Una visión diferente del Principado de Asturias a través de sus protagonistas, con noticias, reportajes, entrevistas y análisis sobre su actualidad política, social y económica.
Javier Fernández asegura que no tiene alternativa y que gobernará en minoría en Asturias
Ni elecciones anticipadas, ni ausencia de Gobierno. Javier Fernández, presidente del ejecutivo asturiano, deja bien claro que no se plantea un escenario electoral y que llegará hasta el final. Los responsables de la ruptura son otros, según Fernández, porque hasta hace cuatro meses la reforma de la Ley Electoral no figuraba como la carta esencial de la baraja.
Lo que más incomoda de esta situación al ejecutivo socialista es que desde la formación de Rosa Díez se traslade la sensación de que sin ella el Gobierno ha caído. Javier Fernández quiere parar ese mensaje y asegura que “hay un Gobierno en minoría, pero existe y seguirá llevando al Parlamento leyes trascendentales como los Presupuestos regionales. La decisión de romper el pacto, es únicamente suya”.
Es posible que el presidente no haya medido las consecuencias de tensar tanto la cuerda, porque “nunca creí que fuera crucial la reforma de la ley electoral”, un trámite necesario para firmar un pacto, que se hizo dentro de unas condiciones determinadas, como es el lograr la 'mayoría reforzada' para sacarla adelante. Una vez que reconoce este error de cálculo, por lo que no pasa es que le llamen mentiroso, “no lo admito, porque no es cierto”.
El PSOE tira de hemeroteca para recordarle al diputado de UPyD, Ignacio Prendes, algunas de sus declaraciones más contundentes acerca del peso que esta reforma tenía dentro del pacto. Hace un año decía que “estamos dispuestos a buscar un consenso amplio, y si no se produce, no habrá reforma”; “no es un asunto central, puede dejarse para el futuro” o “los cambios, de este tipo de leyes, deben ir más allá de las mayorías absolutas”.
Prendes entró en el parlamento asturiano cargado de buenas intenciones y “sin establecer líneas rojas ni condiciones absolutamente irrenunciables, porque Asturias necesita estabilidad y acuerdos que vayan más allá de bloques de izquierda y derecha”.
Ahora, UPyD queda fuera de un contexto político que ella misma marcó en el acuerdo, cuya hoja de ruta basó en cuatro puntos esenciales, el apoyo a las Pymes, autónomos y emprendedores, la regeneración democrática, una política selectiva que defina los servicios básicos y una modificación territorial, que detenga la sangría de los recortes en el estado de bienestar.
¿Qué ha pasado, desde esa postura conciliadora hasta llegar a la ruptura total? Para el presidente, es una estrategia de UPyD de carácter nacional y “Asturias no puede ser su laboratorio. No quiero apoyar una ley estructural por un voto”, sentencia.
Una vez dicho esto, Fernández ha pasado página a la polémica de la ruptura de UPyD. Ahora, su única prioridad es sacar adelante los Presupuestos de 2014. Para ello, no duda en trasladar a la conciencia de la responsabilidad política del resto de las fuerzas parlamentarias los más de cien mil parados que tiene este región, que necesita políticas públicas que incentiven el empleo. A la espera de que las aguas se calmen, los socialistas todavía mantienen activo el compromiso de Ignacio Prendes de separar la aprobación de las cuentas de 2014 del conflicto abierto con la reforma electoral.
Otro hueso duro de roer es Izquierda Unida, con quien el PSOE no firmó pacto alguno de Gobierno, tras el rechazo de sus bases al acuerdo. Tras acusar al presidente de Asturias de “dinamitar una alianza endeble”, Manuel Orviz, coordinador de la coalición en el Principado, no ha dicho ni que sí ni que no a los presupuestos, y sólo advierte de que “nosotros no tenemos ningún presupuesto encima de la mesa”.
Ni elecciones anticipadas, ni ausencia de Gobierno. Javier Fernández, presidente del ejecutivo asturiano, deja bien claro que no se plantea un escenario electoral y que llegará hasta el final. Los responsables de la ruptura son otros, según Fernández, porque hasta hace cuatro meses la reforma de la Ley Electoral no figuraba como la carta esencial de la baraja.
Lo que más incomoda de esta situación al ejecutivo socialista es que desde la formación de Rosa Díez se traslade la sensación de que sin ella el Gobierno ha caído. Javier Fernández quiere parar ese mensaje y asegura que “hay un Gobierno en minoría, pero existe y seguirá llevando al Parlamento leyes trascendentales como los Presupuestos regionales. La decisión de romper el pacto, es únicamente suya”.