“Con el sistema administrativo tan complejo que tenemos es un esfuerzo titánico levantar un telón”
Amaya de Miguel afirma que es una “privilegiada” y que le “ha tocado la lotería” con la Dirección General del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales (INAEM) a la que llegó el pasado mes de julio. Pero no es ninguna perita en dulce.
Desde su creación en 1985, el INAEM siempre ha sido diana de críticas y se ha exigido una reforma por su monumentalidad: de él dependen organismos como el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, la Compañía Nacional de Danza, el Ballet Nacional, la Orquesta y Coro Nacional, el Teatro de la Zarzuela, además de gestionar las subvenciones públicas que también reciben las compañías privadas.
La pasada legislatura acabó con la polémica de la fusión entre el Teatro Real y la Zarzuela para crear una Fundación que el ministro José Guirao paralizó nada más llegar al cargo. Una decisión que De Miguel comparte. Muestra así el camino para la reforma que ella pretende acometer y cuyas líneas principales ha comentado a eldiario.es en una entrevista en su despacho. Es la primera que concede desde que accedió al cargo.
Usted conoce bien esta casa. Trabajó en el Centro Dramático Nacional y fue directora del Festival de Almagro. Pero siempre se ha dicho, 'esto hay que reformarlo, necesita un cambio'.
Tienes toda la razón. Y precisamente por eso me parecía la gran oportunidad. El INAEM se creó para ser un instrumento ágil para la creación y a lo largo de los años se ha ido convirtiendo en el elefante.
Entrando en materia. A su juicio, ¿cuáles son los grandes problemas del INAEM?
Te lo podría resumir en una frase: los creadores no se tienen que adecuar a nosotros para conseguir que la creación se produzca, sino al contrario. Nuestra obligación es dar a los creadores lo que necesitan para crear. Pero es un sistema administrativo tan complejo el que tenemos que es prácticamente un esfuerzo titánico levantar un telón, o que una compañía privada estrene un espectáculo al que nosotros hemos querido ayudar económicamente. El sistema se ha complicado tanto que lo hace casi inmovilista.
¿Cómo van a plantear la reforma? ¿Cómo se va a romper precisamente con estos problemas de los que está hablando?
Para arreglar el problema tenemos que tener el buen diagnóstico, y son tantos los sectores profesionales que intervienen, con sus diferencias, que tenemos que escucharlos a todos. No es lo mismo la estrechez de costuras para el mundo del arte dramático, que para el de la música. Nosotros tenemos nuestros propios creadores dentro de nuestras unidades de producción, pero luego tenemos otra cosa importantísima, que es el sector privado que en gran manera depende de nosotros para poder hacer su creación. Para eso hay que escuchar, encontrar las mejores fórmulas e intentar llevarlas a cabo dentro del marco legal y público.
¿Qué síntomas se están viendo ya para elaborar ese diagnóstico?
Uno de ellos es que nuestras unidades tienen que ser nacionales y ahora por una serie de rigideces laborales también esto es muy difícil de conseguir. Para eso tenemos que conseguir la manera de optimizar nuestros recursos y estamos en eso.
Precisamente, la obra Inconsolable, de Javier Gomá iba a ir a Bogotá pero por la cantidad de técnicos que tenían que ir a desde el INAEM se ha cancelado. ¿Se va acabar con este modelo en el que viajan todos los técnicos, etc.? InconsolableInconsolable
Yo no utilizaría la palabra acabar, la palabra es optimizar los recursos que tenemos y hacerlos mucho más realistas con el mundo que vivimos. Sobre todo, nuestras compañías van a teatros donde ya hay unos sistemas técnicos y administrativos que pueden recibirlos perfectamente. La palabra 'acabar' me parece demasiado radical. La palabra es optimizar entre todos. Y como todos queremos que se produzca el hecho artístico, vamos a hacer el esfuerzo… En las negociaciones siempre hay que ceder un poco para llegar al objetivo final y este es servir a los ciudadanos y la cultura.
Pero en este caso, que iban a ir 15 técnicos y ya no se va a hacer, si hablamos de optimizar, ¿quiere decir que una obra no se va a representar en otro sitio si tiene una necesidad de tantos técnicos?
Yo siempre confío en la buena voluntad y que hablando podemos llegar a entendernos. Como estamos en la mesa de trabajo y escuchando los problemas, esto nos va a permitir que en el futuro estas cosas no pasen.
Otro tema son las giras nacionales. Que una obra de un teatro estatal se pueda ver en Madrid, Bilbao o Murcia. Ahora mismo no ocurre. ¿Cómo se va a solucionar?
Eso tenemos que conseguir que pase. Una de mis premisas es que tenemos que conseguir que lo que se hace lo vea el mayor número de ciudadanos posibles. Hace tiempo se inició el programa PLATEA, que tiene unos resultados estupendos. PLATEA hace llegar a lugares de menos de 50.000 habitantes un montón de espectáculos, que además de crear tejido cultural en la ciudad, crea tejido empresarial en las compañías. Pero hay que pensar en otras vías. Por eso le doy tanta importancia a lo que hay en la calle, a las compañías privadas. Es una obligación nuestra nutrir a ese tejido.
Pero las compañías privadas, al final, sí se mueven más por todo el territorio.
