Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.
Los Stolpersteine y otros remedios contra el olvido
Más allá de la gran – y necesaria – discusión sobre la historia alemana de la época nazi y de las reclamaciones por parte de algunos políticos de poner punto final al tema, en Alemania sigue moviendose mucho este asunto, especialmente a nivel local. Por eso hay que esperar meses hasta conseguir una cita con Gunter Demnig, escultor de Colonia, y poder finalmente colocar uno de los Stolpersteine que el diseña. Son piedras conmemorativas hechas de latón, que se insertan en la acera y que recuerdan el último domicilio que pudieron elegir libremente las víctimas del tiempo de los nacionalsocialistas. Gracias la iniciativa de vecinos,de escuelas, de familiares o de otras personas, que mantienen viva la biografía de los asesinados mes tras mes, año tras año, centenas de estas piedras son colocadas por toda la República Federal. Cuán importante es este tipo de recuerdo, lo notamos siempre que un extranjero literalmente tropieza con ellas y nosotros le explicamos su sentido.
Las piedras conmemorativas pueden parecer un detalle pero tienen un gran significado. En la vida diaria nos hacen tropezar constantemente con el asesinato de millones personas que cometió Alemania, hecho que nos obliga a reflexionar una y otra vez sobre esta parte de la historia alemana. Hace unos meses, unos amigos y yo llegamos a comprender lo que este detalle, este gesto, puede significar para los familiares de las personas que son recordadas de esta forma. En la Heinrich-Roller-Straße, en un barrio céntrico de Berlin, se colocó una Stolperstein en conmemoración de la pareja Emma y Elias Spet, y nosotros enviamos a sus familiares en Estados Unidos un video del acto.
En otro proyecto local importante, a las afueras de Berlin, se rememora la eugenesia: en el hospital de Buch se viene recordando desde hace más de cinco años de diferentes maneras a aquellas personas que los nacionalsocialistas declararon indignas de vivir y que asesinaron allí y en otros lugares de Alemania durante la así llamada “acción T 4” (nombrado según la Tiergartenstrasse 4, el centro de planificación del programa de eugenesia de los nacionalsocialistas). Este proyecto conmemorativo no nació por inciativa de médicos o de autoridades estatales, sino que fue impulsado por un grupo de personas alrededor de Rosemarie Plumb. La psicóloga, que hoy tiene 83 años, fue especialista en psicología laboral y en los últimos años ha investigado sobre las aproximadamente 3.000 personas que fueron enviadas desde Buch a los campos de exterminio y allí asfixiados con gas.
Recientemente en la bibliobeca del centro hospitalario de Buch se instaló una estación multimedia que pone el foco sobre los autores del programa de eugenesia. No cabe duda de que para ejecutar la orden de asesinato pérfido que Hitler dio en el año 1939, fue necesaria la colaboración de miles de doctores y personal médico, a cuyo cuidado se encontraban los que luego fueron asesinados. También la población apartó la mirada. El periodista Ernst Klee ha descrito en sus libros la connivencia de médicos, así como la impunidad de crímenes en Alemania occidental después de 1945. Tampoco en el Alemania oriental, donde se encuentra Buch, se sentenció a nadie por este asesinato masivo. Es más: el Doctor Wilhelm Bender, miembro del círculo central de los que planificaron la eugenesia, llegó incluso a ser, después de la guerra, director del sanatorio Wuhlgarten.
A Rosemarie Plumb se le acusó durante mucho tiempo como denigradora de sus compatriotas, pero al final su iniciativa ha tenido éxito. En el Campus del Hospital Hufeland se ha instalado una exposición permanente y se ha construido un monumento conmemorativo para los niños de personas forzadas a trabajar. Un proyecto de blog y vídeo sobre la historia de la eugenesia en Buch, llevado a cabo por los estudiantes de la escuela Hufeland-Gesamtschule, fue premiado en el 2012 por el estado de Berlín. Así, poco a poco, en Buch, Plumb y otra gente comprometida, han conseguido establecer un proceso para superar la perdida de todo sentido médico por parte del cuerpo médico alemán bajo el nacionalsocialismo, algo que, aunque fuese tan necesario, no había sucedido en los últimos 70 años.
Más allá de la gran – y necesaria – discusión sobre la historia alemana de la época nazi y de las reclamaciones por parte de algunos políticos de poner punto final al tema, en Alemania sigue moviendose mucho este asunto, especialmente a nivel local. Por eso hay que esperar meses hasta conseguir una cita con Gunter Demnig, escultor de Colonia, y poder finalmente colocar uno de los Stolpersteine que el diseña. Son piedras conmemorativas hechas de latón, que se insertan en la acera y que recuerdan el último domicilio que pudieron elegir libremente las víctimas del tiempo de los nacionalsocialistas. Gracias la iniciativa de vecinos,de escuelas, de familiares o de otras personas, que mantienen viva la biografía de los asesinados mes tras mes, año tras año, centenas de estas piedras son colocadas por toda la República Federal. Cuán importante es este tipo de recuerdo, lo notamos siempre que un extranjero literalmente tropieza con ellas y nosotros le explicamos su sentido.
Las piedras conmemorativas pueden parecer un detalle pero tienen un gran significado. En la vida diaria nos hacen tropezar constantemente con el asesinato de millones personas que cometió Alemania, hecho que nos obliga a reflexionar una y otra vez sobre esta parte de la historia alemana. Hace unos meses, unos amigos y yo llegamos a comprender lo que este detalle, este gesto, puede significar para los familiares de las personas que son recordadas de esta forma. En la Heinrich-Roller-Straße, en un barrio céntrico de Berlin, se colocó una Stolperstein en conmemoración de la pareja Emma y Elias Spet, y nosotros enviamos a sus familiares en Estados Unidos un video del acto.