Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.
Inquietud por una activista de derechos humanos en Baréin
Nos llegan noticias tristes desde Baréin. La activista de derechos humanos Maryam al-Khawaja, conocida mundialmente, ha sido puesta en libertad, pero no le está permitido abandonar el país hasta la celebración del juicio. Está previsto que el día 1 de octubre tenga lugar una primera audiencia ante el Tribunal Supremo; una mala señal, porque allí se dirimen principalmente los casos sobre las imputaciones más graves.
La ciudadana danesa de origen bareiní fue arrestada el día 30 de agosto cuando pretendía viajar a Manama para visitar a su padre Abdulhadi al-Khawaja, que es también activista por los derechos humanos y desde agosto se encuentra en huelga de hambre. Es de temer que Baréin emplee con Maryam las mismas medidas drásticas que con su padre.
Tras haber sido uno de los principales organizadores de la primavera de Baréin de 2011, Abdulhadi al-Khawaja ha de cumplir una condena de cadena perpetua por supuesto terrorismo. ¿Cuándo se abolirá por fin ese delito comodín que se emplea en todo el mundo para criminalizar los movimientos de protesta? Al fin y al cabo, todos los códigos penales del mundo prevén duras penas para todos aquellos que atentan contra la vida o la integridad física de otras personas.
Maryam te deja impresionado cuando la conoces en persona. Es una de esas activistas jóvenes, globales, que están siempre conectadas a internet, siempre tuiteando, siempre preparadas para la acción, y que además son de confianza. Así lo percibí cuando, en enero de 2013, en una conferencia de prensa en Berlín, presentamos conjuntamente nuestras quejas contra la exportación a Baréin de tecnología de vigilancia procedente de Alemania y del Reino Unido. Cuando en aquella ocasión hablamos durante la comida sobre su viaje más reciente a Baréin, admiré su valor, porque tenía claro que sus pasos estaban siendo vigilados, aunque allí la gente la reconocía por la calle y la saludaba con alegría. Sin embargo, también me preocupé entonces… y ahora aún más, en vista de la grave pena que pende sobre ella.
¿Y qué hace la UE?
Porque con Baréin los estados occidentales no quieren estropear las cosas, pues es uno de sus más estrechos aliados en Arabia Saudí. Su riqueza petrolífera, su situación geoestratégica en Oriente Próximo, y ello ya desde antes del avance del Estado Islámico… El estado danés practica la diplomacia silenciosa, un sinónimo utilizado, por desgracia, con demasiada frecuencia para referirse a la protesta lanzada de cara al exterior que, sin embargo, en realidad, resulta inocua. Aunque es verdad que Dinamarca es un país pequeño que quizás solo pueda ejercer una escasa presión sobre el gigante petrolífero.
Pero, ¿qué hace la Unión Europea, Nobel de la Paz? Los funcionarios y los gobiernos de la UE nos aseguran una y otra vez que la UE trabaja de forma activa a favor de los derechos humanos en el mundo y especialmente a favor de aquellos defensores de los derechos humanos que se encuentran amenazados. El Consejo Europeo resolvió en enero de 2012, precisamente por iniciativa de Alemania y de Dinamarca, que la UE deseaba continuar con su compromiso en este área y utilizar todo su peso a favor de los defensores de la libertad y la democracia en todo el mundo.
¿Todo su peso? Una joven danesa, reconocida internacionalmente como defensora de los derechos humanos y muy bienvenida en nuestras conferencias, permaneció encarcelada durante casi tres semanas, y sobre ella pesa la amenaza de un juicio injusto y de una condena draconiana, sufrida bien cerca de la celda de su padre. Sería magnífico que los diplomáticos –en voz alta o baja– dejaran a un lado los intereses económicos y de política exterior por una vez y no permitieran que ocurra.
Nos llegan noticias tristes desde Baréin. La activista de derechos humanos Maryam al-Khawaja, conocida mundialmente, ha sido puesta en libertad, pero no le está permitido abandonar el país hasta la celebración del juicio. Está previsto que el día 1 de octubre tenga lugar una primera audiencia ante el Tribunal Supremo; una mala señal, porque allí se dirimen principalmente los casos sobre las imputaciones más graves.
La ciudadana danesa de origen bareiní fue arrestada el día 30 de agosto cuando pretendía viajar a Manama para visitar a su padre Abdulhadi al-Khawaja, que es también activista por los derechos humanos y desde agosto se encuentra en huelga de hambre. Es de temer que Baréin emplee con Maryam las mismas medidas drásticas que con su padre.