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Padura: da miedo el fundamentalismo de izquierda y derecha y más, el nacionalismo
“Me dan mucho miedo los fundamentalismos de izquierdas y de derechas pero aún más los nacionalismos”, ha asegurado hoy en Madrid el escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015.
Aunque se ha declarado “cauteloso” a la hora de opinar sobre realidades que no conoce, como la de Cataluña, Padura (La Habana, 1955), ha recalcado que puede haber fundamentalismos económicos, religiosos y también políticos.
Padura se encuentra en Madrid para presentar su última novela, “La transparencia del tiempo”, editada por Tusquets, la octava de la serie protagonizada por el investigador Mario Conde que, próximo a cumplir 60 años, se enfrenta esta vez en La Habana a un caso de robo de joyas y antigüedades y la desaparición de una talla de la Virgen de Regla.
Esta historia está marcada, ha explicado el escritor, por el hecho de que Conde sabe que ha entrado en un período crepuscular tanto su generación como de alguna forma la vida del país.
“Una de mis preocupaciones centrales es la relación del hombre con la Historia, ver hasta qué punto el hombre es un sujeto de la historia y cómo esta te rediseña la vida sin contar contigo”.
En Cuba, ha explicado, “se ha vivido un dilatado proceso revolucionario que ha movido el desarrollo social, político e individual de la generación de Mario Conde”, que es también la de Leonardo Padura, y que fue la que creció dentro del proceso revolucionario.
Según el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015, en la actualidad han cambiado ciertas cosas en Cuba pero, asegura, los de su generación son demasiado viejos para reciclarse.
Considera que los escritores cubanos se han enfrentado a un “desafío literario casi obligado” de explicar la situación en la isla aunque no sea una función de la novela: “la literatura debe sugerir y proponer y el lector debe completar pero las peculiaridades cubanas han obligado a ser más explícitos”.
En su novela aparecen referencias a los millones de cubanos “custodiados durante décadas por la libreta de abastecimiento, ¿o de desabastecimiento?, que les impedía morir de hambre y no les permitía vivir sin hambre”.
“La comida es una obsesión para los cubanos”, ha recalcado Padura, que ha explicado que la cantidad está por encima de la calidad, algo que marca su relación con la época y la sociedad.
Pero la gente joven, ha agregado, no tiene la misma forma de aceptar la realidad y por eso su primera opción es el exilio, un exilio cubano que ahora cree que es menos político que económico.
Padura ha opinado que la emigración cubana será en el futuro menos masiva y más selectiva, de los profesionales más cualificados, lo que cree que será más “doloroso y costoso para Cuba”.
Una situación que también se ha vivido en otros países, incluida España, pero los problemas cubanos se observan “con una lupa de aumento”.
Respecto a las relaciones entre Cuba y España, considera que han tenido siempre una forma familiar “e incluso visceral”: “a lo largo de los años los gobiernos han tenido ocasiones en que se han dicho horrores pero nunca han roto relaciones”.
Por eso ha lamentado que la política cultural española no sea más cercana a Cuba porque “los huecos que deje España los rellenarán otros”.
El tráfico de obras de arte también aparece en su novela, un mundo que “es de los más alucinantes que pueden existir”, ha indicado Padura que se ha referido asimismo al reguetón, “una expresión del desencanto, de la ira de una generación en Cuba, Puerto Rico y República Dominicana”.
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