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Los criminales de guerra aún se sienten seguros en Sri Lanka

  • Desde que existe este blog, damos la palabra a colegas a quienes debo mucha inspiración y motivación. Hoy escribe Andreas Schüller, quien dirige el área sobre “Crímenes Internacionales y Responsabilidad” del European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR) y trabaja, entre otros temas, sobre los crímenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra civil en Sri Lanka. Por motivos de seguridad hemos cambiado el nombre del tamil sobre el que escribe.

Madan es tamil, nacido en Alemania. Sus padres viven aquí desde que huyeron de Sri Lanka tras el inicio de la guerra civil en los años 80. Me encuentro varias veces con Madan -primero en Berlín, después en la cuenca del Ruhr- y me cuenta lo que ha vivido en Sri Lanka. Rápidamente me doy cuenta de la suerte que tuvo al poder sobrevivir, dado que muchos tamiles ya no pueden tener ese tipo de conversaciones.

A finales de 2008 Madan visitó a su abuela en el norte de Sri Lanka, la región en la cual viven la mayoría de los tamiles. Tenía planeado quedarse tres semanas, lo que al final se convirtió en 12 meses, un año duro para Madan.

En octubre de 2008 el ejército de Sri Lanka inició su ofensiva final contra los Liberation Tigers of Tamil Eelam (LTTE). Según estimaciones -muy conservadoras- de Naciones Unidas desde esa fecha hasta mayo de 2009 murieron 40.000 personas; otras fuentes hablan de 70.000 o más muertos. El presidente Mahinda Rajapaksa aplicó una táctica militar despiadada, también contra la población civil. Aprovechó la situación política mundial, en la que bajo la llamada lucha contra el terrorismo Occidente no repara en violaciones de los derechos humanos, y mostró al mundo su “solución” para la lucha contra los terroristas de Sri Lanka.

Las playas nuevamente son un punto de destino popular

Al igual que más de 300.000 tamiles, Madan huyó entonces con su abuela y otros parientes hacia la costa, siempre al norte de Sri Lanka. La costa era oficialmente una zona de protección civil, pero el ejército la bombardeó -incluyendo hospitales- durante meses. Madan se escondió una y otra vez bajo la arena fina de la playa y sobrevivió así a los ataques aéreos. Varios amigos y familiares murieron en los bombardeos. Hoy casi nada en las playas de Sri Lanka recuerda lo que Madan vivió. Las costas del país nuevamente son un punto de destino popular, donde acuden numerosos turistas alemanes.

Madan no pudo regresar a Alemania hasta noviembre de 2009, fecha en que su familia logró “comprar su libertad” de un campo de concentración donde estuvo desde mayo de ese mismo año. Otros presos de estos centros de detención, en los cuales el ejército de Sri Lanka internó, interrogó, torturó y maltrató sexualmente durante meses a miles de tamiles, a día de hoy han desaparecido.

La opinión mundial se enteró entonces de muy poco sobre esos crímenes de guerra. El president Rajapaksa sacó del país a periodistas y organizaciones humanitarias, mientras que Naciones Unidas hizo lo mismo con sus trabajadores en octubre de 2008.

Naciones Unidas presentará en septiembre un informe resultado de la investigación efectuada sobre estos crímenes

Este mes de septiembre, es decir, seis años después del fin oficial de la guerra civil, Naciones Unidas presentará por primera vez un informe relativo a la investigación de los crímenes en Sri Lanka. Madan incluyó su historia en el informe. Al igual que muchos otros refugiados, Tamil habló con investigadores de Naciones Unidas y les describió lo que vivió -o más bien dicho sufrió- durante ese año. Lo que cuenta coincide de manera clara con los testimonios de otros testigos y, también, con otras pruebas recogidas y presentadas en documentales como No Fire Zone. Basándose en el informe de Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos decidirá sobre cómo se puede garantizar el enjuiciamiento penal de los crímenes de guerra.

Hasta el momento Sri Lanka no ha investigado y mucho menos perseguido penalmente los crímenes de la guerra civil. El aviso del presidente Maithripala Sirisena durante su toma de poder en enero no se ha visto seguido de hechos. Mientras, los supervivientes de la guerra civil dependen del apoyo internacional. Pero la Corte Penal Internacional no puede actuar, dado a que Sri Lanka hasta ahora no ha firmado el Estatuto de Roma.

Madan y otros testigos ponen sus esperanzas en Europa y están dispuestos a declarar ante las autoridades pertinentes. Esperan que presuntos criminales de guerra, que se sienten seguros en Sri Lanka, sean perseguidos penalmente en otros lugares. Indudablemente, la situación legal en Europa lo permite.

  • Desde que existe este blog, damos la palabra a colegas a quienes debo mucha inspiración y motivación. Hoy escribe Andreas Schüller, quien dirige el área sobre “Crímenes Internacionales y Responsabilidad” del European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR) y trabaja, entre otros temas, sobre los crímenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra civil en Sri Lanka. Por motivos de seguridad hemos cambiado el nombre del tamil sobre el que escribe.

Madan es tamil, nacido en Alemania. Sus padres viven aquí desde que huyeron de Sri Lanka tras el inicio de la guerra civil en los años 80. Me encuentro varias veces con Madan -primero en Berlín, después en la cuenca del Ruhr- y me cuenta lo que ha vivido en Sri Lanka. Rápidamente me doy cuenta de la suerte que tuvo al poder sobrevivir, dado que muchos tamiles ya no pueden tener ese tipo de conversaciones.