sede judicial, que es donde las dudas tienen que ser despejadas. 

“Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios constitutivos de delitos son ilegales”, dice el artículo 22.2 de la Constitución. ¿Ha considerado la dirección del PP que dicho artículo estaba para los demás, pero no para ellos? ¿Hasta cuándo va a poder mantenerse en esa posición? ¿Podría un partido continuar operando como tal si fuera condenado por corrupción su Presidente durante casi dos decenios y durante más de seis años Presidente del Gobierno? 

La presunción de inocencia de Mariano Rajoy es una cuestión existencial para el PP.

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