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Miguel Ángel Aguilar: “Hay un deterioro en las cabeceras de referencia”
El veterano periodista Miguel Aguilar considera que “hay un deterioro notable en las cabeceras de referencia” y califica de “suicida” que estos medios hayan apostado por ofrecer información gratis, porque el “periodismo valioso, alejado del amarillismo e independiente cuesta dinero”.
El secretario general de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) acaba de presentar el libro “¿Pero qué broma es esta?”, un recopilatorio de algunos de los telegramas que narra con devoción a diario, desde el otoño de 2007, en el programa radiofónico “Hora 14” de la Cadena Ser.
Tras nueve años, el periodista ha confeccionado más de 2.000 telegramas: escritos breves, de siete líneas y media de extensión máxima, que tienen como destinatario a un personaje concreto y, que según cuenta el periodista en una entrevista con Efe, no pueden estar dirigidos a grupos u organizaciones.
“El receptor tiene que ser una persona que esté viva”, explica Aguilar. Además, éste debe “concentrar la carga noticiosa más relevante del día”.
Estos son los ingredientes necesarios para cocinar al destinatario, que se decide cada mañana.
Una vez concretado, Miguel Ángel comienza un proceso de contextualización y documentación.
Y, después, da rienda suelta a su imaginación, que aunque esté limitada a siete líneas, mantiene sus señas de identidad, explica el profesional.
Cuenta que hay días que sólo necesita cinco o diez minutos para su elaboración, pero otros puede necesitar hasta hora y media.
Aunque en numerosas ocasiones sus escritos critiquen o lleven la contraria al destinatario, el secretario general de la APE afirma que intenta tratar la información desde “la ironía y el humor”.
Y por eso se decidió que el título del libro fuese “¿Pero qué broma es esa?”, coletilla que este veterano utiliza de manera recurrente para poner punto y final a cada una de sus colaboraciones.
Muchos de sus destinatarios son políticos. Y sobre la política, Aguilar considera que “ha llegado el fin de la era de la mayoría absoluta y ha empezado una distinta”.
Este informador está “seguro” de que no se celebrarán unas terceras elecciones y cree que a España le espera “un futuro de normalidad, con un gobierno que tendrá dificultades, pero con un comportamiento cívico de las fuerzas que se queden en la oposición”.
En opinión de Aguilar, el periodismo tiene que luchar contra el “sectarismo y los mercenarios” que son “los mayores venenos” para esa profesión.
Pero augura un buen futuro al periodismo español para lo que, sostiene, “hace falta educar al público en la exigencia”. Para este profesional, el ciudadano debe ser exigente y no dejarse embaucar por los medios.
Además, cree que la gente se dará cuenta pronto de la necesidad de pagar por recibir buen periodismo porque el ciudadano “está dispuesto a pagar por tener información valiosa”.
Y admite que aunque puede que haya gente que piense que eso es un lujo, “se puede pagar”.
A juicio de Aguilar, la sociedad está “inundada” de información las 24 horas pero, al mismo tiempo, “le falta agua potable”.
Los ciudadanos necesitan un periodismo que huya del amarillismo, de la exageración, del sectarismo, reitera. Caminos que, en su opinión, “sólo sirven para conseguir el éxito instantáneo”.
Por eso, dice que Ahora, periódico fundado en otoño de 2015 y del que es presidente editor, ofrece una información independiente, alejada del sensacionalismo y donde no hay espacio para “ni una brizna de sectarismo”.
Huye de las nuevas tecnologías y nunca ha tenido un dispositivo móvil. Tan sólo utiliza un ordenador de mesa, otro portátil y admite que tuvo una tableta.
“No tener móvil me permite tener espacios de reflexión y libertad conmigo mismo” dice, y añade que así puede ir pensando cuando camina o va en metro.
Pero reconoce que cuando está fuera de casa, recurre al móvil de sus amigos por cuestiones de trabajo e, incluso, alguna vez utiliza el de los transeúntes porque ya no hay teléfonos públicos en las calles o en los bares.
“Esto es un retroceso”, critica.
Y si tuviese que escribir un telegrama a un ciudadano español que está exhausto debido a la situación política, le diría que entiende que se encuentre cansado, pero que sabe que el sistema constitucional tiene respuestas y que pronto tendremos un gobierno... Y Aguilar augura que será pronto.
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