Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.
Argentina: nuevo Gobierno, ¿nuevo rumbo en los juicios por crímenes de la dictadura?
No habían transcurrido ni siquiera 48 horas desde la elección presidencial en Argentina -donde resultó vencedor el candidato conservador de derecha Mauricio Macri- cuando el periódico La Nación publicó el titular “Basta de venganza”, refiriéndose a los juicios por crímenes cometidos durante la dictadura argentina entre 1976 y 1983. En ese período fueron asesinadas más de 30.000 personas. La mayoría “desaparecidas” en campos de tortura, no existiendo hasta hoy rastro de muchas de ellas. Habiendo ya sido juzgados más de 600 exmilitares, policías y civiles (entre ellos médicos, miembros de la Iglesia católica y jueces), y pese a que la sociedad argentina tardó en enfrentar estos crímenes cometidos en el pasado, sin duda el trabajo realizado en Argentina por superar la dictadura ha sido un ejemplo para el resto del mundo.
En 2005 el Gobierno de Nestor Kirchner cimentó el inicio de los juicios contra los responsables de estos crímenes, gracias a la derogación de la ley de amnistía. Esto hubiera sido inimaginable sin el empeño y los esfuerzos de familiares de las víctimas durante décadas, los propios supervivientes y los movimientos sociales, quienes lucharon sin descanso para obtener justicia. Igualmente, muchos abogados y activistas alemanes también apoyan hasta el día de hoy a los movimientos por los derechos humanos en Argentina.
Hace algunos días presenté en Berlín, junto a mi amiga la socióloga argentina Rosario Figari Layús, su nuevo libro 'Los juicios por sus protagonistas. Doce historias sobre los juicios de lesa humanidad en Argentina'. En él se narran las entrevistas realizadas a las y los protagonistas de los juicios de derechos humanos, no solo desde una perspectiva personal sino también enfocando la importancia para la sociedad argentina en el proceso de superación de la dictadura. Los relatos demuestran de forma impactante que, en realidad, el castigo de los responsables dista de ser lo más importante. Por ejemplo, para Carlos Soldati -superviviente de torturas y cuyo hermano fue, además, asesinado- lo esencial es que se reconociera oficialmente y ante un tribunal como verdadero el asesinato de su hermano, tal y como lo venía relatando su familia. No obstante, aún hoy en democracia muchos supervivientes y víctimas de la dictadura continúan siendo estigmatizados.
Delia Barrera, otra superviviente, relata cóomo fue para ella constatar en el tribunal que los roles se habían invertido: ahora, ella era la testigo de los demandantes y quienes la habían agredido y torturado entraban a la sala esposados. Se trató de un juicio de más de diez años, al fin del cual se determinó que los delitos cometidos en dictadura eran efectivamente crímenes de lesa humanidad.
Ya no hay duda del papel que despempeñaron los actores estatales -militares, agentes de inteligencia y, también, políticos. Pero es importante, asimismo, reconocer la ayuda esencial que prestaron importantes empresas durante la dictadura; por ejemplo, al eliminar cualquier forma de organización de los trabajadores. Reconocer la complicidad de muchas compañías ha sido una tarea difícil y con progresos escasos. De hecho, tras el triunfo de Macri -candidato cercano a los empresarios- muchos activistas de los derechos humanos se preguntan si esto supondrá el fin de los juicios por los crímenes de la dictadura en Argentina.
La reacción de la opinión pública en Argentina y del personal del periódico La Nación nos inspira esperanza. Los trabajadores de este medio de prensa se opusieron públicamente al titular que era contrario a los juicios. Por su parte, supervivientes, familiares y la propia sociedad civil perseverarán en su esfuerzo por lograr justicia. Estos actores necesitan del apoyo solidario de la comunidad internacional para que el proceso de superación de la dictadura argentina siga escribiéndose como una historia de éxito y un ejemplo a seguir.
No habían transcurrido ni siquiera 48 horas desde la elección presidencial en Argentina -donde resultó vencedor el candidato conservador de derecha Mauricio Macri- cuando el periódico La Nación publicó el titular “Basta de venganza”, refiriéndose a los juicios por crímenes cometidos durante la dictadura argentina entre 1976 y 1983. En ese período fueron asesinadas más de 30.000 personas. La mayoría “desaparecidas” en campos de tortura, no existiendo hasta hoy rastro de muchas de ellas. Habiendo ya sido juzgados más de 600 exmilitares, policías y civiles (entre ellos médicos, miembros de la Iglesia católica y jueces), y pese a que la sociedad argentina tardó en enfrentar estos crímenes cometidos en el pasado, sin duda el trabajo realizado en Argentina por superar la dictadura ha sido un ejemplo para el resto del mundo.
En 2005 el Gobierno de Nestor Kirchner cimentó el inicio de los juicios contra los responsables de estos crímenes, gracias a la derogación de la ley de amnistía. Esto hubiera sido inimaginable sin el empeño y los esfuerzos de familiares de las víctimas durante décadas, los propios supervivientes y los movimientos sociales, quienes lucharon sin descanso para obtener justicia. Igualmente, muchos abogados y activistas alemanes también apoyan hasta el día de hoy a los movimientos por los derechos humanos en Argentina.