La Academia de la Historia rehabilita el polémico Diccionario Biográfico: Franco ya es “totalitario y filo-fascista”
12 años después de la fatídica presentación del Diccionario Biográfico Español, la Real Academia de la Historia presenta la evolución digital del producto que nació para recordar los nombres y los hitos destacables de la historia del país. “Historia Hispánica” es la geolocalización digital de las decenas de miles de reseñas contenidas en el Diccionario. El proyecto posiciona unas 150.000 referencias geográficas, con más de 50.000 personajes o 20.000 acontecimientos, entre otros datos. “Con Historia Hispánica, España es el primer país del mundo en tener georreferenciada su Historia: siglos de presencia global a través de hechos y personajes de relevancia internacional”, indican desde la Academia.
Los reyes han presidido el acto de presentación, como lo hicieron en 2011 los reyes Juan Carlos I y Sofía. La propia institución aclara que para el nuevo portal ha actualizado, revisado, ampliado y puesto al día la información sobre acontecimientos históricos y biografías. “Los contenidos correspondientes a los hechos históricos hasta 2008 fueron coordinados en su momento por una Comisión Académica y contaron con la asesoría de especialistas. Ahora han sido revisados y actualizados en la parte contemporánea hasta 2022 por los académicos Juan Pablo Fusi, Octavio Ruiz-Manjón y Enrique Moradiellos”, indican desde la Real Academia de la Historia.
La entrada de Francisco Franco que escribió Luis Suárez, académico de 102 años y personaje muy cercano al dictador, ya no se encuentra en la edición web. Aquel perfil biográfico fue el que hizo saltar las alarmas demócratas. Suárez había escrito que Franco “montó un régimen autoritario, pero no totalitario”. Tampoco hacía mención a la represión franquista durante y después de la guerra. Cuando se presentaron los primeros 25 tomos encargados por el expresidente José María Aznar, con un coste de 6,5 millones de euros con cargo al erario público, ni el Ministerio de Educación ni el de Cultura conocían la deriva franquista de la obra.
Corregir los desperfectos
En ese momento el Congreso de los Diputados decidió congelar la ayuda hasta que no se revisaran las entradas de las biografías más polémicas y el entonces presidente, Gonzalo Anes, asumió la mancha con la que había emborronado tantas investigaciones historiográficas sobre los acontecimientos de la España contemporánea. Entonces entró a corregir los desperfectos el historiador Juan Pablo Fusi, que por entonces no era académico. Nunca se hicieron públicas qué biografías se revisaron, pero ahora sabemos que hasta el momento se han “limpiado” más de 200 entradas. También se han puesto al día desde entonces otros tantos acontecimientos históricos y se ha ejecutado un criterio de jerarquía que en la versión original no exisitó. Con la llegada del PP y de la presidencia de Mariano Rajoy al Gobierno de España la línea de subvenciones nominativas volvió a encenderse.
Fusi comenta que a lo largo de este tiempo se han ido rectificando y añadiendo nuevas voces, que hubo una Comisión responsable de “corregir las voces que no nos habían gustado”. “Se acordó una revisión urgente de medio centenar de biografías. Ahora ya no hay borrones en el Diccionario, que fue un esfuerzo colosal. En estos momentos es una herramienta útil y completa, que se ha reforzado por el acceso on line, con innumerables consultas”, cuenta Fusi a este periódico. La reseña de Franco ahora puede leerse: “Siempre consideró su jefatura como permanente y su magistratura como vitalicia: un régimen totalitario y filo-fascista y alineado con la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini entre 1939 y 1945; católico y anticomunista desde 1945-1950 al hilo de la Guerra Fría; tecnocrático y desarrollista desde 1957-1960”.
Enrique Moradiellos es académico desde hace un año y el primer encargo que tuvo fue realizar los hitos históricos desde el año 2000 en adelante. Unos 30 acontecimientos por año. “Es cierto que los filtros fallaron en su día. Yo fui muy crítico con las biografías más cuestionadas. Hubo grandes despropósitos, pero todos se han corregido”, cuenta el historiador.
Una de las entradas que ha redactado, por ejemplo, es la salida de Màxim Huerta del Ministerio de Cultura: “Màxim Huerta dimite de su cargo de ministro de Cultura apenas una semana después de su toma de posesión al revelarse que había defraudado a Hacienda en su tributación por el impuesto de sociedades”. Como el propio Moradiellos explica, de lo que se trata es de construir una “superbase de datos asépticos”. “Es decir, que sean descripciones neutras, no valorativas. Un pensamiento tuiter, muy concreto, reducido y directo”, añade Moradiellos.
El historiador llama la atención sobre el despliegue en el mapa de biografías como la del filósofo asturiano José Gaos, exiliado en México, en 1938: “Por la acogida general que se nos hizo, no nos sentíamos desterrados, sino simplemente trasterrados”, escribió el propio Gaos. Moradiellos es un fiel defensor de la Real Academia de la Historia y está convencido de que los miembros actuales, incluida su presidenta Carmen Iglesias, “quieren reflejar la pluralidad de perspectivas”. “Hay una creciente intención de renovarse, aunque tienen que entrar más mujeres. De momento, solo hay siete, incluida la presidenta”, apunta el historiador.
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