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Mujeres y dictadura franquista: la historia silenciada

La historia se repite. Nos demuestra que en todos los conflictos y dictaduras los daños que sufren las mujeres pasan desapercibidos, son silenciados, lo que genera impunidad. Es necesario nombrar, investigar y juzgar los crímenes cometidos contra las mujeres para que la sociedad tenga acceso colectivo a la verdad. Pero esta verdad ha de ser una verdad completa y no una verdad redactada en masculino.

Durante la dictadura franquista las mujeres perdieron los derechos reivindicados, conquistados y garantizados durante la Segunda República, produciéndose un retroceso en su proceso de emancipación.

Durante esta etapa de nuestra historia, la identidad femenina se construyó mediante la redefinición de los roles de género atribuidos social y culturalmente a las mujeres en una sociedad patriarcal como la franquista. Según el nacionalcatolicismo, el ideal femenino era el de la mujer sumisa, hija, esposa o madre, condenadas a la domesticidad, relegadas al ámbito privado del hogar y la familia y a las tareas de cuidados. En esta nueva configuración de la identidad femenina, en la que se glorificaba la maternidad y que fue una pieza clave de la represión, a las mujeres se les prohibió el acceso al ámbito público y, por lo tanto, al espacio de la política, considerado como un espacio masculino. Si las mujeres eran políticamente activas, se consideraba que desafiaban sus roles de género, su adscripción al espacio privado, espacio considerado natural para ellas.

Por lo tanto, las mujeres republicanas o aquellas a las que se imputaba esta ideología fueron consideradas como mujeres no adecuadas, transgresoras de una supuesta esencia-identidad femenina construida por el franquismo. Se las demonizó, por considerarlas el germen del mal y las causantes del declive de la moral católica. Se las persiguió no solo por expresar una opinión política contraria al régimen franquista, sino también por desafiar los roles y espacios asignados por la ideología franquista.

En esta represión se utilizaron violencias específicamente dirigidas contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, como violaciones y otras formas de violencia sexual, purgas con aceite de ricino, rapados de pelo, reeducación en preventorios, torturas y otros castigos específicamente destinados a atentar contra el rol reproductivo de las mujeres y, por tanto, vinculados a la maternidad, como la separación de madres e hijos/as en las cárceles o la sustracción de menores a madres condenadas a muerte y ejecutadas que eran adoptados/as por familias afectas al régimen.

Incluso en aquellos casos en que la violencia ejercida contra las mujeres fue la misma que la ejercida contra los varones, aquella tenía un impacto diferencial en unas y otros, así como un objetivo también distinto. La violencia ejercida contra las mujeres se realizó para mantener su posición de subordinación y el cuerpo de las mujeres fue utilizado como campo de batalla en el que humillar y vencer al enemigo, a los parientes masculinos ausentes.

La represión franquista construyó a las mujeres como sujetos desiguales a los hombres y las excluyó totalmente de la ciudadanía. Sin embargo, esta represión sistemática contra las mujeres no anuló la capacidad de supervivencia y de resistencia femenina. Muchas de ellas, con la llegada de la democracia, retomaron con energía un nuevo proyecto feminista, un nuevo proceso de empoderamiento y de recuperación de los derechos de las mujeres.

Desde Women’s Link Worldwide, dentro de este proceso de visibilizar esta represión y los crímenes que se cometieron contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, hemos presentado la primera querella en un tribunal argentino, usando el principio de justicia universal, para que se investiguen los crímenes cometidos contra ellas durante la dictadura franquista. Con esta querella se pretende que estos crímenes se conozcan e investiguen y que esta realidad deje de hacer parte de la historia silenciada, impune e invisible dentro del Estado español.

La historia se repite. Nos demuestra que en todos los conflictos y dictaduras los daños que sufren las mujeres pasan desapercibidos, son silenciados, lo que genera impunidad. Es necesario nombrar, investigar y juzgar los crímenes cometidos contra las mujeres para que la sociedad tenga acceso colectivo a la verdad. Pero esta verdad ha de ser una verdad completa y no una verdad redactada en masculino.

Durante la dictadura franquista las mujeres perdieron los derechos reivindicados, conquistados y garantizados durante la Segunda República, produciéndose un retroceso en su proceso de emancipación.