Tienen más agilidad, más facilidad, se rigen de una manera diferente a nosotros. Por eso, explorar la vía de la coproducción, la colaboración de lo público y lo privado es muy importante. No tenemos que poner puertas a las colaboraciones y las coproducciones internacionales.
Sí, pero se lo decía porque una producción que hubo hace unos años en el CDN, La cocina, sólo se pudo ver en Madrid porque no había dinero -o eso se dijo-, para poder llevarla a otras ciudades.La cocina
Desconozco los pormenores de La cocina porque la vi como espectadora… Pero no sé por qué no se pudo ver en otros sitios. Se pueden pensar las fórmulas de coproducción, incluso para grandes espectáculos entre comunidades, que permite mayor agilidad. Pero en el tema de La cocina no puedo opinar.
Es decir, su fórmula son las coproducciones.
No hay que tener sólo una fórmula, sino varias. Hay que coproducir con los privados, con otros teatros públicos, internacionalmente. No nos podemos encajonar en nada.
Ya que hablamos tanto de agilizar, hay voces que sugieren que los centros de producción del INAEM deberían tener más autonomía. ¿Es partidaria?
Con la reforma queremos dar un marco que permita mayor flexibilidad en general. Si tu pregunta va sobre si las unidades de producción deberían tener más autonomía es algo que no te puedo responder porque sería una prepotente. Estoy escuchando a todo el mundo porque la fórmula la tenemos que encontrar entre todos. Lo único que digo es que la reforma será dentro del marco de lo público.
El Gobierno del PP puso en marcha otra fórmula: las fundaciones. Así iba a resultar tras la fusión entre el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela, que abortó el ministro Guirao nada más llegar. Usted supongo que estaría de acuerdo con esta decisión, pero me gustaría que explicara por qué.
Concretamente al respecto del Real y la Zarzuela había un tema que no estaba resuelto, que era el laboral. Y por lo tanto, hacer esa fusión no era lo más adecuado. Además, para mí, había otro problema: no había un modelo claro, o yo lo desconocía, de lo que iba a significar esa fusión para el teatro lírico español, del cual soy una gran defensora. Desconozco qué encaje iba a tener en ese proyecto. Por eso creo que era acertadísimo pararlo.
El PP manifestaba que era una fórmula para que el Real y la Zarzuela subsistieran mejor. Me gustaría que me explicara por qué está en contra de la fórmula de las fundaciones públicas en estos casos.
Yo no digo que esté en contra de las fundaciones públicas, porque para algunas cosas están muy bien. Pero creo que es lo debido que la reforma del INAEM esté dentro del marco de lo público. Pero igual dentro de unas semanas hay otras conclusiones según lo que nos hayan aportado otros sectores. Igual nos hacen contemplar otras vías. En este momento no tengo el diagnóstico claro, pero sí digo que la reforma debe ser dentro del sector de lo público.
Hablando de los trabajadores, usted ha dicho que está en contra del convenio único. ¿Qué va a hacer entonces?
Bueno, la palabra en contra… Hablando un poco más el lenguaje de la calle esta profesión es tan especifica que regularla con un convenio que también regula a los guardias forestales, por poner un ejemplo, no sé si se adecúa mucho a las necesidades específicas del sector. Incluso en los horarios, porque aquí se trabaja fundamentalmente los fines de semana. Hay que buscar una adecuación respetando los derechos de los trabajadores del sector al que te dedicas.
Para todo esto hace falta dinero. Se ha encontrado con unos presupuestos ya aprobados y se viene de años de muchos recortes. ¿Cuáles son sus planes para los de 2019?
Quiero tener unos presupuestos con otro diseño. Yo creo mucho en las subvenciones nominativas, que apuestan por proyectos y le dan continuidad. Los creadores necesitan el tiempo y la seguridad para desarrollar su proyecto artístico, siempre con el control que hay que hacer del dinero público. Creo en las subvenciones nominativas que en los pasados presupuestos habían disminuido mucho.
Por cierto, se han publicado ahora los sueldos de los actores de las obras de teatro de los centros públicos como la Zarzuela. Y hemos visto diferencias entre hombres y mujeres. Ellas ganan menos. ¿No va a hacer algo el INAEM al respecto?
Generalmente hay muchas más sopranos que tenores y el mercado y sus agentes son los que negocian esto. Yo ahí no intervengo.
¿No puede hacer nada el INAEM?
Lo podríamos estudiar, pero no lo podemos hacerlo solo nosotros, porque estos intérpretes también tienen una carrera internacional. Nosotros en los teatros dramáticos como el Centro Dramático Nacional tenemos un convenio que regula los sueldos con el sindicato de la Unión de Actores, pero en los teatros líricos, como la Zarzuela, no pasa esto.
Después de dirigir el Festival de Almagro, de haber estado en el CDN… ¿Cómo se ve desde dentro este organismo?
Yo había trabajado en el INAEM crudo y duro. Y me lo he encontrado más encorsetado de lo que pensaba, porque ha pasado tiempo. Pero la ventaja de estar aquí es que tienes una visión general de las cosas. Las compañías privadas son fundamentales para crear tejido cultural. Y yo creo mucho en la colaboración, ya no sólo por el aprovechamiento de recursos, sino por enriquecimiento cultural.