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Un español ilustró el artículo anónimo contra Trump del New York Times: “Es increíble haber podido formar parte de algo así”

Ilustración de Pablo Delcan para The New York Times

Diana Fresno

El New York Times ha publicado esta semana una pieza de opinión fuera de lo común. Titulada “Soy parte de la resistencia dentro del Gobierno de Trump”, es anónima y habla abiertamente de un grupo de altos funcionarios del gobierno estadounidense que trabajan “diligentemente desde dentro” para frustrar las intenciones del presidente más controvertido de las últimas décadas en Estados Unidos.

Al leer la pieza en su web -que se ha convertido en una de las más leídas de la página del periódico en su historia- más allá de lo extraordinario de su contenido, llama la atención la ilustración que la acompaña. Una imagen en amarillo brillante representa a Estados Unidos al borde del abismo, casi a punto de caerse, mientras tres figuras tiran del país con una pequeña cuerda, en un intento desesperado de salvarlo.

La imagen representa fielmente el contenido de la pieza, en la que un miembro de la “resistencia” contra Trump explica que numerosos miembros de la Administración llevan meses intentando frenar “el comportamiento errático” del presidente. Detrás de esta ilustración está un joven menorquín.

Pablo Delcan nació hace 29 años en Menorca y en la actualidad vive en el barrio neoyorquino de Brooklyn. El joven, que dirige un estudio de diseño y animación en Nueva York, lleva casi cuatro años haciendo ilustraciones para la portada de la revista The New York Times y editoriales para la sección de opinión, donde ya se sabe de memoria “cómo va todo”.

Pero su trabajo no termina ahí. A sus 28 años apareció el año pasado en la lista Forbes de “30 under 30”, donde la publicación reúne a a 30 pioneros menores de 30 años en 20 categorías diferentes que considera especialmente influyentes. Pablo, que fundó Delcan Company en 2014, no sólo ha ilustrado piezas para el New York Times, sino que está detrás de los créditos para la serie Killing Eve y carteles de la cantante neozelandesa Lorde.

Un proceso creativo “común”

Al preguntarle sobre cómo se siente por haber formado parte de la publicación, que ya ha provocado una airada respuesta por parte del presidente de Estados Unidos, Delcan responde con total naturalidad. “El proceso creativo no ha variado mucho del de cualquier otro artículo, en realidad”, comenta en una conversación telefónica a eldiario.es.

Según cuenta, por lo general, el departamento de opinión del New York Times suele mandarle el artículo a ilustrar vía email y él, unas horas más tarde, les responde con varias opciones. “Normalmente me mandan el artículo y a partir de la lectura yo saco las ideas. Suelo mandarles unas 10 o 12 ideas y ellos ya eligen”, explica.

No obstante, esta vez, debido a la delicadeza del artículo, desde el New York Times el secretismo fue total. Le enviaron el encargo el día antes por la noche. Delcan, que normalmente cuenta con el artículo completo para poder sacar ideas para ilustraciones, sólo recibió algunos fragmentos de la pieza en cuestión, de donde debía sacar hasta doce imágenes conceptuales.

Él no pudo leer la pieza entera hasta la mañana siguiente. Pero no tuvo problema para ilustrarla, ya aceptaron una de sus propuestas sin problema. “De hecho, esta vez contaba con más tiempo de lo normal”, comenta. Es por eso por lo que optó por crear hasta dos versiones, una animada para la web del New York Times y otra para la edición impresa.

Una de los antecedentes más importantes a la publicación del artículo anónimo es el libro 'Miedo: Trump en la Casa Blanca', que se publica la semana próxima. Obra del periodista dos veces ganador del Pulitzer, Bob Woodward, relata los entresijos de la Administración del presidente, a los que llega a calificar de “manicomio”. “Casi parece que esta pieza es una continuación del libro de Woodward”, apunta Delcan.

La ilustración está intrínsecamente relacionada con la idea de “resistencia” que tanto se repite en la pieza, según explica. “Viene de la idea de que hay un sector dentro del Gobierno que está dispuesto a sacrificar sus valores”, señala. “Es como que quieren hacer lo posible para evitar que Trump pueda hacer algo de lo que se pueda arrepentir después”, añade.

Lectura con “distancia”

No obstante, Delcan insiste en que su trabajo no es el análisis político, sino que consiste en intentar entender las piezas de opinión que ilustra “desde la distancia”. “Es complicado, ya que en el fondo, mi función es visualizar a través de una imagen lo que el autor quiere decir, cómo transmitir su verdad a través de un concepto mío, pero sin pisarle”, cuenta.

Su trabajo como creativo detrás del artículo resulta fundamental, ya que la imagen supone un complemento indispensable. Pero hay ocasiones en las que se encuentra a sí mismo empatizando con personas con las que no tiene por qué estar necesariamente de acuerdo. “Resulta un poco contradictorio, pero entiendo de dónde puede venir el que lo escribe”, explica.

“Creo que existe un enorme sentido de la responsabilidad por parte del autor del artículo”, alega, explicando que tal y como ya expuso en el podcast The Daily el responsable de opinión del New York Times, Jim Dao, fue uno de los motivos por los que el periódico estadounidense optó por publicar la pieza, incluso si ello implicaba poner en riesgo su credibilidad como periódico. “Ellos saben perfectamente quién está detrás y confían”, afirma Delcan.

El sentido de la responsabilidad del que habla el diseñador gráfico está muy presente en toda la pieza, y ha sido uno de los rasgos más comentados por los medios estadounidenses en las horas posteriores a su publicación. “Puede ser un consuelo escaso en esta era caótica, pero los estadounidenses deberían saber que hay adultos a cargo. Reconocemos plenamente lo que está ocurriendo. Y tratamos de hacer lo correcto incluso cuando Donald Trump no lo hace”, asegura el funcionario anónimo detrás de todo el revuelo.

Trump ya puesto el grito en el cielo entre acusaciones de traición, y prácticamente todos los altos cargos de su Administración han negado haber firmado el artículo o tener constancia del mismo. El impacto político de la pieza aún está por determinar, pero para Delcan ya supone un antes y un después.

A pesar de que forma parte de su día a día, reconoce que el misterio que ha rodeado al artículo le ha descolocado. “Hombre, me enorgullece en el sentido de que es increíble haber podido formar parte de algo así, el haber podido poder cara al artículo. Ya que por no llevar, no lleva ni firma”, concluye.

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