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IU exige a su portavoz parlamentario que dimita como diputado de forma inmediata

La presidencia de IU de Asturias no ha soportado la presión de sus diez agrupaciones, críticas con que el diputado y portavoz parlamentario Ángel González se mantuviera en su cargo tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que le condena a siete años de inhabilitación por un delito de prevaricación administrativa.

Durante el fin de semana, el coordinador general de IU, Manuel Orviz, intentó que Ángel González dimitiera y dejara su escaño en el Parlamento autonómico. No tuvo éxito. El enroque del parlamentario no dejó otra salida que convocar a la Presidencia, integrada por más de cuarenta dirigentes. La decisión del órgano colegiado ha sido reclamar a González la entrega inmediata de su acta de diputado.

Orviz espera zanjar la crisis interna que desató la sentencia del Tribunal Superior. La condena viene de su etapa como viceconsejero en el Gobierno asturiano, cuando fraccionó la contratación de monolitos para señalar las fosas de víctimas de la Guerra Civil, con la intención de acelerar su colocación en diversos puntos de Asturias. El alto tribunal consideró que el dirigente de IU se saltó la ley, cometiendo prevaricación administrativa.

Horas antes de la reunión Ángel González, que no asistió a la convocatoria de la presidencia, se mantenía en su posición inicial de que la sentencia es injusta y de que IU “comete un error importante si no combate contra sentencias injustas”. Y su idea era la de no dimitir.

El coordinador general no quiere ni imaginar ese escenario. “Sabe perfectamente cómo funciona la organización, forma parte de ella y tiene mucho futuro en ella”, dice. Orviz ha ceñido a razones “personales y anímicas” la ausencia de González, lo que ha permitido, a juicio de los asistentes, un debate sosegado y tranquilo.

Y no es para menos. El diputado ha pasado de la “caza de brujas” y “persecución política” a señalar a dirigentes de su propia organización como impulsores de su dimisión, a los que califica de “personajes” que no aceptan que perdieron la última asamblea en la que salió elegido Manuel Orviz, tumbando la opción mayoritaria.

Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, la decisión de Ángel González de continuar podría terminar dañando la imagen de IU en Asturias. Aunque para él, esos críticos, que hacen “contracampaña”, perjudican más que su sentencia.

Con la caída de su portavoz, el coordinador general pierde una pieza emblemática de apoyo a su persona, que, al no ser diputado, se encarga de controlar dentro del grupo las estrategias políticas de la dirección. González fue el que cambió el curso de la dirección y se convirtió en una figura clave de las consignas de Orviz.

“Sólo había una solución”, asevera Alejandro Suárez, dirigente de la organización en Oviedo, como salida a los efectos políticos que ha tenido la sentencia entre los ciudadanos. También descarta como hipótesis que González se rebele contra la decisión colegiada.

En la reunión no se ha planteado su expulsión de la organización. Sí que la decisión política de que dimita es “la mejor para él y para la organización. La que no es culpable es la militancia y las resoluciones judiciales hay que cumplirlas para bien”.

Todo apunta a que IU ha cerrado un frente; que González acatará la decisión, porque si no el siguiente paso será su expulsión de la organización y su marcha al grupo mixto, una vez que los servicios jurídicos de la Junta General del Principado aclaren si es compatible o no su condición de diputado con la de estar condenado, aunque la sentencia no sea firme.

La presidencia de IU de Asturias no ha soportado la presión de sus diez agrupaciones, críticas con que el diputado y portavoz parlamentario Ángel González se mantuviera en su cargo tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que le condena a siete años de inhabilitación por un delito de prevaricación administrativa.

Durante el fin de semana, el coordinador general de IU, Manuel Orviz, intentó que Ángel González dimitiera y dejara su escaño en el Parlamento autonómico. No tuvo éxito. El enroque del parlamentario no dejó otra salida que convocar a la Presidencia, integrada por más de cuarenta dirigentes. La decisión del órgano colegiado ha sido reclamar a González la entrega inmediata de su acta de diputado.